Niña de nuevo

204 18 26
                                    

Shanks

Unos minutos despies de que Mihawk saliera me desplome sobre el sofá cansado.
Habían muchas cosas en este día que me cansaban.
Lucky Boo no tarso ni cuatro segundos en aparecer.

-Vigilando tras la puerta? - le preguntó   medio regañándolo.

-Capitán... Debería decírselo. Al menos a él es su mejor amigo... - susurra comiendo su pollo.

Es cierto. Debería decírselo. Pero se equivoca en algo.

-No es mi mejor amigo. He incluso él acabara comprendiendo que no lo quiero arrastrar. Hay aventuras que es mejor vivir en soledad. Si pronto me hundo... No quiero ser el que provoque que Mihawk se hunda conmigo.

Lucky se calla, suspira y sale de la sala. En el fondo él tanbeun admite que yo tenga razón con mis motivos aunque los desaprueve, pero no podría superar esa culpa. Son fanático del peligro, pero no pienso permitir que ese hombre valla a arriesgarse tanto por un peligro tan grande.

Zoro
Desperté cuando los primeros rallos del sol se colaban por el hueco entre las cortinas. Robín aun estaba acurrucada entre mis brazos con la frente apoyada en mi pecho y sus piernas entre las mías.
Y solo esa imagen me hizo sonreír.

Nico Robin con su aspecto siempre tan serio parece una mujer hecha y derecha, pero ahora que esta dormida y acurrucada de esa forma parece simolemte una niña que aun necesita que alguien le operte un poco de calor. Y ne gusta ser yo quien le da eso. No obstante apartándola con mucho cuidado de no despertarla me levantó y voy hacia el salón donde tal y como yo pensaba esta Mihawk mirando por la ventana. Esperándome.

-¿Donde has... - no me deja terminar.

-No te debo explicaciones pero... Con Shanks- acaba finalmente contestando.

-Y... ¿todo bien? - le pregunto.

-Todo sigue normal supongo. De todas formas eso ya no es de tu incunvencia Roronoa. Y sé que esta conversación te va a sonar pero... ¿despues de la boda piensas seguir viendo a robín?

Suspiro sonoramente. Estoy cansado de que siempre me nombre a Robin. De lo que halla entre Robin y yo ya nos encargaremos Robin y yo.

-No pienso cancelar la boda si es lo que estas intentando decirme. - le advierto.
Sonríe con picardía ante mi advertencia.

-Cada vez le veo menos sentido a esa unión.

-No le busques el sentido a la unión. Tengo un gran motivo para continuar, ese es el único sentido.

-¿La simple aprobación de un padre te lleva a casarte?

-Mas bien lo que me lleva a casarme es el gran valor de un padre. -Suelto sin mas. Mihawk calla y levanta las cejas en señal de sorpresa.

- Demasiado inteligente para haber salido de tu boca - acaba soltando con una sonrisa pícara. Apretó los puños molesto.

-Aveces no hay quien te soporte. - susurro y él ríe por lo bajo.

Hoy esta de buen humor a pesar de todo, lo se porque hace tiempo que no le escuchaba reír.

-A ti no te queda otra que soportarme... - deja la frase en el aire pero me sonríe y esta vez no hay rastro de picardía.

Me rasco la nuca algo nervioso. Que Mihawk baje la guardia suele ponerme nervioso mucho mas cuando la baja conmigo.

-Oye... Me preguntaba si... ¿Podriamos entrenar? Necesito desfogarme.

Me mira alzando una ceja con su rostro serio. Finalmente suspira y va a su habitación al final del pasillo. Cuando vuelve tiene su espada en mano y se dirije al salón. Allí aparta los muebles dejando un gran espacio nació perfecto para nuestros entrenamientos.

-Quieres moverte he ir a por tus espadas o piensas entrenar con las manos al desnudo. - me llama la atención con seriedad. Obviamente me muevo y voy de inmediato a buscar mis espadas.

-Pensaba que me ibas a decir que no, que no tenias ganas de entrenar ahora... - le grito a lo lejos antes de volver. Me observa con una extraña sonrisa antes de contestarme.

-Lo siento... Es que yo también necesito desfogarme.

Por algún motivo tengo la sensación de que sus palabras cargan un gran doble sentido.

Mihawk

Puede que llevasemos mas de una hora entrenando. Zoro mejorado mucho desde la primera vez que combatimos, aunque aun no es capaz de tocarme si quiera con su espada ya no puedo mantenerlo al margen con un simple puñal.  Ahora tiene mas en cuanta la resistencia de  Katanas y su capacidad de prevenir mis golpes a aumentado a pesar de que en este tiempo halla perdido el ojo.

Perona se despertó antes que Robin y nos observo durante un tiempo. Se río de Zoro como de costumbre hasta el punto de prácticamente distraerlo.
Esa es otra de las cosas que ha mejorado. Antes a pesar de estar peleando conmigo  contestaba a las puyas de Perona ahora sin embargo se concentra mas en mi, su adversario, tal y como tiene que ser.

-Mihaaawk tienes que entrenarme a mi también un día!!! - grita en su tono de siempre.
Sonrió al escucharla.

-Eres tan tramposa que intentarías atacarme por la espalda - le digo parando uno de los golpes de Zoro.
No quiero que él lo note pero esta vez me esta haciendo sudar.

-Jajajjajajaj - se ríe ella - Por lo menos tu me conoces bien.

Genial... Uno de los dos mocoso con los que vivo acaba de admitir que me la clavaría por la espalda. Que convivencia tan bonita tenemos...

La puerta de la habitación de Robin se abre y ella sale despacio. Nos observa a Zoro y a mi aunque este no parece darse cuenta así que nuestro "combate" continua.
Perona en cambio si la ve y le va a gritar algo como ¡Robin se ha quedado a pasar la nocheee! Cuando Robin se lleva un dedo a los labios indicándole que calle . Es entonces cuando esas dos  intercambian una sonrisa cómplice y Perona se va rumbo a la cocina.

Claro que esto solo lo percibo yo. Zoro esta concentrado en mis puntos débiles. Tal vez esa concentración sea un poco negativa...

De cualquier modo las mujeres me dan miedo. Una simple sonrisa , una miradita y ya saben perfectamente lo que piensan.

Unos minutos después de que nuestra espectadora nos este observando decide hablar.

-Kenshi-san, no sabia que era tan bueno con la espada.

Su simple voz es suficiente para que a Zoro le tiemble el pulso. Y ese segundo lo aprovecho completamente arrebatándole de un movimiento su arma y tirándole al suelo, levantando su barbilla con el filo de mi espada. Su cara de pocos amigos revela que no le ha gustado que le deje en evidencia delante de ella. Pero yo lo he disfrutado así que... ¿Por que no un poco mas?

-Me apunt esa debilidad. Las frases con un posible doble sentido te desconcentran.

Gruñe incomodo y malhumorado pero cualquier signo de mal humor desaparece cuando Robin comienza a reírse.

Ambos la miramos y por un momento la imagen de Robín vuelve a ser la de esa niña de ocho años que jugaba con su madre. Y por algún motivo sin que nos demos cuenta eso provoca que Zoro y yo también acabemos riendo.

Amor en La SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora