"Son nuestras elecciones las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades."
(J.K Rowling)Capítulo 1
AtrapadaTiempo Presente
Siempre debes terminar tu trabajo. Era la primera regla que le habían enseñado entre las paredes de Cadmus. Las palabras resonaban en sus oídos a medida que caminaba por el extenso pasillo de paredes metálicas. El blazer negro que se había colocado aquella mañana le resguardaba ligeramente del frío, pero le incomodaba ahora que le habían esposado las manos en la parte trasera de su espalda. Los dos hombres a sus costados le empujaron cuando ella se detuvo a observar la puerta gris con el símbolo de la organización en el centro.
Lena Luthor había observado aquella puerta en tantas ocasiones a lo largo de toda su vida. Los extranjeros no son como nosotros: deben ser exterminados. La ojiverde cerró los ojos, las palabras de su maestra resonando en sus oídos. Aquella frase se había repetido continuamente desde que recordaba. La morena podría haber refutado aquello si hubiese tenido el conocimiento adecuado para hacerlo: ahora lo tenía, pero no serviría de nada.
La puerta se abrió y los hombres la empujaron dentro. El lugar era un espacio abierto, un laboratorio en toda la extensión de la palabra. Específicamente, el laboratorio de Cadmus: el lugar donde se habia desarrollado como científica, donde aprendió a amar la vida humana. Donde intentaron hacerla odiar todo aquello que rompiese los modelos conocidos de física o química.
-Nos volvemos a ver, querida.- escuchó la voz de Lilian, inmediatamente la ojiverde irguió su postura. Su entrenadora, madre adoptiva desgraciadamente, entró por la puerta opuesta portando aquellos guantes azules que en múltiples ocasiones la morena había visto manchados de sangre.
Lena no respondió palabra alguna ante el saludo. Sus ojos recorrieron el lugar que hace un año no tenía la oportunidad de observar. Un largo año en el cual todo lo que le enseñaron en Cadmus sobre los extranjeros había sido roto. Ella no era la misma mujer que huyó de Cadmus hace un año, ella había aprendido que los alienígenas que vivían fuera de las paredes del enorme imperio no eran como le habían dicho. Al final...ella también era alienígena y no era diferente a los humanos.
-¿Te divertiste jugando a salvar al mundo, Lena?- interrogó Lilian cruzándose de brazos junto a una larga mesa gris brillante, todo estaba previamente acomodado y Lena sabía que alguien iba a ser sometido a una horrible operación en ese momento. No hacía falta tener una alta capacidad intelectual para deducir que, nuevamente, sería su cuerpo el que estaría sobre aquella mesa en algunos segundos y sus gritos los que inundarían la sala de operaciones de Cadmus.
La vida era injusta en ocasiones. Los buenos siempre terminan pasándola mal. Aunque ella no se consideraba buena. Delante de los ojos de la morocha pasaron las imágenes de todos aquellos a los cuales "operaron" delante de sus ojos mientras ella tomaba anotaciones. Recordaba sus gritos de dolor, las suplicas por un calmante: en Cadmus no se aplicaban anestesias. Se recordó a si misma siendo sujetada...pero no recordaba el dolor, porque a ella si la anestesiaban antes de estudiarla: nunca supo porqué la estudiaban hasta ahora.
-Ellos van a matarte. Van a encontrar este sitio y destruirán todo lo que has hecho.- le advirtió Lena con rostro estoico, si sufriría el peor de sus temores lo haría con la cabeza en alto y recordándole a la mujer delante de ella que no le quedaba mucho tiempo.
-¿Eso crees? ¿Crees que te están buscando, Lena? - interrogó Lilian levantando una ceja.
La morena no respondió, pero si lo hubiese hecho su respuesta hubiese sido un Kara me lo prometió. Los hombres a su espalda la empujaron hacia adelante. Sintió como le quitaban las esposas, pero solo para obligarla a subir a la mesa. Su madre sujetaba su cabello en una cola de caballo mientras le observaba. Lena tenía miedo...como hace años en la nave...ahora odiaba recordarlo.
-No te están buscando, Lena. Porque solo me tienes a mi y a Lex.- susurró Lilian acercándose a la chica, le acarició la mejilla y Lena giró el rostro intentando alejarse del toque frío de aquellos guantes.
La mujer le miró con enojo mientras le quitaban el blazer. Su piel se erizó al sentir el frío del lugar sobre su cuerpo. La camisa de tiras blanca hacía poco para resguardarla del ataque. Se suponía que solo compraría algunos ingredientes en el supermercado y regresaría a su departamento a preparar una comida: nadie espera que lo secuestren en el camino. Quizás debí haberlo esperado.
-Ella te va a destruir.- le aseguró Lena en un último intento de recordale a la otra que no solo ella sufriría. Lilian sonrió llenando lentamente la jeringa de un líquido azul que Lena no reconoció.
-¿Ella? ¿Supergirl?- interrogó Lilian y Lena observó como una sonrisa cargada de malicia se expandía por todo su rostro.
Nuevamente silencio por parte de la morena. Había pasado un año desde que había escapado del dominio de Cadmus. En un principio no conocía vida fuera del edificio y por eso lo aceptaba. La voz de Lilian ahora le recordaba que nadie arriesga su vida por nadie. ¿Realmente Supergirl le salvaría? ¿Ella valía el riesgo? Años atrás...nadie les salvó de ser lanzados hacia el abismo. Kara no estuvo para protegerle hace años, aun cuando le decían que le quería. Nadie la salvó mientras Lilian experimentaba con su cuerpo y jugaba con su mente. ¿Realmente debía tener esperanzas?
Las dudas en la cabeza de Luthor resonaban cada vez con más fuerza. Lena, ahora me tienes a mi, puedes confiar en mi la dulce voz de Kara resonó en su cabeza. Eres mi héroe se escuchó decir en sus recuerdos y podía recordar los cálidos brazos de la super heroina rodeando su cuerpo. Siempre te protegeré solía decirle la rubia de pequeña. ¿Era verdad? ¿O simples mentiras blancas que le había dicho en ciertos momentos? Lena no lo sabía con certeza, pero quería creerle.
-Ella vendrá.- susurró mientras observaba como la jeringa estaba cada vez más llena. No sabía que haría el contenido una vez entrase en contacto con su cuerpo, pero podía asegurar que no sería nada placentero: podía leerlo en el rostro de Lilian. Ya le habían desintoxicado en la DEO y pensar en volver a estar cargada de extrañas sustancias le aterraba. Aunque debería estar acostumbrada.
En ese instante se escucharon ruidos por la puerta de evacuación que conectaba con una escalera de metal. Los ojos verdes brillaron con expectación y el brillo en ellos no fue pasado por alto. Lilian levantó una de sus cejas y dio dos golpecitos en la jeriga.
-Acaso ¿Es amor lo que veo en tus ojos pequeña Lena? ¿Te enamoraste de una Super? Y... ¿Crees que ella puede amar a alguien como tu?- cuestiono Lilian y Lena de nuevo no tenía respuestas.
¿Podía una super heroína amar a alguien que habia pasado años entre las paredes de un laboratorio donde torturaban extranjeros? ¿Podía Kara amar a alguien que frívolamente escuchaba las suplicas de alienígenas y anotaba sus reacciones ante ciertas sustancias? Y si en el mejor de los casos la super podía ¿Podía amarle Lena a ella? Quizás. Quizás nunca lo sabré pensó al sentir el pinchazo de la jeringa en su brazo... ella no sabía cuando había cerrado los ojos...pero pronto todo comenzó a desvanecerse. Los brillantes ojos azules de su amiga de la infancia resplandeciendo en su memoria.
Continuará...
ESTÁS LEYENDO
Caminos Opuestos
RomanceSemi-Au Lena y Kara se conocen de pequeñas, ambas conviven en una nave espacial luego de la destrucción de sus planetas. Terminarán separándose para volverse a reencontrar después. Ahora Kara es la heroina de National City, y Lena es atrapada por l...