❛Capítulo 2❜

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Rosanne comenzó a respirar con calma una vez la llamada se vio terminada

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Rosanne comenzó a respirar con calma una vez la llamada se vio terminada.

¿Qué debía hacer ahora?

Ah claro, llamar a su hermano.

Marcó el número que se sabía de memoria, el único que tenía agendado con un corazón a su lado, y apretó el botón verde iniciando otra llamada.

—Hola, buenas noches, habla Kim TaeHyung médic-

—¡TaeTae! ¡Debo pedirte algo! ¡Por favor!

Oh Rosé, te dije que no me llames en horario de trabajo si no es una emergencia.

—Lo sé hermanito pero debo pedirte que me dejes ir a la fiesta que tenía de trabajo hoy. —Suplicó, casi juntando ambas manos.

Te he dicho que no ChaeYoung, ¿cuántas veces debo repetir...?

—¡Me llevará una amiga! Se ofreció a llevarme para que tengas seguridad, además, TaeHyung ya soy mayor de edad, sé cuidarme sola en una fiesta.

¿A qué hora piensas volver?

—No más de las cuatro.

Puedes ir solamente si estás con tu amiga toda la noche, ¿hecho?

—¡Hecho! ¡Adiós, te amo! —La rubia cortó emocionada enviándole un mensaje a Lalisa para que la pasara a buscar y la dirección de su casa. Pero un segundo después estuvo arrepintiéndose, ¡¿qué ropa se pondría?!

Inmediatamente corrió a su habitación y rebuscó en todo su armario algún vestido que encajara para la ocasión. Lo único que logró encontrar fue un vestido negro hasta los tobillos y con escote en la espalda.

Rosanne no estaba muy convencida, ¿le quedaría bien después de tanto tiempo? La duda se esfumó cuando vio que iban a ser las una, no perdería más tiempo.

Se vistió rápidamente y se maquilló con colores algo oscuros, que combinaran con su vestuario y con la noche a la vez.

La bocina de un auto en el exterior la sobresaltó. Tomó un bolso con su celular y un poco de dinero. Salió de su residencia encontrando un hermoso auto negro estacionado frente a su casa. A un costado, una muchacha rubia apoyada contra este. Poseía un hermoso vestido rojo que le llegaba a un poco más arriba de las rodillas.

Hermosa. Describió en su interior.

—Hey, hola Rosé. —Saludó su mayor antes de mirarla de arriba a bajo.

—L-Lisa, —sonrió algo nerviosa, —hola. Muchas gracias por venir a buscarme, unnie. Lamento que tengas que salir de tu fiesta.

—No, no, no. Nada de lamentaciones, no fue molestia. Aparte yo me ofrecí a llevarte, tienes derecho a divertirte el primer día que ingresas a la empresa. —Manoban decidió que quedarse mucho tiempo ahí solo haría que perdieran tiempo y no disfrutaran tanto las horas que quedaban, por lo que tomó a Rosé de la mano abriendo la puerta del acompañante y le ofreció el subirse.

Éxito [Chaelisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora