Anexo || Changlix ✔

Capítulo 24

Los pasajes ya comprados y algunas mochilas sobre sus regazos mientras esperaban la llamada a abordar. Más que ansioso estaban expectantes, serios y algo pensativos acerca de lo que podía pasar al llegar a Australia. En cualquier momento estarían allá y no sabrían perfectamente que hacer para sacar a Félix de ese lugar y traerlo de vuelta.

[...]

Hoy era el funeral, tenía un mal presentimiento y no sabía porqué. Se levantó de su cama somnoliento, con algo de cuidado se dirigío al baño y sacó su ropa. Abrió la regadera, saliendo de esta directamente agua caliente. Las pequeñas gotas que caían sobre su rostro disumulaban a la perfección sus tibias lágrimas. Pasó un tiempo feliz, y esa felicidad se la debía a Changbin, pero ahora era distinto. De un día a otro su padre había muerto, su madre tomó el control, impidiendo seguir sus sueños, metas, lo que a él le gustaba.

Salió del baño, acomodó su cabello aún mojado, se puso un conjunto formal, adecuado a la ceremonia, y bajó la escaleras. Al no escuchar ningún sonido en la planta baja dedució que su mamá seguía durmiendo, normal, había tenido un fuerte borrachera la noche anterior.

Decidió ir a despertarla, no quería llegar tarde a este evento, que por más problema que hubo igualmente se realizaría. Su madre estaba tapada completamente por las sábanas de su cama, la habitación era oscura a causa de las cortinas ampliamente desplegadas por la ventana.

Movío a aquella mujer de un lado al otro tomándola de los hombros, esperando una señal de vida, pero ella seguía roncando en un sueño sin fin. Recurrió a los gritos, lo cual produció que rápidamente se despertara algo inconsciente. Le avisó que se tenía que levantar y simplemente se fue de allí. No sería un día fácil y lo menos que quería era llegar tarde al funeral de su padre.

[...]

Verlo allí le desgarraba el corazón. Se veía más pálido de lo normal y su párpados estaban totalmente arrugados. No pudo aguantar el llanto frente a eso, compañeros y algunos amigos vinieron junto a ellos, pero feliz no se apoyó en nadie en esos momentos, ni en su madre.

Bajaban el cajón lentamente y eso era lo que más dolía. Saber que no volvería a ver su rostro, que no podría agradecerle y que no estaría de nuevo para ayudarlo le partía el corazón.

[...]

Llegaron a casa por la tarde luego de almorzar por ahí. Félix sabía lo que le esperaba y ni siquiera podía enfocarse en que hacer. Hizo su maleta, metío todo tipo de cosas y la bajó hasta la sala.

Su madre estaba sentada en el sofá escribiendo algo en su teléfono, posiblemente chateando. Pasó a un lado de ella con sus cosas por sobre los hombros, pero ella la detuvo.

- ¿No te despedirás de tu madre?

- Me estás echando ¿No? Supongo que no necesitas un adiós de mi parte.

- Tienes razón, pero ¿No prefieres ir a la universidad aquí, tener un futuro y casarte con una chica de tu misma carrera?

- Creo que si hiciera eso no sería el mismo, no es lo que quiero.

- Ganarías millones.

- Perdería mi felicidad. - Eso la calló. Retomó su camino hasta la puerta con el semblante serio.

Golpes en la puerta llamaron la atención de ambos. Se miraron a los ojos algo molestos pensando que ese ruido se debía a que uno de ellos había sido cómplice, pero no era así.

- ¿Invitaste a alguien, mamá? - Félix sólo pudo pensar en esa posibilidad. Quizás su madre, aprovechando la ida de su hijo, había invitado a un hombre a la casa, o tal vez ya lo tenía planeado.

- No. - Se levantó algo dudosa. - ¿Le pediste a alguien que te venga a buscar? - Los dos se dirigían al lugar de los llamados.

- No. - Abrió la puerta, quedando atónito por completo. Changbin junto a BangChan estaban frente a ellos, no podía creerlo.

- Hola. - Habló el mayor de ellos. - Buscamos a Félix.

- Hijo ¡¿Quiénes son ellos?! ¡¿Tus amigos chinos?!

- ¡Mamá, no les digas así!

- Disculpe, señora, somos coreanos. - Habló el pelinegro, que a pesar de su básico inglés entendía a la perfección de lo que hablaban. - Y yo soy el novio de su hijo.

Capítulos finales...