forever rain | bts; rm

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«ojala llueva todo el día, porque me gustaría que alguien lloré por mi»

·

porque la lluvia es la única que me acompaña en mis peores momentos

⛈

Splat, splat, splat.

Las suelas de los zapatos caían con dureza en el asfalto mojado con una pesadez que combinaba perfectamente con mi humor. Otro día escapando, otro día esperando que las gotas que caían del cielo se resbalaran por mi cabello, cayendo al pavimento, llevándose consigo los oscuros pensamientos que martillan mi mente.

Splat, splat, splat.

Las calles transitadas por multitudes de personas ahora se encontraban apenas y pobladas dándoles un Spector lúgubre, lleno de misterio, soledad y a su vez, tristeza. Todo por la lluvia.

Mi teléfono volvió a sonar en mi bolsillo, la vibración del aparato en mi bolsillo delantero lo que hacía era aumentar mi odio con el día y las situaciones que estaban pasando.

Saque el aparato y miré el ID: Jin.

Bufé tan fuerte como pude y lo devolví, dejando que la llamara se perdiera. ¿Estaba realmente haciendo bien preocupando a los demás? Sabía que la culpa no era más que solo mía, pero eso no evitaba que mi impotencia creciera a personas ajenas. La manera insistente en que Seokjin llamaba y pedía indirectamente que hablara con él eran tan abrumadoras que hacía que mi coraza se hiciera más fuerte.

Las gotas empezaron a ser más incesantes, y algo dentro de mí lo alegraba. Las personas empezaban a disiparse y me hacían sumirme más en mi ambiente árido formado por mí mismo.

Las personas se apresuraban en cerrar su tiendas, viviendas y edificaciones en general, para evitar que dichas gotas mojaran el interior de ellas. Las personas empezaban a cubrirse y tratar de buscar calor bajo paraguas, chaquetas o lo que sea que pudiese evitar que la frialdad del agua cayeran en sus pieles.

—¡Corre, Sunji! — una chica entaconada tenía un bolso en su cabello cubriendo su planchado de cabello, que de seguro se llevó muchos wons de por medio— ¡Maldita lluvia!

La amas o la odias.

Nunca me molestó la sensación de fría y casi de hipotermia, nunca me molestó las miles de gotas cayendo en mi cráneo, nunca me molestó el sonido. Pero si me molesta mirar al cielo cuando llueve. Porque es enfrentarse directamente con esas lágrimas y gritos de ayuda que no estaba preparado para tomar.

Pasearse por estas calles habían sido mi usual recorrido, primero porque la conocía desde hace un par de años. Y segundo, porque cuando llovía eran tan poco concurridas que podía caminar sin preocuparme por toparme con alguien y ser reconocido.

Splat, splat, splat.

Mis suelas estaban empapadas del líquido marrón transparente que conlleva el suelo mojado y sucio. Pasar por el puente de la calle norte del parque cercano a la oficina era el mayor alivio para mi. Porque eso significaba ver el pequeño gran río que pasaba por debajo de este.

Cuando llovía las montañas se inundaban y su cause pasaba justo por debajo de este puente, este oxidado y viejo puente que estaba alejado ligeramente del centro civilizado y comercializado de Seúl. Empecé a dar estás caminatas desde un par de meses, la necesidad de llorar se habían intensificado con el tiempo. La necesidad de tratar de alejar todo también, pero no podía hacerlo, sin embargo así como todos nosotros, tenía que desahogarme. Y así como una nube, cada vez que llovía, salía a dar mi caminatas, solo, para fingir que alguien estaba conmigo, llorando por mí. Llorando conmigo. Simplemente llorando.