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«sigo siendo rehén de la vida»

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sigo siendo rehén de mis emociones







Las cosas no iban bien, o eso creía yo. De hecho, era lo que estaba cien por ciento seguro. Yoongi trataba de hacerce oídos sordos a mis súplicas y a su vez a las quejas de Jin, y por supuesto la preocupación de Jungkook. Pero el solo callaba. Callaba y opinaba en silencio, porque no había nada más cierto que Yoongi se preocupaba por la situación y trataba de manejarla a su manera.

Conocía tan bien a Yoongi.

Sin embargo, or alguna razón el peso que llevaba en mis hombros se reducía a la presión que había con la banda, la presentación en camino y el futuro tour. Los fans, los trabajadores, la compañía y nuestros jefes, todo lo sentía pender en un hilo por mi culpa. Otra vez el olor a humedad y la sensación fría de la lluvia lo envolvió sin piedad. El aire caliente de mi respiración ayudaba a mantener mi rostro caliente gracias al tapabocas. Mi gorra de color marrón oscuro era lo único que cubría mi cabeza, no me moleste ni siquiera en colocar la capucha de mi bomber.

Mis pasos se detuvieron cuando mi destino fue previsto y tanteado por la suela de mis zapatos en ese tan descriptible asfalto gastado del puente. A este punto se me hacía natural levar esa tonta carga y ese malestar. No debería ser así, pero es lo que la vida me ha dado. Quizás la descarga de ese día me haya ayudado a no llorar tan consecutivo, pudo haber sido la lluvia que necesitaba. Sin embargo, algo empezó a rascar mis pensamientos quizás la sensación de vacía se relacionaba directamente con el hecho de que a diferencia de otros días, por primera vez en tres meses y algo...

...Moonsun no estaba.

Mi cabeza inmediatamente la buscó por inercia, era bastante raro. Principalmente porque ella siempre estaba ahí cuando yo llegaba, solo que hacía resonar su presencia minutos luego de analizarme. Ella misma me lo había confesado hace mucho. Quizás Moonsun no era la típica amiga que podría hacer entre mi trabajo. Esa chica hablaba de cosas como si de un chiste se tratase la vida, mientras que yo, solo soltaba pequeñas palabras, oraciones. Su sarcástico humor y su mirada vacía mientras que soltaba los amargos chistes era lo que resaltaba en todo momento. No sabía en qué punto de conocerla se había vuelto costumbre para mí, pero lo que sí tenía en mente es que el hecho de que Moonsun no estuviese en el puente me descolocaba.

Di pasos atrás y dude mucho en usar mi teléfono para esta situación. Le había ofrecido que quizás deberíamos mantenernos en contacto a través del celular, un par de mensajes no matarían a nadie. Sin embargo, para mí sorpresa, ella decía que solo usaba su teléfono para emergencias, y que por alguna razón totalmente desconocida para mí, ni siquiera ocupaba redes sociales. Pero sabía que al ver mi cara de confusión, solo por simple amabilidad tecleó su número de teléfono en el mío. Habían pasado quince minutos desde mi llegada al puente, y mi ceño se fruncía con una inexplicable sensación en el estómago. Ella nunca había tardado tanto. Miré con desdén el aparatejo que lo tenía en mis manos, mi pulgar se encontraba danzarín en los contactos en busca del suyo. La pantalla tenía gotas finas de agua que caían con delicadeza. La lluvia era suave, tenue, pero constante. Quizás debería llamarla, solo para asegurarme que estaba bien...

— ¡Nam! — la voz de la chica me hizo sobresaltar en mi eje. Y ahí estaba la chica de cabellos cortos, trotando hacia mí, chapoteando agua a todos lados mientras que su gabardina color verde aceituna hacia un va y ven de película—, lo siento, he llegado tarde — palabreó con dificultad al llegar a unos  metros de mí, respiraba con impaciencia, tratando en lo más posible que el aire circulará por sus pulmones.

forever rain | bts; rmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora