14, Febrero, 2003. 5 años...
Era una tarde soleada cuando la señora Lee, mi madre, tocó la puerta de los Jung, me llevaba de la mano, a su único hijo vestido de marinero, estaba fastidiado de estar en ese lugar, no conocía a nadie y quería ir a casa, pero ese día era especial, ese día iba a marcar mi vida por el resto de mis días. El día en que conocí a Jung Yoon Oh.
Mi madre había hecho una amiga y estaba muy feliz, era la mujer más dulce que jamás había conocido y eso que su vida no era fácil desde que el bastardo de que tenía por novio la abandonó al saber que estaba embarazada, y a eso debemos sumarle un hijo con déficit de atención y que a su edad no había logrado hacer ningún amigo, vaya suerte...
La señora Jung y su familia se habían mudado hace aproximadamente unas dos semanas y sólo sabia que simpatizaba con mi madre, no tenía mucha información sobre ella, sólo que tenía dos hijos y también era madre soltera, quizás por eso era amiga de mi mamá.
Estábamos en el patio de la casa de los Jung, según tenía entendido era el cumpleaños de uno de sus hijos que al parecer mi edad, pasamos directo a la casa para felicitar al chico, la verdad no quería estar ahí, había un montón de niños corriendo por todos lados y a mi me incomodaba los lugares con muchas personas.
Miré a mi madre suplicando irnos de ese sitio, pero ella estaba encantada con estar ahí, me sentí un poco egoísta por eso.
La señora Jung apareció con un pequeño en brazos, era un niño y era tan lindo que tenía ganas de apretarle las mejillas, pero no lo hice.
Me aferre a la falda de mamá para protegerme de todo ese ambiente nada agradable para mi, hasta ese momento, la señora Jung detuvo a un niño que pasó corriendo, el chico se quejó un poco, pero su madre lo tomó de la mano, después sonrío y pude notar que dos pequeños agujeros sobresalían a cada costado de sus mejillas.
—Yoon Oh, ella es la señora Lee y su hijo —dijo la señora Jung y el chico miró a mi madre y después desvió su mirada hacía mí.
—Feliz cumpleaños Yoon Oh, Taeyong y yo estamos felices de recibir la invitación —mi madre extendió el regalo hacia él y lo tomó.
—Estoy muy feliz de que estén aquí, gracias —respondió el chico y mamá se quedó boquiabierta por lo educado que era.
Lo miré curiosamente, y él hizo lo mismo, sentí mis mejillas arder por su mirada y una sensación indescriptible, algo que jamás había sentido, llevé la mano a mi pecho temiendo que mi corazón se saliera.
—Taeyonggie, vayamos a jugar —dijo luego de unos segundos y tomó mi mano, haciendo que el mundo frente a mi empezará a avanzar en cámara lenta, provocando sensaciones que jamás había experimentado en mi vida y trayendo consigo un montón de acontecimientos que hasta la fecha no puedo controlar y posiblemente nunca lo haga.
Así fue como me enamoré de sus bonitos hoyuelos...
Estoy haciendo algunas modificaciones para que esto se vea decente, hace mucho que comencé con esta historia y no me gustaban del todo los capítulos, además de que habían incoherencias, espero que disfruten de la lectura, gracias por leer.
-Destinity xx
