Capítulo 4.

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Desperté con Non, Je ne regrette rien de Edith Piaf en la radio. Me gustaba esa canción, pero desde que me levantaba todas las mañanas estaba empezando a darme rabia. Apagué el despertador de la radio y busqué el móvil. Tenía un mensaje de Amanda, me pareció raro ya que yo le envié dos. 

Cuando llegué por la tarde a mi casa mi hermana estuvo contándome que Amanda había vuelto a por sus cosas, mi primera pregunta fue hacía cuánto se había ido.

Me acerqué a su casa porque solo había pasado media hora y cuando llegué vi que su madre estaba cerrando la puerta así que pensé que mejor no molestaba, sabía como se llevaba con su madre y no me apetecía hacerle más daño.

Volví a casa y hablé con Silvia más detenidamente, me contó de lo que habían hablado y cuando mencionó a Charlie no me lo esperaba.

Hacía dos años que no la veía y bueno, cuando la ví la noche anterior estaba preciosa, no iba arreglada y la veía más guapa que normalmente. Llevaba un recogido y dos mechones de pelo caían por sus mejillas, tenía una blusa blanca que se ceñía debajo de sus pechos y pantalones largos que hacían sus piernas delgadas, se le marcaban las curvas y había mejorado mucho desde que estuvimos juntos.

Estuve la mayoría de la noche pendiente de ella, la veía cada vez más ebria y empecé a preocuparme, sólo fumaba y bebía, como hacían todos pero que fuese su cumpleaños no significaba que tuviese que volver a su casa borracha y descontrolada.

Al cabo de un rato se cayó al suelo y yo acudí a ver como estaba como todo el mundo, sin embargo ví acercarse a mucha gente y decidí sacarla de allí, la estaban agobiando.

La cogí en brazos y la llevé a mi coche, pensé en dejarla en su casa pero no le haría bien a ella así que la llevé a la mía, vivía solo desde hace un par de años, prácticamente cuando lo dejamos y podía llevar a quien quisiese, nadie estaba allí para decirme que le molestase. La subí hacia mi habitación y la puse en mi cama. Por un momento pensé en bajar al sofá, no quería incomodarla, pero después me dí cuenta de que estaba demasiado cansada para decirme algo y que al día siguiente podría salir de la cama antes de que ella despertase y que no se diese cuenta.

Le quité la ropa dejándola en ropa interior y me quedé observándola, tenía ganas de ella pero no estaba bien aprovecharse de una borracha. Se movió un poco y se me hizo difícil ponerla recta pero lo hice, comencé a vestirla y le puse uno de mis pantalones anchos y una camiseta de las más grandes que tenía, le quedaba enorme pero me daba igual, seguía preciosa. Se había quitado el moño hace horas, por lo que ahora lucía el pelo sobre los hombros y se le veía muy inocente. Me tumbé a su lado y rodeé su cintura con los brazos, se dio la vuelta y noté su respiracion sobre mi hombro, era notáblemente más pequeña que yo.

Le besé la cabeza e intenté dormir.

No lo conseguí así que me tiré toda la noche mirándola, recorriendo cada parte de su cuerpo con mis ojos, sin tocarla, solo tenía las manos en su cintura y las subía a su espalda, a los minutos, volvía a bajarlas.

Serían las cinco cuando se me cerraron los ojos y me desperté sobre las nueve, salí de la cama y bajé a desayunar, llamé a la madre de Amanda informándola de que estaba en mi casa para que no se preocupase. Estaba feliz, no habíamos hecho nada pero la había visto y sabía que ya no perdería el contacto conmigo tan fácilmente.

Me levanté por el despertador del móvil, había dejado el típico "pi, pi, pi", demasiado corriente pero era lo único que podía ponerme para despertar, así evitaría odiar una canción.

Empecé a mirar cosas en mi móvil, como tumblr, twitter...etc.

Siempre me quedaba unos veinte minutos en la cama hasta que me despertaba del todo, me vestía en 10 minutos, desayunaba en 5 y me iba a clase.

Just Wanna Be Somebody.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora