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Ya iba corriendo, como siempre. No podía estar tranquilo ni un minuto.
Era horrible llevar un Club de Stripers y más cuando tenías que trabajar con chicas con las que no podías acostarte. Mi padre tuvo que dejarme eso, no podía dejarme otra cosa, tenía que dejarme un club en las que las bailarinas apenas sabían bailar y se caían a cada actuación.
Para colmo, ella tenía que trabajar allí, la tenía que ver sin ropa y no podía acostarme con ella. Esto no era normal, ni sano. Menos mal que poco a poco se iba llenando y me daba dinero, seguro que ella tenía la culpa, debería de quitar las habitaciones, así evitaré que alguno se acueste con ella. También puedo quitarla de la lista, sí, mejor eso.
Entré al local por la puerta trasera, como de costumbre y fui directo a mirar las firmas de todas las chicas que habían llegado. Si no las controlaba igual ni vendrían. Barbara, Des, Nerea, Lana... No estaba su nombre, ¿No había llegado aún? Encima sin puntualidad.
Deslicé un poco la telita que separaba el escenario del público y pude ver como entraban poco a poco chicos y más chicos de diferentes edades, no me parecía buen lugar para los jóvenes, los más mayores vendrían para quitarse problemas de casa o para ver lo que no les dejan ver sus mujeres.
-Des, sal, hoy empiezas tú, ten cuidado con esos tacones, sabes que te cuesta mucho andar con ellos, ¿has practicado?-Ella se acercaba solo cubierta con la ropa interior de la parte inferior y unas estrellas puestas sobre la parte más delicada de sus pechos.
-Sí, señor. Creo que hoy lo haré mucho mejor.-Caminaba más recta y se veían los arañazos en sus piernas, menos mal que se olvidarían de eso al verla semi-desnuda.
-Ponte esto, anda, Carmen el otro día salió tal y como vas y no creo que se pueda quitar mucha ropa así.-Le cedí un uniforme de policía demasiado corto mientras ella asintía justo antes de ponérselo y salir a hacer su actuación.
Tenía que preparar a las demás bailarinas mientras seguía esperando a la estrella, no la estrella de la actuación, si no la mía, aunque por otra parte era la que más hombres atraía.
Todas me llamaban señor, ¿qué tenía de malo mi nombre? Tampoco era tan raro y eran de mi edad, como mucho un par de años mayor alguna.
Fui a la lista de nuevo donde ya había firmado ella y al lado anoté que no estaría disponible en las habitaciones o fiestas privadas como a mí me gustaba llamarlas. Ya era hora de ganármela.
Zayn.
Entramos al gran local, no pensé que Rob nos fuese a traer aquí, había entrado un par de veces pero sin novia y con algo más de dinero, cosa que hoy no me haría falta. No quería nada con esas chicas, pero mirar no es ningún delito, mientras no les pusiese la mano encima.
Rob nos llevó a una mesa al lado de un trozo de escenario con una barra en el centro que estaba unido al principal por un pasillo, Niall estaba asombrado, no sé si habría entrado alguna vez pero las muchachas eran preciosas, eso estaba claro.
Estábamos sentados cuando apareció una muchacha de cabello castaño claro y se quedó en el escenario que estaba delante nuestra. Llevaba un simple uniforme que le llegaba hasta los muslos y unos tacones con los que parecía sostenerse bien, no como alguna compañera que se había caído minutos atrás. Rob la miraba embobado y Niall, bueno.. Niall estaba en su mundo mirando a todos lados.
-Mira, esa es Lauren, es la mejor bailarina de este club, de todos los clubs quizás.-La muchacha se agachó y haciendo un movimiento muy sensual se deshizo del uniforme que la cubría.
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Just Wanna Be Somebody.
Roman pour AdolescentsDe pequeños solo tenenos una meta: Crecer. Conforme crecemos conocemos el amor, la felicidad, perdemos la inocencia y a veces la vergüenza. Cuando alguien entra en tu vida, la llena y desaparece, es difícil volver a ser la de antes, sobre todo cuand...