No molestar

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**Sexo Explícito**


El muchacho lo miraba a los ojos, entrecerrándolos de manera casi tierna. Sus mejillas se habían sonrojado con suavidad, irresistiblemente.

Ser suyo, solo suyo.

—Entonces, lo que sentí estos días... ¿Fueron ellos?—Preguntó, acariciando la cabeza de Shiro—¿Ser...solo tuyo? —Murmuró, sin dejar de mirar en esos profundos ojos oscuros—. ¿Tú crees que pueda hacerlo? ¿Crees que puedo servirte para cargar energía, que puedo ser útil para ti?

Su mano fue a la mejilla de Shiro, acariciándosela con suavidad.

—No quiero que otro se alimente de mí. Tú... solo tienes que ser tú...

*

Keith los había percibido, ¿qué acaso no entendía la verdadera fuerza de su energía? Shiro se quedó callado, mirando y disfrutando del tacto del chico acercándose más y más. Cerró los ojos por un momento mientras las delgadas manos de Keith acariciaban su cabeza, solo para volver a encontrar su mirada después.

—Piénsalo mientras no estoy, ¿de acuerdo? —Sugirió Shiro, lo que menos deseaba era que la decisión de Keith se viera influida por el efecto que inevitablemente causaba en él justo en ese momento.

Volvió a besarlo, optando por cambiar el tema. Él también necesitaba pensarlo mejor.

— ¿Lo de la tabla fue lo único que pasó hoy?

*

Keith sonrió, cerrando sus ojos. Había apoyado su frente contra la de Shiro

—El día fue tranquilo. Tengo un compañero de clases que es todo un ñoño, me regañó en el pasillo por esto en mi cuello, pero no es nada de verdadera importancia.

El muchacho tomó la mano de Shiro, sentándolo a su lado en el suelo. La diferencia de tamaños era muy grande.

—Habrá una fiesta este fin de semana, mis amigos insisten que vaya para presentarles a mi "conquista"—Keith sonrió divertido, pensando en toda la situación—. Les dije que no quería ir, pero no entienden. No sé qué haré si terminan arrastrándome y tengo que rendir cuentas de eso.

*

—Vaya, una conquista. Sabía que eras irresistible, Keith—sonrió Shiro, sentándose junto a él.

La situación que Keith narraba sonaba bastante graciosa. Shiro no dejaba de sonreír, mostrando los dientes alineados y los colmillos que resaltaban más de lo normal. Era probable que fuera la primera vez que lo hacía con tanta soltura pero se sentía mucho más cómodo ahora.

—Bueno, podrías conseguir a alguien en ese momento y convencerlos de que es quien ellos creen—dijo encogiéndose de hombros y mirando cómo las piernas de Keith se veían tan cortas junto a las suyas.

*

—Esa conquista eres tú—murmuró por lo bajo. Su pierna tocó apenas la de Shiro, en un suave contacto—. No creo encontrar a un hombre como tú en este mundo para llevar en tu lugar. Tal vez sea mejor decirles que no se presentó o algo así. La verdad nadie me hace caso, la gente... tiende a alejarse de mí cuando realmente ven cómo soy.

Hizo una pausa, pensando en su situación. Cuando vio a Shiro sonreír, algo en su pecho se encendió. De alguna manera su corazón latía más deprisa, como la emoción que generaba ver algo de increíble belleza más allá de lo físico y lo terrenal.

Del latín "incubare"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora