Capítulo once. La Élite.

1.5K 83 110
                                    

I'll try to do my best to impress but it's easier so let you take a guess, at the rest, but you wanna hear what lives in my brain. My heart, will you ask for it? -Nick Jonas, Introducing Me


Violet volvió a la cúpula en cuanto salió del Salón de las Mujeres, después de la aburrida charla de Laura sobre responsabilidad, protocolo y otra serie de términos que Violet se decidió a ignorar. Con el único aspecto que se había quedado de la charla de Laura era con "ser una señorita" y, aunque comprendía que la Élite traía retos y decisiones, se negaba a convertirse en la señorita perfecta que Laura buscaba en cada una de ellas. Y nadie iba a convencerla de lo contrario.

Empujó las puertas de metal con fuerza, provocando un chirrido. Soltó un suspiro al encontrarse con la familiar bóveda acristalada y se tumbó sobre el primer montón de cojines que se encontró. Tenía solo treinta minutos antes de acudir a la cena y no le apetecía discutir los términos de la Élite con sus doncellas. Media hora era suficiente como para estar sola sin que la echaran en falta.

Aquella Selección estaba avanzando a marchas forzadas. No habían pasado más de dos meses y dos tercios de las seleccionadas habían sido eliminadas. Solo había dos opciones: O los príncipes tenían las ideas muy claras o se habían vuelto locos. Violet se decantaba por lo segundo. Una Selección podía llegar a durar años, aunque ella esperaba que nunca se diera el caso, ni en la suya ni en las posteriores. La Selección del rey Damon duró cinco meses y medio, si no recordaba mal. ¿Qué habría impulsado a los hermanos a eliminar a diez chicas a la vez?

El rechinar de las puertas le hizo pegar un respingo. Se incorporó para ver entrar a Noah, vistiendo el traje para la cena. Sin mediar palabra, cerró las puertas tras él y se recostó a su lado.

—¿Cómo sabías que estaba aquí? —preguntó ella, recelosa, ya que el príncipe comenzaba a parecer un maldito acosador.

—Siempre sé dónde estás—respondió él, siguiéndole el juego. Luego rio e hizo un ademán cansado hacia la puerta—. Se lo he preguntado a Laura cuando la he visto salir del Salón de las Mujeres. Al cual, por cierto, me encantaría entrar.

—¿Qué parte de Salón de las Mujeres no entiendes, principito?

Él se rascó la barbilla:

—La parte en la que me prohíben entrar. Cuando era pequeño, mi madre nos llevaba a mí y a Justin allí para jugar, pero por aquel entonces solo había un puñado de doncellas.

—Es mucho mejor ahora, claro, que tienes a todas tus pretendientes encerradas en la misma sala—bromeó ella con sarcasmo.

Noah arrugó el gesto y meneó la cabeza:

—No puedo creer que os paséis ahí el día. ¿Qué hacéis que es tan secreto?

—En realidad, no mucho—respondió Violet encogiéndose de hombros—. Pasamos el día allí porque es lo que nos recomiendan siempre. Hay sofás, revistas, libros, una televisión... Es ahí donde Laura nos da las clases y me temo que voy a tener que soportar muchas más de esas ahora.

—¿Y eso?

—La Élite—abrevió ella y Noah comprendió—. ¿Por qué habéis eliminado a tantas en tan poco tiempo? ¿Qué ha pasado?

Noah frunció el ceño y tuvo un dilema interno entre contarlo o no. Se decidió por la primera opción. Quería que Violet confiera en él y la sinceridad era el camino más rápido para ello. Además, siendo Violet con quien estaba hablando, no lo iba a dejar marchar hasta que escupiera toda la verdad.

Doble Elección (Mejorada y editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora