Comencemos a vivir arriesgadamente

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**Sexo Explícito**
Adicional a eso, en este capítulo
se reescribe por completo la anatomía..
.


Shiro guió a Keith en la oscuridad. Era muy tarde y pocas personas pasaban por la calle.

Estaba tranquilo, disfrutaba caminar con Keith aunque seguía ansioso por llegar y desgarrarle la ropa. Quería estar a solas con él con total libertad. Disfrutar de su novio sin tener que cuidarse de los demás.

*

— ¿Quieres que busque un taxi o algo? Estamos un poco lejos de casa...

Keith iba agarrado de su mano, caminaba a su lado dando cortos pasos.

*

Shiro asintió. Keith debía estar cansado después de todo. Conseguir un taxi era la mejor opción.

— ¿También tienes prisa? —Preguntó, haciéndole saber que quería llegar pronto. Quería estar solo con él.

*

— ¿Crees que no me di cuenta de cómo me miras...? —Susurró, mordiéndose el labio—. Si fuese por mí, me entregaría ahora, aquí...

Sus mejillas ardían, miraba hacia abajo. Su mano entre la de Shiro lucía pequeña y casi frágil.

*

Shiro se detuvo. Algo animal en él respondió a las palabras de Keith. Se dio la vuelta y se detuvo frente a él, prácticamente pegado a él. Lo miraba hacia abajo, con hambre.

— ¿Te gustaría ahora?

Su energía deformaba su sombra, se veía más parecida a lo que en realidad era. Haberse reprimido tanto por tanto tiempo parecía haberlo afectado.

*

Keith miró alrededor, estaban cerca de un pequeño bosque. Lo meditó unos segundos.

Ser tomado allí, a la intemperie, en medio de la nada. Tan salvaje... tan sumamente primitivo.

Aún estaba oscuro afuera.

—Sí... —Aceptó, entrelazando sus dedos con los suyos.

*

Shiro tomó la cara de Keith y lo besó profundamente, tan cerca como estaban. Forzó sus labios a separarse, su quijada para que pudiera ir más y más profundo, levantando su cara y estirándole el cuello.

—Keith. Te necesito.

Shiro bajó las manos por el cuerpo de Keith hasta llegar a sus piernas, las tomó y lo cargó como si no pesara nada. Hizo que las piernas de Keith rodearan su cintura para poder avanzar y adentrarse entre los árboles.

*

Keith respiraba sobre el hombro de Shiro, se sentía como una suerte de animal en celo, una presa que había sido capturada y se entregaba sumisamente a él.

El bosque solía estar cerrado, pero Shiro se las arregló para entrar allí, eran casi las 4 de la mañana, presumió Keith por el color del cielo. No se escuchaba a nadie cerca

—Puedes cambiar si quieres... no hay nadie aquí—Murmuró en su oído, acariciándolo.

*

Shiro avanzó hasta un claro, rodeado de árboles y suficientemente espacioso para recostarse. Las hojas servirían de soporte, probablemente no les importaría una vez que empezaran.

Del latín "incubare"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora