Capitulo 15.

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Al día siguiente, sería la gran noche, Snape tenía algo planeado que sabía derretiría al chico, él no era amante de aquellas cursilerías, pero sabía que Harry si, así que Severus haría cualquier cosa por su pequeño león.

En la tarde apunto de que la noche cayera, Harry se dirigió al aula de pociones que es donde se había citado con cierto profesor (si, aquel que le robaba el aliento y el sueño) por supuesto que el hombre ya estaba ahí esperando al menor con algunos nervios carcomiéndolo esperando que todo saliera a la perfección.

— ¿Que hacemos aquí, Sev?— preguntó Potter una vez apareciendo por la puerta.

— Tendremos que tomar una poción multijugos, ¿acaso creías que saldríamos juntos así?— un pequeño puchero apreció en los labios de Potter, el chico realmente si esperaba aquello.

Ambos tomaron un vial en una mano mientras que con la otra tomaban la mano del otro. Bebieron al mismo tiempo, en unos minutos ya no eran ellos, se habían convertido en dos estudiantes de Hufflepuff de último año a quienes casualmente Snape tenía castigados limpiando y ordenando cada uno de los viales del salón de pociones (no saldrían en un buen rato). Se quitaron los uniformes, poniéndose ropa normal para no llamar la atención.

Llegaron a Hogsmeade, se tomaron de la mano y caminaron como todos los enamorados deberían hacerlo; sin ocultarse, sin avergonzarse, ser libres de amar. En el estómago de Harry revoloteaban las alas de miles de mariposas que no lo dejaban en paz, Snape se sentía pleno y no paraba de besar a su pequeño león cada que podía, jugaban a perseguirse, y se abrazaban para calentarse ya que los fríos comenzaban, en ese momento eran felices a pesar de que no se veían físicamente como eran, veían sus ojos, la ventana del alma, y eso era lo que realmente valía. Llegó la media noche y ambos tenían que volver ya que los efectos de la pócima habían terminado, iban caminando de la manera más cómoda posible: Snape abrazando a Harry por atrás aferrándose a su cintura y de vez en cuando plantando besitos en su nuca.

Llegaron a las mazmorras a la habitación del mayor y Snape no perdió el tiempo, se deshizo poco a poco se la ropa de Harry dejando besos en cada trozo de piel descubierta, Potter se sentía en el cielo y a Snape le ponía ver al chico retorcerse entre sus brazos.

— Te amo, Potter, de verdad no tienes idea de cuánto te amo.— Severus abrazó con fuerza a Harry pegándolo mucho a su cuerpo.

— Yo también te amo— dijo Harry con brillo en sus verdes ojos.

Severus besaba con desesperación a Potter, lo cargó y el chico enredó sus piernas al rededor de las caderas de Snape, lo dirigió hacia la cama acostándose en primero para que Harry quedara arriba de él y empezó a acariciar su espalda. Harry empezó a bajar besando el pecho de Snape, hasta su ombligo y de ahí bajo más. El Gryffindor se llevó el pene de Snape a su boca y comenzó a lamerlo con deseo, mientras el otro gruñía y soltaba pequeños gemidos de placer.

— Harry... oh, Harry, me estás matando— colocó su mano en el cabello de Potter siguiendo con ella el movimiento de arriba para abajo.

El joven comenzó a elevar la velocidad y Severus estaba que echaba chispas, no aguantó más y cargó a Potter de manera que quedara sentado sobre su cadera con cada pierna de cada lado, con un dedo comenzó a estimular la entrada del chico mientras que con su otra mano acariciaba su pierna, Harry empezó a hacer gestos expresivos, pero cuando Severus introdujo otro dedo se aferró con ambas manos al pecho del hombre.

— Ya hazlo— suplicó Potter.

— Convénceme— dijo Severus con una sonrisa ladina.

— Por favor, Sev... te necesito...— dijo antes de un gemido. Harry sentía aquella terrible y enloquecedora necesidad de tener dentro a Snape.

Snape sacó sus dedos y colocó la punta de su miembro en lugar de estos.

— ¿Estas bien?— preguntó Snape y Harry asintió.

Severus colocó sus manos en la cintura de Potter y comenzó a introducir más y más, después los movimientos fueron lentos pero fueron aumentando, Harry gritaba de placer y Severus aumentaba sus movimientos en velocidad y fuerza, después de un rato así ambos llegaron al éxtasis casi al mismo tiempo, primero empezó Snape quien apretó con más fuerza la piel del joven y aumentó la fuerza de sus embestidas y se mordió el labio, Harry al sentir aquel calor en su interior y ver la cara de su pareja, comenzó a masturbar su miembro terminando en el abdomen de su profesor.

— Eres maravilloso— dijo Snape a Harry mirándolo a los ojos ya acostados.

— No quiero estar sin ti.— confesó el menor y Severus soltó una sonrisa y una pequeña risilla.

— Harry, yo ya no puedo estar sin ti.

Potter recargó su cabeza en el pecho del pelinegro y ambos se quedaron dormidos rápidamente, aquel día había sido un deli hecho realidad para ambos, el par había sido infinitamente feliz.

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De verdad que no tengo perdón, lamento mucho el haber tardado añooooos en actualizar, es que tuve un bloqueo muy feo :c  pero estoy de vuelta!

- Kike fuera.

El secreto de las mazmorras. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora