Capítulo siete. Confesiones indecentes

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"Take my hand, take a breath, pull me close and take one step. Keep your eyes locked on mine and let the music be your guide" -Zac Efron y Vanessa Hudgens, Can I Have This Dance


A la mañana siguiente, Violet se despertó con la cabeza embotada. No recordaba mucho de la noche anterior, tan solo las vueltas y vueltas que dio en la cama intentando dormir. Sabía que había salido de su habitación sin decírselo a nadie, que había llegado a la cúpula, donde Noah parecía estar esperándola. Recordaba hablar acerca de las estrellas, pero... ¿después?

—Peyton, ¿cómo volví anoche a mi habitación?

La doncella reaccionó dando un saltito desprevenido.

—¿Es que os marchasteis, señorita?

Violet apartó las sábanas de la cama y se puso en pie, con los brazos en jarras.

—Vamos, Peyton, que no soy tan tonta.

Peyton suspiró y, con la mirada baja, se rindió a hablar:

—El príncipe Noah os trajo.

Y según habló, volvió a sus quehaceres. Violet, sorprendida, caminó hacia la doncella, que la obligó a sentarse para que Adelaide la maquillara.

—¿Noah? —insistió.

—Sí, señorita. Os quedasteis dormida y él os trajo de vuelta.

Violet saltó de la butaca justo cuando Adelaide iba a darle el primer brochazo de maquillaje. La seleccionada alzó las manos al cielo mientras Peyton se ruborizaba.

—¡Oh, por Dios! ¡Qué vergüenza! —exclamó— ¿Cómo ha podido pasar?

—¿Cuál es el problema, Violet? —preguntó Hanna mientras elegía el vestido del día.

—Pues que ahora Noah no va a dejar pasar la ocasión. Va a molestarme con el temita o incluso tendrá el valor de mencionarlo en el Report. ¡Quizás había fotógrafos!

Las doncellas se rieron de ella y dejaron que despotricara contra el príncipe todo lo que quisiera. La peinaron, la maquillaron y la vistieron con un vestido verde claro. Hanna escogió unos tacones a juego que, según ella, iban a darle un efecto precioso a sus pálidas piernas.

Peyton soltó las sábanas de la cama que estaba haciendo, saliendo disparada hacia su compañera para detenerla.

—¡No! Deja que hoy se ponga algo plano.

—¿Y eso por qué? —preguntó Hanna con un tono hostil.

Peyton vaciló antes de contestar, mirando primero a Violet, luego a la cama sin hacer y por último a Hanna.

—Estoy segura de que la señorita está un poco cansada de tener que llevar siempre tacones. ¿No es así?

Violet asintió como una niña pequeña. Cualquier excusa era buena para no tener que usar tacones. Hanna cedió y le calzó a la seleccionada unas manoletinas del mismo color. Peyton soltó un suspiro y terminó la trenza negra que recogía el cabello de Violet en una coleta simple.

Salió de la habitación aliviada, sin tener que prestar atención a mantener el equilibrio en unos zapatos. Como era costumbre, Digger estaba esperando en la puerta, con un arma enfundada y la mirada fija en la pared.

Doble Elección (Mejorada y editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora