¿Amor a primera vista?
¿Eso era posible?
El amor a primera vista no existía, era ella que capaz sólo era una atracción física...
Lo único que sabían, era que se reconocieron al instante con el primer saludo.
"-Hola, bienvenida a la compañía LG. Mi n...
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Una muchacha de tez pálida, rizos rubios, y vestida con el traje más formal que poseía, caminaba un tanto apresurada arreglándose los cabellos en mitad de la calle mientras llegaba frente al gran edificio donde trabajaría de ahora en adelante.
Y sí, ella era alguien que no estaba mentalmente preparada para un trabajo aún, pues solo contaba con 19 años cuando su madre la obligó a buscar un trabajo para mantenerlas a ambas alejándola de toda carrera que pudiera estudiar en la universidad. Lo que ella tanto deseaba.
Luego de mucho esfuerzo, Lalisa Manoban logró ser entrevistada para una de las empresas más grandes de Seúl, LG.
Ahora estaba parada frente al edificio donde comenzaría su carrera. Ella creía que sería un completo infierno estar encerrada por horas, torturada hasta altas horas de la noche para que le dieran un sueldo bajo y solo le alcance para alquilar el departamento que compartía con su madre y comprarle sus caros medicamentos.
Pero no. Cuando Lisa se sentó en la silla frente a su futuro jefe la calma le inundó.
Min YoonGi, dueño de la compañía LG con su secretario personal Park JiMin recibieron a la joven quien iba por sus horarios y para saber en dónde trabajaría de ahora en más.
—Lalisa Manoban, ¿cierto? —Consultó el pelirrojo frente a ella.
—S-Sí, soy yo.
—Usted vino a dejar su currículum un mes atrás y semanas después le avisamos que fue aceptada. Por lo que ahora mi asistente Park le mostrará su oficina, ¿gusta de aceptar el trabajo?
—Claro, por supuesto, muchas gracias. —La rubia sonreía feliz mientras que firmaba un par de papeles antes de que el peli-azul salga con ella de la oficina ubicada en el último piso de el edificio.
JiMin sonreía simpático por lo que Lalisa no tardó mucho en establecer una corta conversación mientras bajaban por el ascensor.
—Uhm, ¿usted trabaja desde hace mucho aquí? —preguntó algo tímida mientras fijaba su vista en los números que descendían.
—No tanto de hecho, comencé el año pasado atendiendo como recepcionista. Este año me ascendieron. Estoy feliz por ello.
—Me alegro por usted. —Enfrentó su mirada llena de carisma y optimismo.
—Puedes llamarme simplemente JiMin. —Le tendió su mano que fue recibida con un apretón por la contraria. Cuando las puertas se abrieron, ambos desocuparon el elevador. —Sígame, por aquí. —Habían bajado en el piso número 15.
Gente caminaba de aquí y para allá, algunos apurados y otros con calma. Ellos terminaron en la oficina número 27. Al abrirla los ojos color avellana de Lisa se abrieron en grande contemplando el lugar donde ahora llamaría su oficina.
—Wow, ¡esto es genial! —la joven no pudo evitar sorprenderse causando una pequeña risilla en el muchacho que la miraba desde la puerta.
—Sí, es genial. Mira, aquí tienes donde guardar carpetas, hojas, lo que quieras, —señaló un gran armario blanco. —Tu escritorio, incluye una computadora y una laptop por si debes trabajar en casa, también está el teléfono para llamar a las distinas oficinas. Hay un listado de los números telefónicos.