Just Wanna Be Somebody.

Capítulo 28.

31 de Mayo, California Del Norte.

Mi 14 cumpleaños. Por fin ha llegado el maldito día. Se supone que esto es un diario y debo escribir al final del día para ver lo que hice, pero hoy escribo nada más despertarme. Sé que será otro día del instituto con insultos, quizás algún empujón contra mi taquilla y otra vez la mala mirada de las populares de clase. He entendido que haga lo que haga esto no va a cambiar, pasa desde primaria y ahora no voy a evitarlo, no sé como ponerle solución pero no me importa. Hace dos años que por fin demostré mi valentía contando a mi madre lo que pasaba, pero me lo debería de haber callado porque no sirvió de nada, es más.. empeoró. Mi madre fue a hablar con la jefa de estudios y lo único que hizo fue ir a la clase y decir: "¿Sabéis que no está bien herir a la gente, verdad? Ni verbal ni físicamente y sé que en esta clase alguien está sufriendo eso, así que por favor, parad." ¿Sirvió de algo? No. A las chivatas se les trata peor.

Acabo de llegar de mi 'fiesta' a la que claro, ha venido solo Ángela. Mi mejor amiga con la que acabaré viviendo con quince gatos, seguramente, negros. Me alegro de que mi abuela haya podido venir a mi cumpleaños, sé que está enferma pero siempre ha estado ahí y me alegra que aún pueda caminar hasta mi casa. Aún recuerdo el día que me regaló este diario, gracias de nuevo. Ann x

Nunca dejaba de sorprenderme. Cada día veía algo nuevo, después de tantos años por fin conseguí que me importase algo menos. Tenía que seguir leyendo, recuerdo que un día me ateví a decirle algo a esos chicos, ese día en el que me pidió perdón uno de ellos. ¿Eso sirvió de algo? Después tantos un perdón no solucionaba nada.

Lauren.

Cogí la bolsa que llevaba con varias frutas y las agarré contra mi cuerpo. No podía ser. No podía estar viendo aquello.

Mis ojos en este momento solo podían mostrarme lo que no quería ver. Hice bien en no cogerle el teléfono en tanto tiempo. Hice bien en irme sin despedirme. Echaba de menos su voz, eso era cierto pero podía aguantar cuando veía que la cruda realidad era que él estaba con la florista.

Se encontraban de espaldas a mí,  sosteniendo sus manos juntas. ¿Por qué tenía que estar yo aquí al mismo tiempo que ellos? ¿No podían haber venido otro día? Él señaló algo y ella rió como una tonta, haciendo que él también riese. Eso era el amor, ser feliz y que tu pareja también lo fuese, ¿Eso no lo teníamos nosotros? Me iba a dar la vuelta, pero necesitaba ir a por las flores. En ese momento Helen levantó su cabeza y Liam la agachó, le dio un pequeño beso en los labios y hasta el último atisbo de esperanza en mí se desvaneció. Aunque eso no fue lo peor, lo peor fue ser atendida por ella, no porque fuese desagradable, no me había visto nunca, si no.. porque acababa de arrebatarme a la única persona a la que probablemente había querido y me había hecho daño. En realidad me lo había hecho porque le quería, si no, no me hubiese importado.

—Perdona, podrías darme unas uh, um..-Respiré profundo intentando concentrarme en lo que me había dicho Joha. La flor era.. era.. Margaritas, tulipanes, jazmín.. Amapolas, ¡Eso, amapolas!-Un ramo de amapolas, por favor.-Sentí una punzada en el pecho. Liam se dio la vuelta al escucharme después del titubeo, no sé si sería por mí o para estar pendiente de ella, posiblemente lo segundo.

—Aquí tiene, un ramo de amapolas. Ponlas en agua o se van a marchitar, te puedo dar yo mismo un jarrón. ¿Lo quieres?-Empezó a buscar detrás suya en una caja mientras yo miraba a Liam con cierta tristeza, aunque intenté que pareciera desprecio, pero en mí era imposible incluso cuando le despreciaba muchísimo en este momento. Él me devolvió la mirada durante un rato hasta que yo la aparté.

—No, gracias. Cuando llegue a casa lo pondré, adiós.-Cogí el ramo de amapolas y me fui lo antes posible a casa.

Amanda.

—Zayn, ayúdame a escoger la ropa para esta noche, por favor. No me entra nada.-Dije, apretando suavemente mi tripa y quitándome el vestido otra vez.

—¿Y me vas a pedir opinión a mí? Soy un hombre, se supone que no tengo gusto en la moda.-Entró en la habitación y miró la ropa que tenía encima de la cama.-¿Por qué no te pones los leggins con esta camisa ancha?

—Y luego dices que no tienes gusto para la moda.. -me coloqué los leggins por debajo de la tripa y le di un beso a Zayn, dejándole parte del pintalabios que había colocado en mis labios hace un momento.

—¿Que me hago en el pelo?-Pasé una mano por su melena y resoplé.

—Podrías dejarme tu pelo y así no tendrías problema.

Niall.

Pusimos toda la comida en las mesas, había alrededor de seis mesas por el jardín ya que en el comedor no cogíamos todos. La casa era grande pero no para tanto.

Conecté el televisor y puse el pen drive para probar si se veía el vídeo una vez más. Íbamos a ver la boda de Andy y Louis y un vídeo sorpresa para Amanda y Zayn, llevaban seis meses sin venir a casa y los necesitábamos más aquí.

Louis.

Abracé a mi chica poniendo mi chaqueta en sus hombros, hacía frío en la calle y eso que no era muy tarde.

Íbamos a casa de Niall y Johanna, había una fiesta en honor a Zayn y Amanda por volver después de tanto tiempo. Después de la pelea en nuestra boda no les habíamos vuelto a ver y necesitábamos saber si estaban bien. La verdad es que Zayn no se merecía que le diesen la espalda sus amigos en momentos tan duros.

Entramos al apartamento y dejé ambas chaquetas en la percha de la entrada. Nos sentamos en el sofá más cercano a la chimenea y fuimos recibiendo a los invitados cada vez que entraban. Niall se sentó a nuestro lado, bastante cansado y suspiró un par de veces. Era duro ser anfitrión, por eso yo nunca había accedido a meterme en esos líos. Le di una palmada en la espalda y le animé a abrir de nuevo.

—Ya tienen que quedar pocos. Unos veinte solo.-Le guiñe un ojo y me reí mientras el rubio, resignado, volvía a abrir la puerta donde por fin se dejaban ver la pareja perdida.