epilogue

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«cuando llueve, diluvia»

·

justo cuando piensas que te drenas, te ahogas






— No puedo creer que estés nervioso — Seokjin dijo un poco burlón a mi lado.

A pesar de que los malos pensamientos de Moonsun en mi mente eran latentes, no quería creer que la chica había tenido un intento de suicidio. Evité decirle a los chicos la situación que me abarcaba este último día. Había hablado con Yunri hace un par de horas y me había dado luz verde para poder ir esta tarde para hablar con Moonsun.

Estaba asustado, petrificado y lo que menos quería era tener un ambiente turbio, pesado e indudablemente lleno de una maldita tristeza. Les había comentado el hecho de que Moonsun estaba en un hospital y que iría a visitarla, sin dar detalles claro, por supuesto. Pues no sabía si a Moonie le agradaría la idea de que unos desconocidos supieran de no solo sus desgracias, si no por lo que actualmente estaba pasando.

— No estoy nervioso — mentí. Estaba jodidamente nervioso.

No sabría cómo reaccionaria ella al verme parado ahí, con las flores que ella vagamente me había comentado que le gustaban. Las orquídeas eran difíciles de encontrar en Seúl, pero había hecho todos mis recorridos para por fin encontrarlas. Las flores me recordaban tanto a esa chica que ansiaba ver y ansiaba que estuviese bien. Eran exóticas, difíciles de encontrar, eran peculiares y las personas no las buscaban mucho. Pero eran hermosas a su manera, y aquella pequeña multitud que gustaba de ellas, las apreciaban como si algo fuera de este mundo tratara.

Así era Moonsun.

— Si, claro — Jin dijo con sarcasmo, quitó una manol volante para golepar mi muslo— tranquilo

Pero no podía estarlo. Y Seokjin lo sabía, lo sabía más que nadie. Tenía mi mirada perdida y sostenía el pequeño ramo de cuatro orquídeas en mi mano. El clima estaba perfecto, una gran nube gris cubría como un manto todo Seúl, haciéndolo más oscuro de lo que acostumbraba.

— ¿Acaso ella te gusta? — trato de sacar un poco de conversación, pero esa pregunta estaba lejos de ser respondida. Era sincero conmigo mismo, no hablaría con tapujos, no tendría ese pequeño momento de realización en donde luego de tanto tiempo, había descubierto que la chica me atraía. No iba a ser así.

Su humor negro y sarcasmo de mal gusto que encubría sus lagunas mentales, inseguridades y todos esos pensamientos que para ella eran insignificantes me recordaban a Yoongi. Su comprensión y buenos consejos con palabras aterciopeladas a mis oídos creadas a partir de malas experiencias que la hicieron aprender de una manera difícil tenía similitud con Seokjin. Su sonrisa tan amplia brillante que transmitía alegría y paz en combinación con su mirada tan rota de alguien que ha estado aguantando mucho gritaba el nombre Hoseok. Su delicada y tierna apariencia que hacían creer la imposibilidad de malos días con preocupaciones interiores que carcomian su cerebro me recordaban a Jimin. Su manera de tratar con las personas como si de unos niños se tratarán para no decir o hacer algo indebido para evitar sentir menos a alguien por el miedo de que se lo hagan a ella parecía como si estuviese con el mismísimo Taehyung.

Y por último el cómo es buena analizando cada una de las personas descubriendo sus más oscuros pensamientos por el simple de hecho de que los haya vivido en carne propia era como si con Jungkook estuviese.

Porque quizás ella era lo que necesitaba para ver la realidad de las cosas, ella era la cachetada que mi cerebro pedía para despertar de la pesadilla que yo mismo me inculcaba.

forever rain | bts; rmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora