Bella estaba leyendo un libro cuando Aray llegó de trabajar, animado, y después de comer juntos, la chica volvió a retomar la lectura. Sin embargo, no fue por mucho tiempo, pues cuando acababa de leer una página más, Aray asomó la cabeza por la puerta, sonriente.
—Oye, Bella —dijo para llamar su atención y la chica alzó la mirada hasta él.
—¿Sí?
—Eh... hoy es la cabalgata de Las Palmas. Y compré roscas para verla en la tele, ¿te gusta el plan?
La joven sonrió, contenta.
—¡Me encanta!
—Qué bueno, porque tengo una sorpresa.
—¿Sorpresa? Me has dado tantas sorpresas en casi cinco meses que la sorpresa sería que no me dieses más sorpresas —bromeó ella, soltando una carcajada, y haciendo que él también se riera.
—Sí —respondió—, sorpresa —añadió y desapareció para luego volver a aparecer, ya con toda su figura, con una caja cuadrada de unos cuarenta centímetros de ancho y unos veinte de alto.
Bella lo miró con los ojos algo más abiertos de lo normal, efectivamente sorprendida.
—¿Qué es eso?
—Es lo que no pudo entregarme la cartera aquella vez, lo he tenido bien guardado desde que lo recogí.
—¿Qué es?
—Toma —dijo tendiéndole la caja.
Bella la cogió y la abrió.
Lo que encontró era algo de tela de un tono suave de violeta. La muchacha, asombrada y curiosa, sacó aquello de la caja, preguntándose qué era. Se trataba de algo demasiado largo como para extraerlo entero estando sentada, pero no le hizo falta hacerlo para saber lo que era.
—¿Es un disfraz de Rapunzel? ¿Rapunzel de Enredados?
Aray le dedicó una sonrisa antes de contestar.
—Sí, lo es. Me dijiste que te gustaba mucho y pensé que podrías disfrazarte de ella y... espero que no te moleste que haya comprado uno de Flynn para mí.
—¡No! Siempre quise hacer un disfraz conjunto con alguien y ahora no sólo lo tengo sino que es en parejita, ¡qué guay! —exclamó, emocionada— ¡Voy a ponérmelo!
Pero cuando se levantó, entusiasmada, algo se cayó de la caja.
—¿Y eso? —inquirió la chica, agachándose para cogerlo— ¡Es una peluca, qué guay!
Rápidamente se fue a la habitación y se cambió. El disfraz era bastante frío, pero estaba muy contenta de verse así. Se colocó la peluca —representando el cabello de Rapunzel cuando se lo recogieron con flores— lo mejor que pudo y salió al pasillo.
—¿Aray? ¿Dónde estás?
—¡Ya voy, me estoy cambiando!
—Ah, vale.
No tuvo que esperar mucho, sin embargo.
—Pensé en dejarme barba de chivo durante unos días —dijo el chico y la muchacha se sorprendió al verlo. El calor se le subió a las mejillas y se ruborizó—, pero me quedaría horrible y en el trabajo se quedarían flipando.
Bella se rio.
—Estás bien así. Te queda genial el disfraz.
—Yo te veo preciosa con el tuyo.
—Gracias —dijo ella con una sonrisa tímida, aún sonrojada.
Aray encendió la tele y se sentaron juntos en el sofá, pero entonces Bella se movió bruscamente y se puso de pie como un resorte.

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Estocolmo
Teen FictionUna joven de Gran Canaria lo tiene todo excepto el cariño de sus padres. Su padre, un millonario dueño de una cadena de hoteles, siempre la ha culpado por la muerte de su madre, por lo que la vida de Bella es un infierno oculto tras las apariencias...