❛Capítulo 10❜

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Los ojos felinos fueron clavados bruscamente en Lalisa al haber recibido tal respuesta

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Los ojos felinos fueron clavados bruscamente en Lalisa al haber recibido tal respuesta.

—Retirate. —Fue lo único que dijo antes de volver su atención a los visitantes.

Lisa sintió miedo, mucho miedo cuando abandonó aquella sala de juntas. Corrió rápidamente al baño donde comenzó a golpear el lavabo con fuerza haciendo doler ambas manos.

Sus ojos no tardaron en cristalizarse y comenzar a soltar gotas que terminaban en el suelo. Lágrimas de rabia.

Había estado todo el fin de semana anhelando aquel momento para que a último minuto ese pequeño aparato desapareciera de la faz de la Tierra.

Caminó de un lado a otro casi arrancandose los pelos hasta que se le ocurrió ir a revisar a su oficina, quizás se cayó ahí o algo.

Abrió la puerta con fuerza y esperanza. Revisó todo el lugar, su escritorio, el mueble, el sofá, los cajones y sobre todo en el suelo. Nada, no había nada.

Otra vez volvió a sentirse enfadada consigo misma.

¿Cómo pudo perder algo tan importante? Algo de lo que ahora dependía su trabajo que se encontraba en la cuerda floja.

Volvió a llorar con desespero otros minutos hasta que el reloj marcó las nueve de la mañana.

Ya se oía más movimiento en todo el edificio, voces y pisadas. Probablemente los Kim ya se habrían ido y YoonGi debía estar pensando qué demonios hacer.

Ahora una mezcla de nervios, miedo y vergüenza se formó en su estomago cuando la puerta fue tocada más de una vez con fuertes golpes.

Abrió con cuidado manteniendo la mirada gacha al ya saber quién se encontraría del lado contrario.

—Manoban. —Pronunció fuerte y claro. Allí se dignó en observar a su jefe que se mantenía gélido totalmente firme, no era el simpático YoonGi que siempre conoció. —Me has despecionado.

—L-Lo siento tanto, —susurró bajando la mirada volviendo a sentir aquellos ojos avellana picar, —ju-ro que tenía el pendrive, tú lo viste.

—Lo tenías listo, estaba perfecto, como siempre, pero lo perdiste. —Cuando volvió a verlo pudo visualizar a JiMin que se encontraba con unas carpetas mirando sus manos detrás del mayor. —Lamento informarte que estás despedida. —Manoban quedó totalmente en blanco en ese momento. No sabía cómo reaccionar por más que ya sabía que eso pasaría.

Todo lo que soñó con ese trabajo de empresaria se eliminó completamente de su mente dejándola en un estado sin palabras y pensamientos por unos minutos.

—Yo...lo sabía. —Habló antes de que sus palabras se cortaran como tijeras.

—Tienes todo el día de hoy para llevarte tus cosas, si quieres puedes llevarte la laptop como un regalo gracias a tus servicios en la compañía. —No vamos a mentir, el pelirrojo no se sentía para nada bien diciendo eso ni despidiendo a su empleada favorita a la que también consideraba una amiga.

Éxito [Chaelisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora