un baile entre generaciones

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Mientras tanto

Sabo

A pesar de todo... Tal vez debería de haberlo planeado de otra forma. Dragon pensaba asaltar la base de la Marina hoy sólo para hablar con su padre. Y yo lo he detiedo. Lo menos que necesitaba Garp está noche es eso, que su hijo se enfrasque en una revuelta. En su lugar he decidido entrar en una base del gobierno yo solo, sin armas, sin hombres.
Yo y toda una base.

Lo único que hago es ponerme delante de los guardias de la entrada con las manos en alto, indicando que estoy desarmado. Sé que Dragón me está observando. Sé que no le gusta mi plan, pero ha aceptado.

Los guardias me apuntan con sus armas. Uno de ellos se acerca, titubeando, hasta donde me encuentro y me pone de muy malas formas unas esposas, no obstante no me quejo, ni manoteo, me dejó capturar, es más fácil así. Es más fácil si me llevan ellos directamente a él.
Me arrastran gritándole todo tipo de cosas que prefiero la verdad no escuchar y finalmente, tras subir varias escaleras y cruzar diversos pasillos, la veo. La puerta con tres grandes estrellas que tiene escrito en grande "Justicia" el despacho de Sengoku. Que da directamente a dos habitaciones individuales, la del propio Sengoku y la del héroe de la Marina Garp. Me hacen pasar más halla. A un despacho en el que se que sólo está sengoku. Aunque no lo veo, está en su silla de espaldas a nosotros.

-Señor... No sabíamos que hacer con él... Lo apresamos en la puerta... No opuso resistencia. ¿Lo enviamos a la cárcel? Como tras el ataque de hoy han tenido tanto jaleo....

Sengoku gira su silla... Y los ojos se le abren como platos al verme.

-Fuera los dos de aquí. -le ordena a los guardias, ambos se miran sin entenderlo del todo. Sin embargo obedecen. Una vez estamos solos Sengoku sigue observandole hasta que se levanta de la silla y da una vuelta detrás mía.

-¿Podría saberse que haces aquí? - pregunta.

- Tengo que verlo. -contesto mientras él me quita las esposas.

- No le obligues a detenerte hoy. Ya ha perdido a un nieto,  no puede perder otro hoy.

-Tu me has liberado. -le indicó.

- Yo le estoy haciendo un favor a un viejo amigo. Pero el resto del mundo no puede saberlo.

- El resto del mundo pensará que llegue, intente robar unos documentos, Sengoku el almirante y Garp el héroe de la Marina me detuvieron y al ver mi intineto hecho un fiasco huí.

Sengoku me mira. Parece dudar. Después en sus ojos brilla la sedición.

-Entra... Ya veremos si puedes salir.

Lo hago, sin pensarlo dos veces. Entre por esa puerta y todo lo que puedo llegar a ver es oscuridad. Pero escuchar puedo escuchar perfectamente y lo escucho llorar.

Garp...

- Me pregunto que diría tu hijo en esta situación-susurro.

Entonces se que me mira, no importa lo a oscuras que estemos, siempre notarás la mirada de Grap, tiene ese tipo de ojos, ese tipo de voluntad que siempre notas.

-¿Que demonios haces tu aquí? ¡Lárgate! Ya he perdido un nieto, no me obligues a arrestar a otro  -parece despertado, no, no es que lo parezca, es que de verdad está desesperado. ¿Qué debería hacer yo ahora con esto? Yo no tengo el don de gentes. La educación de la llevo Ace y el don para hacer reír o despreocupado Luffy.

Puede que yo tenga el liderazgo, pero no puedo ser un líder, no frente a Garp... O tal vez.. Esta vez me toque ser el líder.

Puño de amor, así lo llamaba.

Mi puño choca contra su cabeza justo a tiempo. Y el se lleva las manos al chichon. 

-¡¿Qué demonios?! -me grita.

- Si estoy aquí es porque yo he perdido a un hermano, y me preocupa perder también a un abuelo, he venido aquí por Ace, por Luffy, por Dragon y por mi mismo ¿O que te pensabas? ¿Que porque fueras un viejo y tuvieras un pie en la tumba no íbamos a preocuparnos por ti? ¿Que crees que es capaz de hacer tu hijo por su padre? Dragon está ahí afuera, pensando en atacar la base sólo para poder hablar contigo. Luffy está en alguna parte de la ciudad  sedado para evitar que se haga daño a su mismo rodeado de sus nakamas y amigos ¿Te íbamos a dejar sólo? Viejo idiota.

Tal vez me pase de tuerca. Ahora no llora, ni emite ningún tipo de ruido. Solo permanece ahí, en silencio, tranquilo.

-Ojala... Hiciéramos en otro tiempo... -Susurra. -Maldita sea Sabo... Ojala todo fuera diferente.

Y entonces, pasa su brazo sobre mi hombre y me aprieta contra su pecho. No se como, pero los dos comenzamos a llorar.
En el fondo me siento un poco culpable. Garp lo intento. Lo intento de verdad con todos nosotros. Intento hacernos buenos hombres, justos y honrados. Creo que por eso ninguno de nosotros, ni Dragon, ni hace, ni Luffy y mucho menos yo, acabamos siguiendo sus pasos. Porque lo que en las épocas de Garp había sido justo ahora era opresor.

Tal vez en el fondo podamos hacerle sentir orgulloso.

-Lo siento abuelo - susurro. -Lo siento de verdad. Ojala pudiéramos hacerte sentir orgulloso, ojalá alguno de nosotros fuera un orgullo verdadero para ti. Sin embargo todos somos considerados una deshonra.

Me aprieta más contra él.

- El mundo ha visto criminales en héroes y a héroes en verdaderos criminales... Escuchame Sabo. -me aleja de él sólo para poder mirarle a la cara. - Antes que mis ideales, mis ideas políticas o mi trabajo tengo familia. Antes de todos eso les tengo a ustedes.

Lo sé
O siempre he querido saberlo.
Pero Garp nos mandaba con Dadan y apenas aparecía.
Garp no nos hablo de su hijo nunca.
Garp... Garp...

-No quiero que nos dejes solos. - susurro. - No quiero que te aiseles.

Garp me abraza aprentandome contra él.

-Cuida de mi hijo. Por favor. Dragon se parece más a Luffy que a mi, es descuidado y no siempre es precavido.

Le abrazo.

- No está solo.

-Entonces lárgate de aquí. - susurra.
No vuelvo a abrazarlo, sólo me apartó. Salir por la puerta es arriesgado ahora. Incluso si Sengoku y Grap intentará cubrirme. Pero yo ya tengo un plan...

Una patada en la ventana es suficiente para que una de las ventanas se rompa. Comienza a sonar una alarma y miro a Grap un solo momento.

- Yo... De seguro en el mundo hay mejor es familias.... Pero esta es la que tengo yo.... Y haré todo lo posible porque siga siendo así. - susurro.

Garp sonríe, sonríe entre lágrimas.
Me lo tomo como una despedida y salto por la ventana.

De seguro siempre hacemos lo mismo. Todos los miembros de esta familia no paramos de causarle problemas a Garp una y otra vez. De seguro él también lo ha pensado. La cantidad de familias distintas a la nuestra. Pero... está es la mía... Y no voy a permitir que alguien llegue aquí para romperla. Kurohige... ¿Qué se siente tener a la Marina, revolucionarios y grandes mafiosos  detrás?
No se cuantas vidas costará. Pero uno de nosotros te dará caza. Y ese día lamentarse haber nacido.

Amor en La SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora