"Car rien n'est gratuit dans la vie" -Camille, Le Festin
La semana pasó volando. Los dos grupos de seleccionadas trabajaron codo con codo para hacer una perfecta bienvenida a la familia real francesa.
Decidieron que la mejor vestimenta sería la elegante, pero sin llegar a ser excesiva o demasiado recatada, al estilo de sus vestidos de noche para los bailes de los domingos. Cada una podría llevar un vestido diferente, pero todas llevarían la misma horquilla blanca en el pelo. Las telas se colgaron dos días antes para comprobar que la luz sobre ellas era perfecta a cada hora del día. El menú se editó y probó, por lo menos, cuatro veces. Las flores estuvieron a punto de no llegar debido a un problema con el pedido que tuvo de los nervios a Dorothy toda una tarde. Afortunadamente, llegaron la noche anterior y pudieron ser colocadas en las mesas y jarrones. La música se eligió junto con diferentes artistas invitados que cantarían y tocarían en directo aquella noche.
Cada grupo tenía sus propias capitanías. Violet y Emma llevaban el liderazgo del suyo a partes iguales, la mayor parte del tiempo con tranquilidad y sosiego, escuchando las opiniones de todas, aunque no sin algún roce entre estas. Sin embargo, en el otro grupo tenían problemas más serios. Como era evidente, uno de ellos era Emily. Quería llevar el mando a la fuerza, pero o sus ideas eran egoístas o no eran apoyadas por sus compañeras. Por si fuera poco, Emily intentaba obligarlas a que la obedecieran en absolutamente todo.
Durante toda la semana, en el Salón de las Mujeres no dejaban de oírse gritos:
—El azul es el mejor color para las luces—dijo Emily una tarde—. El rojo da a todo un aspecto demasiado tétrico.
—Se supone que tenemos que tener una paleta de colores similar a la del otro grupo—rebatió Abby—. ¿En qué momento el azul y el rojo son de la misma tonalidad? ¡Son opuestos, Emily!
—Pues que cambien ellas su paleta. Me niego a usar el rojo.
Emily se dirigió a la mesa en la que Violet y su grupo preparaban las cajitas en las que entregar los regalos. Al oír a Emily se miraron las unas a las otras.
—A nosotras no nos metas en esto—dijo Violet antes de darle la espalda.
—Ellas no van a cambiar su paleta porque son las que sugirieron que las tuviéramos parecidas para no desencajar y se les ocurrió primero. Mientras, por si no te acuerdas, nosotras estábamos peleándonos por tener el bolígrafo negro.
Emily puso los ojos en blanco y, con un golpe de cintura, se volvió hacia su pizarra blanca.
—Pues yo me niego a usar el rojo, ni siquiera se verá mi maquillaje. Y eres tonta si crees que voy a dejar que lo pongáis.
Abby puso los brazos en jarras y tardó unos segundos en contestar, seguramente conteniéndose para no gritarle a su compañera.
—No estoy diciendo que tenga que ser rojo. Pero tiene que ser de los colores del amanecer, como dijo Emma. ¿Alguna vez escuchas?
Emily le dedicó una mirada por encima del hombro y un bufido desconsiderado.
—¿Decías algo? Las luces van a ser azules, sí o sí—anunció alzando la voz.
Abby, superada por la situación, tiró la pizarra blanca con un manotazo y caminó a grandes zancadas hacia la salida del salón.
—¡No puedo! —gritó mientras atravesaba las puertas— ¡No puedo con esta estúpida!
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Doble Elección (Mejorada y editada)
FanfictionEsta es una nueva versión de "Doble Elección", la que yo considero la edición mejorada de ese fanfic que estrené hace tiempo. En esta nueva versión, "Doble Elección" cuenta con más de setenta páginas de nuevo contenido, nuevos personajes, etc. En es...