Capítulo 16

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- ¿Qué van a pedir? - Preguntó el mayor. Todos estaban reunidos en una gran mesa de un lujuso restaurante, celebrando la rápida recuperación de Changbin. Hasta Hyunjin fue invitado, más bien pidió serlo.

El chico de cabello azul había confirmado su relación con Minho, ambos se veían felices. Mientras tanto el pecoso seguía recordando la escena del beso, a pesar de que había sido hace unos días, luego de eso no volvieron a juntar sus labios. Sentado uno al lado del otro, el pelirubio al contrario de él, junto a Félix, eso causaba nuevamente esos celos por parte de Bin.

Luego de ordenar llegaron las bebidas, tenían tiempo para hablar de algunas cosas. Félix sacó la voz, diciendo algo que era mejor guardárselo.

- Sé quien causó el accidente. - Todos dirigieron sus ojos hacia este. - Fue Su Jin, no directamente, pero sabemos que alguien la ayuda.

- ¿De qué hablas? ¿Cómo una chica va a ser capaz de eso? - Hwang rió, pero el momento era serio.

- Estuve investigando un poco, encontré papeles, entre otros. Contrató a una desconocida persona para que causara todo esto. - Sorprendió a los presentes.

- ¿Estás diciendo que ella causó todo ese daño a Bin? - Jisung no podía creerlo, todos pensaban que era algo casual.

- Creo que estás exagerando un poco. - El chico de cabello rubio cenizo trató de "loco" a su amigo, eso no podía ser cierto.

- ¡Claro que no! - Gritó, molesto.

- Mira, sé el daño que esa mujer les hizo a ambos, pero ¿por qué culparla de algo como eso? - La mayoría concordaba con Hyunjin. La comida llegó a la mesa haciendo cambiar de tema, ¿nadie le iba a creer al pecoso?

- Félix - Susurró Changbin en el oido del nombrado. - será mejor que no digas nada más, tendremos pruebas suficientes y todo saldrá bien ¿si? - Una pequeña, pero conformada sonrisa se dibujó en el rostro del menor.

[...]

Pasadas las horas se quedaron bebiendo un poco, no tanto para emborracharse, pero si para reírse de todo lo que contaban. Parecían una verdadera familia, a pesar de las cosas malas que habían pasado. Félix no siguió con el tema, tampoco quiso contar lo ocurrido con Changbin, prefierió guardar todo. El castaño husmeaba en su propio bolso en busca de su medicamento, se tensó un poco al no encontrarlo donde siempre, buscó nuevamente teniendo el mismo resultado. Comenzó a ponerse nervioso, a lo cual el pelinegro lo notó.

- ¿Estás bien? - Susurró, los demás seguían hablando.

- No encuentro la pastilla. - Volvió a rebuscar.

- Tal vez la dejaste en el auto, o en casa.

- Imposible, siempre la traigo conmigo. - Se estaba desesperando.

- Oye, tranquilo, si quieres nos vamos y la buscamos allá. - Trataba de calmarlo, pero esa simple pastilla lo ayudaba bastante.

- Creo que eso sería lo mejor. - Félix se levantó de aquel asiento, tomando los mangos de la silla de ruedas en la que se encontraba su amigo, atrayendo la atención de todos.

- Oigan ¿A donde van? - Preguntó el chico peliazul.

- Vamos al departamento, se nos quedó algo. - Félix trataba de pasar, pero Hyunjin, quien estaba a su lado, lo tomó del antebrazo.

- Oye, pero no creo que sea necesario llevar a Changbin ¿O si?.- Sonrió mirándo a los demás.

- Quiero ser lo más educado contigo, de verdad es urgente.- Bin habló, ese niño le estaba colmando la paciencia ¿Que simplemente no los puede dejar ir? Ya le tomó odio a Hwang.

- Comprendo. - Bufó al tiempo que lo soltaba.

El pecoso no hizo más que salir de aquel restaurante en el que se encontraban. En la acera se agachó a la altura del pelinegro, su intención no era cruzar miradas, pero terminó haciéndolo. Las mejillas de ambos se tornaron algo rojizas, junto con ellos sus narizes, en frío de la noche hacía notable sus respiraciones y la luz de la luna hacía que los ojos de ambos fueran más brillosos de lo normal. Salieron de ese trance, el castaño continuó con su propósito, pediría un Uber para llegar más rápido a su destino. Seguía en la misma posición mientras esperaban, apoyaba su brazo en los costados de la silla y el otro en el muslo de Seo. El mayor se atrevió a tocar la pequeña mano que estaba encima de su pierna, entrelazando ambas. Inconscientemente comenzó a acariciar su cabello, ese alborotado y suave pelo que atraía a todos. Volvieron a mirarse, con algo de fuerza Changbin tomó las mejillas de Félix, llevándolas de un lado a otro. El menor soltó un quejido poco audible.

- Amo tus pecas. - ¿Había escuchado bien? ¿Un elogio? El chico solo estaba sorprendido por aquellas palabras. Para no arruinar el momento decidió solo sonreír, pero le hubiera encantado decirle "Yo te amo a tí", aunque fuera muy pronto.

Un vehículo de color gris de aproximó a ellos. Un hombre adulto bajó de él, ayudando a Seo con la silla y demás.

[...]

- ¡No están aquí! - Exclamó el pecoso, desesperado. - Te puedo asegurar que estaban en mi bolso.

- Tal vez se cayeron.

- No creo que eso haya sucedido, estaban en un cierre. - Explicó.

- Tranquilo, no pasará nada si no la tomas hoy, podemos ir a comprarla mañana si deseas.

- No entiendes, ese medicamento es muy caro, no tengo tanto dinero ahora. - Se sentó de golpe en el sofá. Con su manos tomó su cabeza, deslizándolas hacia atrás. - No sé que haré.

- Dijiste que estaban en un cierre. - Se acercó se a poco al chico.

- Si ¿Por qué? - Estaba confundido.

- Tal vez alguien las sacó de allí.

- ¿De qué hablas? Nadie sabía donde estaban. Además ¿Para qué alguien quisiera mi pastilla?

- Para hacerte daño. ¿Seguro nadie sabía? - El castaño intentaba hacer memoria, pero no recuerda decirle a nadie el lugar donde guardaba el remedio, ni el propio Bin.

- ¡No! - Gritó. - No, no, no, él no pudo haber sido.

- ¿De quién hablas?

- Hyunjin.

¿Ya tienen alguna teoría?

Anexo || Changlix ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora