Lo he llevado demasiado lejos para mantenerte cerca

128 17 13
                                    


La mañana llegó de manera lenta, sin embargo habían permanecido juntos, sin despegarse en ningún momento.

Keith suspiraba antes de comenzar a despertar, aún entre los brazos de Shiro. Abrió sus ojos lentamente, fijándose en él.

Su alarma aún no había sonado. Disfrutaría de ese momento un poco más.

*

Shiro se mantuvo despierto, mirando a Keith, su habitación o el cielo por la ventana. Tan solo esperaba que Keith despertara, quería que durmiera tanto como fuera posible.

Cuando Keith comenzó a moverse, Shiro lo estrujó un poco más y acarició su cabello. Shiro lo vio abrir los ojos y le sonrió.

—Hola, bonito.

*

—Hola, querido—bromeó, estirándose como un cachorro. Se abrazó a él, respirando el aroma de Shiro—. ¿Acaso tú duermes?

*

Shiro negó con la cabeza sin dejar su sonrisa. Prefería pensar en la agradable noche que acababa de pasar que en la tensión de lo que los esperaba. Al menos por un momento.

Shiro se acercó a besar su rostro, Keith recién despertando era bastante lindo. Aún recordaba las bromas sobre ser un gatito, y verlo moverse así solo lo confirmaba de nuevo.

*

—Ayer... no pasó nada con Lance, te lo juro—Keith lo miró a los ojos profundamente, apretaba los labios de una manera que lo hacía suplicar—. Nunca te reemplazaría.

*

Se quedó en silencio por un rato. De verdad lo tomaba por sorpresa que esa fuera la primera cosa de la que quisiera hablar. No dolía tanto como antes... Pero no quería oírlo.

—No importa, Keith. Yo te creo—Shiro volvió a besarlo y a revolverse su cabello—. Descuidé mi hambre, supongo que tú lo percibiste. Sé cómo te sientes por mí y tú sabes qué pienso yo de ti. Eso es más importante.

*

—No quiero...no quiero volver a tocar a nadie más—su voz sonaba afligida, completamente acongojada por sus acciones pasadas—. No hay otro hombre en la vida para mí.

Keith lo abrazó, pegándose a su pecho.

*

—No tendrás que hacerlo otra vez.

Shiro lo abrazó también, cubriendo su cabeza con su enorme mano. Tenerlo cerca podría tranquilizarlo, al menos eso esperaba.

—Lo siento. No quería que pasaras por nada de eso...

Shiro volvió a besarlo. Acarició su rostro y volvió a sonreír para él.

— ¿Listo para levantarte, cachorrito?

*

Keith asintió. Levantándose de aquel tibio lugar donde había descansado con su novio.

—Tengo que llamarlo primero...

Sus ojos buscaron su teléfono celular, marcando rápidamente el número de su padre.

*

Shiro se levantó también. Besó la mejilla de Keith y se puso de pie.

Del latín "incubare"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora