La Princesa de las Serpientes

Atrapados y confesiones (minimaratón 1/3)

Briar P.O.V

Me reí a carcajadas al ver a Alec roja, cual bufanda de gryffindor, y a un Nott completamente nervioso. Cuando pude terminar de reír, que no fue hasta unos cinco minutos después, respiré hondo y caí en la cuenta de que había olvidado lo que iba a hacer.

-Se te ofrece algo? –el ánimo de mi amiga se había caldeado con mi risa.

-Oh, sí – grité emocionada al recordarlo -! Mis pergaminos, estoy segura de que están por aquí…

Mientras decía eso señalé la habitación y comencé a recorrerla. Fui hasta el escritorio de los chicos y rebusque en los cajones. Alec me fulminó con la mirada y yo reí por lo bajo. Nott me miraba entre divertido y sorprendido.

-Sigan con lo suyo – hice un gesto con la mano, como para restarle importancia, y seguí en mi búsqueda - . Vamos, no es como que no los haya visto cuando entré!

Alec abrió los ojos, sorprendida por mi comentario. Luego me tomo por la capa y me jaló hasta la puerta. Antes de cerrarla le dijo un simple “nos vemos luego” a el chico y luego me arrastró hasta la habitación que compartíamos. 

-Mira, mi madre… -pero no dejé que terminara la oración.

-Alexandra, cállate! No le voy a decir nada a tu madre… ni si quiera es que la conozca. Pero me podrías decir quién es tu prometido?

-Krum, Victor Krum.

Draco P.O.V

A mi querido hijo:

En vista de todos los problemas que se han generado, la fecha se cambió. Te casarás a finales de este año, tu madre y la señora Crstalstairs ya están concertando todo. 

Quiero que finjas ayudarla para que sepa quién es. Su tío abuelo pretende ir a buscarla en abril, y el poder será de ella. Enséñale la cámara, ella será capaz de abrirla y tal vez la conecte con su parte que tiene bloqueada. Ten cuidado, sabemos que el está logrando controlarla cada tanto, pero aun es débil.

Cuando veas que se le oscurece la marca envíame una carta. Su poder es grande, pero ella no lo sabe. Hagas lo que hagas, no te enamores de ella. 

Tu padre, L.M

El suelo de piedra me había entumecido las piernas, pero no me importó. Leí la carta quince veces, y sentí el mismo odio de siempre hacia mi padre. Y también hacia mi madre, por dejar que el hiciera lo que quisiera. 

“Hagas lo que hagas, no te enamores de ella”, ja, lo decía como si fuera algo simple. “Cuenta hasta diez, molesta a Potter, no te enamores de la chica a la que te vamos a atar a la fuerza, manda a la elfina a comprar el pan”

Si, nada más simple. 

Me levanté de ese apartado pasillo y me encaminé hacia las mazmorras. Pero a mitad del pasillo vi a Weasley, junto a Potter y la sangre sucia.

-Eh, Weasley, para este baile te vas a poner el mismo vestido de hace cuatro años? – le pregunté con sorna.

-Cállate, Malfoy –escupió mi nombre como si de veneno se tratase. 

-Vamonos, no vale la pena…- dijo el castaño.

-Oh, Potter. Este año vas a ir con tu noviecita o también vas a ir con la última chica que esté sola?

Intenté aplacar mi enojo haciendo rabiar a Potter y sus amiguitos, pero claro que no pude. Nada me iba a calmar.

-Ya, vamos.