>Capítulo 7: Una noche inolvidable<

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3 años después...
12 años de edad.

(______)

Corrí lo más rápido que podían mis piernas esquivando todo lo que veía en el suelo del más oscuro bosque y quitando con golpes las ramas de los árboles.

Me arrepentía de la decisión que había tomado pero no podía dar marcha atrás. Mi mochila era lo único que me acompañaba y eso era todo lo que quería.

Escucho como la cosa que me seguía se acercaba a mi a gran velocidad más no podía dejarme ganar. Aumente la velocidad quitando las ramas de los árboles para entrar en una explanada y ver la colina a lo lejos, no dude en dar mis últimas fuerzas hasta sentir que algo me toma de las piernas frenando de golpe estampándome contra el suelo.

Una sombra negra pasa aún lado de mi tratándome de levantar mirando con enojo hacia adelante.

— Te gane idiota — este suelta una carcajada quitándome la tinta de las piernas.

— No se vale eso es hacer trampa demonio — me sacudo mis ropas además que mi rostro dolía un infierno.

— Deja de lloriquear y admite que te gane — chasqueo la lengua para subir toda la colina y llegar hasta el.

— Ganaste haciendo trampa demonio.

— Tú misma lo dijiste, soy un demonio — me sonríe con intención de hacerme enojar.

Nuestra pequeña tradición qué hacemos todos los días después de nuestro acuerdo resultó ¿bien? nuestra tradición es ver quién llega más rápido a nuestra colina y el que gane le debe su comida favorita. Lamentablemente o para suerte de mis bolsillos Bendy solo come tinta enlatada.

— Me debes mi tinta — se sienta en el barranco mirando el cielo repleto de estrellas.

— La tinta que más te gusta es la roja ¿porque? — deje mi mochila para sentarme aún lado de él.

— Imagino que es sangre — le corte.

— Ya entendí — lo miro asqueada para mirar hacia el cielo.

Quedamos en un inmenso silencio que por alguna extraña razón no era incómodo, al contrario era relajante.

— Sabes... — lo miro —. Aún me das asco.

— Gracias — volteó nuevamente al cielo.

— Pero eres una gran secuaz — vuelco los ojos para subir mis piernas y abrazarlas.

A día de hoy no sabía que era lo que sentía exactamente hacia Bendy, muchas veces me caía mal a más no poder pero muchas veces era la mejor persona con todos.

Puede que sea terco pero por alguna extraña razón jamás llegue a odiarlo como tal. Sabía que dentro de él sufría pero por su pasado mostrarlo a alguien no era una opción y sentía que quería ayudarlo.

— ¿Irás a la novatada de tu secundaria? — mire hacia otro lado rogando que no dijera lo de siempre —. Aún y cuando sabes que no le caes bien a nadie.

[Novatada por si alguien no entiende, en partes de México le decimos novatada a las fiestas que hacen en la escuela o en algún salón obviamente donde la escuela supervise todo el festejo]

Y lo dijo.

— Mis compañeros son los mismos de siempre pero si, si iré — evitaba verlo ya que mi humor se había ido por el caño al mencionar aquello.

Mis compañeros no son lo mejor conmigo pero han ido bajando de los golpes a solo decirme de cosas. Algo es algo después de todo.

— Iré a divertirme un rato después de todo puede que tenga una oportunidad para caerles bien — sonreí para toser un poco seguido de un dolor en mi pecho.

Una oportunidad para amarla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora