¿Actriz o Ladrona?

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Zoro

Me despierto yo antes que ella. Esta acurrucada sobre mi brazo. Su piel tarde junto a la mía pero no me preocupa que tenga fiebre. Robin tiene su frente apoyada en mi pecho. Acarició su cabeza suavemente antes de decidir levantarme. En el fondo no quiero. Quiero quedarme aquí el resto del año. Fuera tampoco es que me espere mucho. La aparto con todo el cuidado que soy capaz de albergar en este mundo y depósito su cabeza sobre la almohada. Robin parece quejarse de que la este molestando pero no se despierta.

Me dirijo a la cocina... claro que no se donde esta y tengo que dar al menos tres vueltas por aquí antes de encontrarla. Es amplia y luminosa.

Quiero hacerle un desayuno rico a Robin. Pero... Yo no soy el cejas rizadas. Lo máximo que puedo hacer con un sartén es pegarle a alguien.

Intento memorizar lo que haría Sanji y pongo el sartén en el fogón. Espero un par de minutos hasta que considero que está caliente y pongo un huevo a freír. Antes de poder poner el otro me encuentro a Robin con un vestido de verano blanco de flores azules en el marco de la puerta de la cocina.

-Mejor de ayudó- susurra.

La miró y sonrió sólo porque me dan ganas de sonreír al mirarla.

-Si... mejor me ayudas antes de que acabemos envenenados.

Robin sonríe y se acerca a mi. Me ayuda a hacer todo el desayuno y la verdad es que tiene mucha mejor mano que yo.

Nos sentamos juntos en la mesa para disfrutar el desayuno.

-¿desde cuándo conoces a Sabo? - pregunto ya que estamos hablando de distintos temas.
Robin deja la tostada con huevos en su plato un momento antes de contestar.

-Lo conocí cuando me uní al ejército revolucionario. Allí conoci a Koala y a Sabo. Son un grupo extraño pero increíble.

Asiento. Eso es cierto. Son un grupo extraño. Supongo que Sabo es el hermano de Luffy y ya sólo por eso no puede ser alguien normal...

-¿Y tú desde cuando conoces a Luffy? - pregunta ella.

-Bueno... digamos que hace un tiempo hice una apuesta con alguien. Era una apuesta que me ponía un poco en peligro pero aún así podía conseguirla. El caso es que la persona con la que hice la apuesta no pensaba cumplirla y Luffy me lo advirtió. Le pedí mil veces que no me ayudará pero aún así lo hizo y desde entonces le debo mucho. Luffy es el hombre... que conseguirá todo lo que quiera .

-Eso no lo dudo - contesta Robin dándole un mordisco a su tostada. Me sonríe con los labios mientras mastica suavemente.

Nadie puede dudarlo. Luffy podría ser el rey del mundo si el lo quisiera.

-No sabes lo 1ue has hecho al acceder a entrar en el grupo. Nunca dejan a nadie atrás. Por insignificante que sea. Por cierto... esto debe elegirlo Luffy pero... ¿Chopper no debería entrar al grupo? ¿ser uno de nuestros nakamas?

A Robin se le abren los ojos como platos repentinamente. Termina su tostada con dos elegantes bocados y se levanta de la mesa.

-Perdón. Recordé algo. Perdón de verdad Zoro me encantaría quedarme pero tengo que irme. Termina de desayunar tranquilo y quédate cuanto quieras. -contesta apresurada.

Sonrió y le robó un beso rápido. Ella parece relajarse ante mi reacción

-Vete tranquila. Esta noche hay una quedada en Fogass. Nos vemos allí si quieres.

Ella asiente con la cabeza y sale corriendo con su bolso en mano.

Me siento como en una nube. Y pocas cosas me van a poder hacer bajar de ella.

Amor en La SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora