Habitaciones inundadas 2

192 18 19
                                    

Mihawk

Al llegar bien entrada la noche escuche el grito de una mujer y obviamente la reconocí. Era la voz de Robin. Me apresure a caminar por todo el pasillo y parece que no fui el único. El sueño de Zoro conocido por ser profundo e inquebrantable se había visto detenido por el grito de esa mujer. Mira si es o no importante para ti Roronoa que ha conseguido incluso despertarte.
Él se me queda mirando durante unos segundos y se perfectamente en que piensa, quiere discutir, hablar y preguntar, pero hay algo mas importante ahora y le hago un test con la cabeza para que valla con la mujer.  Y obedece. En condiciones normales su orgullo le impediría aceptar y acatar cualquiera de mis ordenes. No obstante, el orgullo siempre se vera afectado por las personas a las que queremos.

Una vez Zoro se pierde tras la puerta de esa habitación yo camino hasta la mía, no sin antes comprobar que Perona sigue durmiendo, ella ni siquiera se a inmutado por el grito. Conociéndola tan vez ni se halla dado cuenta de que Zoro trajo a Robin.

No me preocupa mucho el motivo del grito. Robin padece de pesadillas, lo sé porque de haber pasado lo mismo que ella yo también tendría pesadillas.
Además de que... Tengo otras cosas de las que preocuparme...

Horas antes

Aun temblava sin comprenderlo del todo bien. Akagami no Shanks acababa de besarme y mi cuerpo entero temblaba por culpa de esa acción

-Mihawk - susurra y un simple gesto me calma cundo toma mis manos con fuerza. Vuelvo a mirarlo y la duda ya ni cruza por sus ojos.
El dudo al verme así, débil y miedoso ante sus acciones.

-¿Por qué ahora? - pregunto. Shanks me mira sin comprenderme.
La verdad no entiendo muy bien como hemos acabado así. Todo comenzo con esa noticia de que se había enfrentado a Shirohige y derrepente va y me besa. -¿Por qué ahora y no antes si ya era algo que sabias?

Mi pregunta le pilla por sorpresa pero es cierta. Siento algo por Shanks desde hace mucho tiempo. Y sin embargo él no había hecho nada a pesar de que seguramente él ya lo sabría.

-Porque antes no tenia prisa... - confiesa. - Antes había pensado en dejarlo fluir y que poco a poco las cosa fueran pasando. Pero ahora es distinto y no quiero esperar a que ses tu quien se atreva cuando yo puedo dar el empujón.

Nalizo sus palabras una por una.

-Entonces se supone que ahora tienes pri... - no termino la frase, Shanks suelta el agarre de mis manos y me acaricia la cara.

-Supongo que ahora me estoy cansando un poco más de esperar. Con la edad y todo eso.

Y vuelve a besarme.
Me gustaría creerle... Pero no puedo. Algo me lo impide. Y sin embargo me dejo llevar. Porque se siente bien y porque hacia ya demasiado tiempo que no me relajaba de verdad. El beso se intensifica. Y ya no somos niños. Los años de tensión sexual se notan, y la tensión es mejor liberarla. Así se soy yo el primero en quitarme una prenda. La blusa. Y de paso se la quito a Shanks porque a él le cuesta un poquito mas.

-No me tratescomo si fuera un niño que necesita ayuda para desvestirse.

-A tus 46 años eres un niño que necesita ayuda para desvestirse. - contesto y Shanks ríe, pero su risa se apaga cuando vuelve a besarme y solo queda un sonrisa picarona estampada justo contra mis labios.

A shanks le gusta... Siempre le ha gustado, yo no soy él mismo cuando esta él. No me relajo tanto con otras personas sin embargo con Shanks me expreso. Voy de fiesta con él cuando organiza esa especie de botellones, me río con sus chistes incluso me atrevo a contar yo mismo alguno.
A Shanks siempre le ha encantado. A mi no tanto. Nunca he podido controlarme en su presencia y eso siempre me ha hecho sentir débil.

Sin embargo por unos minutos soy yo él que manda y le empujo hasta el gran sofá en el que antes estaba sentado hasta que cae sobre el.

-Hacia tiempo que no te veía así... Tan convencido. Desde que no peleabamos de hecho - comenta. Por un momento me quedo quieto. Al empujar a Shanks hasta el sofá he acabado sentado sobre sus muslos. Clavo mi mirada en sus ojos. Y el hace lo mismo. Disfrutamos del momento durante unos segundos hasta que me digno al fin a contestar.

-El sexo es como la lucha. En él somos enemigos pero en vez de huir del contacto con la otra persona peleamos por tenerlo, por sentirse cada vez mas cerca el uno del otro. Supongo que por ello soy mas confiado a la hora de pelear que simplemente hablando. La pelea es mi terreno...

-Y por tanto el sexo también - susurra en una especie de ronroneo.
Atravez de su pantalón noto como reacciona ante mi cuerpo. Le siento duro, pero el mero hecho de que yo este colocado sobre él. Y eso provoca que yo tambien me ponga duro.

Shanks me besa el cuello mientras que me apreta contra él y yo paseo mis curiosas manos por su pecho y abdominales.

-¿Estas seguro de esto? - le preguntó antes de continuar.

-¿Me ves dudar? - contesta.

-No se porque... Pero tengo la sensación de que me mientes en algo Shanks.

Shanks frena sus movimientos en seco y clava sus ojos en mi con aun mayor intensidad.

-¿Por que iba a mentirte yo precisamente a ti? - suelta pero en su voz no hay ni rastro de molestia.

Sonrío de lado y planto un pequeño y emifero beso en sus labios.

-Dimelo tu - susurro lebantandome y alejándome unos pasos de él. Nuestras respiraciones alteradas y entrecortadas delatan lo que estábamos apunto de hacer. Nuestros pantalones también. Y sin embargo...
Sus ojos me miran estando decauerdo con mi sedición. Me doy la vuelta para irme cuando él me dietiene.

-Tomate algo. Conmigo, no te vallas todavía - en su tono no hay ni rastro de suplica. Lo pregunta juguetón como de constumbre.

Asiento mirando para él y me sirve una copa de sake. Nos sentamos los dos en el sofá pero esta vez con una distancia prudencial entre los dos, mientras la temperatura de nuestros cuerpos baja y nos relajamos.

Y la habitación se inunda de algo parecido a la hipocresía... Pero los dos decidimos ignorarla.
Shanks me oculta algo por primera vez en todos estos años. Y eso me molesta, eso detiene hasta los impulsos mas primitivos como el sexual.

Bebemos y charlamos de cualquier estupidez durante horas hasta la noche. Hasta que decido irme porque ya llevo todo el día aquí. Y justo al salir de aquella sala me encuentro con Lucky Roo. Me mira de reojo.
A decir verdad en todos estos años que he sido cercano a Shanks no me he molestado mucho en hacer migas con sus nakamas. No obstante sé que no esta aquí colocado por cualquier motivo. Y se también que la mirada que me dirije significa algo.

-Dile que valla a clases de teatro antes de Mentirme.

-¿Le miente a su mejor amigo? - contesta llevándose a la boca un muslo de pollo que tenía en la mano.

-No es mi mejor amigo. - corrijo y desaparezco.

Presente.

Aun le doy vueltas a eso. Al hecho de que Shanks y yo casi nos acostasemos y a la verdad de que Lucky permaneciera todas esas horas en la puerta.
Pero la pregunta que mas pasa por mi cabeza es ....

¿que me estas ocultando Akagami?

Amor en La SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora