NARRA PIPER
Aunque sabía que Joe tenía todas las de perder, no iba a dejar de preocuparme.
Por momentos sentía que todo se nos iba de las manos, el caso, Joe, mi traslado, lo que tenía con Alex y sobre todo, lo del tema de su madre.
Por eso me tomé unos segundos en mi mesa, pues estábamos solas en la planta. Ella se fue a mandarle un mensaje a Jaime para que la llamara cuando pudiera, yo solo esperaba que fuera antes que Joe moviera su agenda, aunque desconocía cuanto movía él.
Realmente el caso estaba a punto de resolverse, no entendía la relación de Esteban con Andrea, pero algo me decía que había sido contratado. Solo quería terminarlo ya... Aunque lo que venía después me aterraba.
La madre de Alex. Ella estaba mal, y lo sentía cuando estábamos solas. Pero ir a verla, para mi era una paso que me daba vértigo.
Porque lo que yo tenía con ella, aún lo estábamos definiendo. Era cierto que ella se había declarado, que yo lo había hecho y que decidimos empezar algo. Pero una semana atrás, ni siquiera la conocía en persona, ir a ver a su madre... Era demasiado para mí.
Aunque no podía negar una cosa, me moría por estar con ella cada segundo a solas. Porque hasta el pequeño momento comiendo, para mí había sido perfecto.
- Piper – dijo ella viniendo – Entra a hablar con Esteban, ha accedido a un trato. Yo tengo que atender.
Asentí. No me pudo explicar más porque su llamada exigía descolgarla en ese momento, hasta la escuché hablar antes de desaparecer.
Esteban quería hacer un trato y me tocaba a mí. En otras palabras, tener al asesino de Andrea dependía de mi habilidad en aquella sala con él. Intenté recordar en un momento todas las clases y las estrategias de la academia, pero decidí que no lo iba a hacer así.
Simplemente tomé aire, borré mi mente al completo y decidí hacerlo con el único fin de lograr al asesino, no de impresionar a Alex ni mucho menos a mí. Estaba capacitada y lo sabía.
- ¿Y la inspectora?
- La inspectora está ocupada ahora mismo – contesté sentándome frente a él – Espero servirle yo.
- Supongo que trabaja con ella – asentí – Entonces me sirve – se inclinó hacia mí – Quiero que mi hermano quede libre sin ningún tipo de cargo.
- Me parece bien, pero ya sabe lo que nos tiene que dar a cambio.
- Un tipo vino a buscarme hace unos meses...
- ¿Qué tipo?
- No le pregunté el nombre, cincuenta y tantos, gordo y con barba.
- ¿Él? – le pregunté mostrándole una foto de Paolo.
- Sí, ese – asentí – Vino diciéndome que me había encontrado por un amigo mío, Lucas – lo apunté - Me ofreció diez mil dolares por matar a alguien. Me dio una foto de la chica y todos los datos que necesitaba saber, donde vivía, donde estudiaba y esas cosas. En principio iba a matarla en su casa, pero nunca estaba sola, siempre estaba con una amiga o con su novio. Así que llamé al tipo este – dijo señalando la imagen de Paolo – Y le dije que tenía que ser en su trabajo. Fue él quién me dijo que se haría un viernes por la noche.
- ¿Le explicó todo él?
- Sí. Yo solo tenía que ir matarla y marcharme. Me dio otros dos mil dolares para que encontrara a alguien de la empresa de seguridad que hiciera un apaño con las cámaras... Así que llamé a mi hermano. Él solo quitó las cámaras, pero no tiene nada que ver con la muerte de esa chica.
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Miradas de deseo
Fanfiction¿Qué pasa cuando la atracción física se convierte en algo mucho más complicado? Esta novela es una adaptación la novela de mi buena amiga @Helena Mabbitt la cual pueden leer en su perfil. Le agradezco enormente prestarme su historia para hacer esta...