Despertando al monstruo

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Mientras tanto

Buggy
Ace, el hijo de Roger... Ha muerto. Lleva ya tres días muerte y no he podido hacer otra cosa más que mirarme los pies y beber... A decir verdad no se ni como es que sigo manteniendo la capacidad de pensar... Ya debería de estar lo bastante borracho.

Desde que me llegó el mensaje no he parado de llamar a Shanks. Aún te go el telefono al lado. No lo ha cogido ni una sola vez. Sospecho por qué... Marco fue detenido... Y si alguien va a sacarlo de la cárcel es mejor que lo haga Shanks... Si lo hace el tal vez nadie lo note. Si lo hace Shirihige no quedará cárcel para los demás presos. Justo pensando esto escucho un grito. Un grito ahogado de uno de los hombre.

-¡Capitán... - no estoy de humor para soportar a uno de mis hombres así que tiro el vaso contra la pared.

-¡Maldita sea! ¡¿Qué demonios quieres?!- grito al mismo tiempo que levanto la vista...

Lo odio...

Lo odio con toda mi alma.
Casi no puedo ocultarlo, el cuerpo me tiembla y notó como se me abren la boca y los ojos...

- No tienes vergüenza para presentarte aquí... - le grito.
Escucho su risa. Se atreve a reírse. Todos mis hombres al verle se levantan a la defensiva. Y el hombre que me avisó... Termina de ser degollado. ¿Es eso lo que le ha hecho a los dos guardias? ¿Degollarlos antes de dar la voz de alarma?

-Vaya... Vaya... Recordaba al payaso más cobarde... ¿No me temes desde que conseguí hacerle una cicatriz al intocable Shanks? Me pregunto si sigue siendo tan intocable... Sin ese brazo...

-Kurohige.... -gruño apretando los dientes. Suelta el cadáver riendo. Lo observó. Si olor s alcohol, sus dientes podridos, se pelo negro largo y rizado y su ancho. No ha venido sólo... Es demasiado cobarde como para venir sólo. Ha venido con los suyos... Menos que nosotros.. Y aún así... No hay nada que hacer. -¡Deja que se vayan! - le grito.
El vuelve a reír. Su maldita risa parece veneno. Bebe algo de la botella que tiene en la mano.

-¿Por qué debería? - pregunta.

- No los necesitas... Quieres algo Y sabes que ningún de estos hombres puede dártelo.

-Cierto... He venido por algo en específico. Algo que sólo puedes darme tu... Pero.... Los demás simplemente se metieron en medio.

Tal y como el lo dice mis hombres se meten entre Kurohige y yo tirando las sillas al suelo en su camino. No es su estilo, dar la cara por su capitán, ni el mío dar la cara por ellos. Pero frente a este miserable. Mando a sus hombres a matar a Ace... me sorprende incluso que halla dado la cara para venir a por mi.

-Fuera... - susurro al hombre más cercano a mi.

- Pero... Capitán...

-Puedes quedarte y morir siendo completamente inútil. Sólo miralos,  no les haríamos cosquillas ni siendo cuatro veces su número. Quieren ser útiles... Salgan corriendo de aquí. Un buen número y vallan a pedir ayuda. Supliquenselq a alguien que tenga más posibilidades que nosotros.

Me mira de reojo. Él, un hombre en triciclo y otro con pelaje de León. Son las tres cabezas que están debajo de la mía. Maldita sea... Llevamos tanto tiempo haciendo el idiota. Como si de verdad estuviéramos en un circo...  las cosas importantes de verdad se nos han escapado de las manos. No somos fuertes, ni valientes, ni siquiera somos numerosos. Peor eso no nos importaba... Éramos sólo los restos de otros... ¿Ahora no va a quedar ni Eso? Miro de nuevo a los tres... No se han movido. - Si lo tengo que volver a repetir será demasiado tarde.

Amor en La SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora