Capítulo 4

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— ¿Era necesario venir en tu auto, Luhan? — preguntó Baekhyun asomándose desde el asiento de atrás, haciendo un gran esfuerzo para no sonar molesto.

— Sehunnie fue el de la idea. ¿No es así, cariño? — Luhan dirigió su mirada hacia su novio, quien ocupaba el asiento del conductor.

— Exacto. Al llegar en esta preciosura, las personas que nos vean pensarán que tenemos un buen estilo — el castaño se encogió de hombros, debía admitir que el Hyundai Tucson en color negro de su mejor amigo, era genial.

— Puede que tengas un poco de razón — sonrió — ¡¿Pero por qué carajo tuvimos que venir en auto si el salón está prácticamente a la vuelta nuestra casa?! Dos palabras: Es ridículo — Sehun y Luhan se encogieron ante el regaño de Baekhyun — ahora veo la razón por la cual se llevaron de maravilla al instante que se conocieron.

— ¿Qué habrá querido decirnos? — pensó Sehun en voz alta, mirando el techo del coche, tratando de hallar una explicación ante el comentario de su primo.

— ¡No seas tan malo! — Dijo Luhan y esbozó un puchero — así como somos, nos adoras.

— Y hay veces que quisiera asesinarlos — admitió — ¿Van a bajar o no?

— Si quieres ve adelantándote. Sehunnie y yo tenemos... — en ese momento, se escuchó un jadeo de parte de su primo — un asunto pendiente.

— S-sí Baek. ¡V-vete ya! — habló Sehun con voz entrecortada — Mhh... ¡Lu! — Baekhyun los miró con una expresión de repulsión y fingió que le daban arcadas.

— Bien. Aquí les dejo mi saco por si necesitan cubrir las ventanas — dejó el saco en el asiento y se apresuró a bajar del auto, dando un portazo — cochinos — susurró. Rodeó el auto por la parte trasera y cruzó la calle. Pocas personas estaban ingresando al salón — ¿Será que no muchos asistirán o somos pocos los que llegan tarde? — Susurró y observó su reloj — van a ser las 4:30.

— Buenas tardes. ¿Me permite...?

— Sí, sí — respondió con fastidio y le mostró el pase — aquí está. ¿Ya me permite entrar? — el guardia levantó sus brazos, dándole a entender que no quería causarle molestias — gracias — Caminó por el pasillo con una expresión seria, sin importarle que las personas estuvieran mirándolo.

— Baek — frunció el entrecejo al escuchar que le hablaban. Por un momento creyó haber alucinado, hasta que de nuevo escuchó esa voz — Baek cariño... estoy detrás de ti.

Se dio la vuelta y mostró una expresión de alivio. Su mamá, la señora Byun Minah (de apellido de soltera Bang), se encontraba sentada en una de las bancas del patio. Baekhyun tenía un gran parecido a su madre, lo único que los diferenciaba, era que ella tenía unas adorables mejillas y facciones más suaves. Lucía hermosa con el largo vestido en color rojo que llevaba puesto.

— ¡Mamá! — Se agachó y le dio un beso en la mejilla — ¿No deberías de estar adentro junto con los demás invitados?

— Tú lo has dicho: Debería — dio unas palmaditas a la banca, indicándole que tomara asiento, el castaño obedeció de inmediato — Pero ni siquiera la quinceañera ha llegado... —susurró — en fin. ¿Cómo te fue en la universidad?

— Supongo que bien... esta semana que viene no tendré clases, pero tengo que hacer muchas cosas — cubrió su rostro — es mucho para mí.

— Pero querías ser docente — sonrió — ¡tú puedes, cariño! Y si necesitas ayuda en algo puedes contar conmigo.

— Gracias mamá, pero tengo que hacerlo yo. Son mis responsabilidades, no las tuyas — sonrió tímidamente.

— Está bien, cariño. ¿Y dónde está tu primo?

— Está con Luhan en el auto... ya te imaginarás lo que están haciendo.

— No quiero entrar en detalles — su madre hizo un ademán con su mano, dándole a entender que se detuviera — ¡Oh! Baekkie, hay algo que quiero comentarte. Lo que pasa es que... — en ese momento la señora Douma llegó y tomó asiento al lado de la señora Byun — ¿Qué pasa, querida?

— ¡Esta niña que no viene! Es muy tarde.

— ¿Aun sigue en la sesión de fotos?

— No. Desde hace casi una hora hablamos y me había dicho que ya venían en camino. ¿Acaso planea escaparse en plena fiesta?

— No creo que eso pase, madrina — opinó Baekhyun — tal vez Somi se fue de paseo junto con sus chambelanes. Ya sabe cómo somos los jóvenes — sonrió, tratando de tranquilizarla.

— Ojalá sea así como me dices, cielo. Y ya te he dicho que no me digas así. Dime Sunhee, con confianza.

— Está bien... Sunhee.

— Cariño, ve adelantándote. Yo estaré con tu madrina, esperando a que llegue Somi. ¿Está bien? — Baekhyun asintió — Oh... y antes de que te vayas, debo decirte que todos se te quedaron viendo con asombro ante tu entrada. ¡Es que te veías tan atractivo!

— No digas tonterías, mamá.

— Estoy diciendo la verdad. No me sorprendería si se acercan a ti para sacarte a bailar.

— Es lo que menos quiero.

— Verás que te la pasarás muy bien. ¿Quién sabe? La vida está llena de sorpresas, y este día no es la excepción — el castaño se incorporó — recuerda: Actitud.

— ¿Así? — se señaló a sí mismo, esbozando una enorme y falsa sonrisa — te espero allá — comenzó a caminar hacia la entrada del salón. Al llegar, observó maravillado el lugar. Las decoraciones eran en color fucsia.

Sin duda alguna, los Douma se habían esforzado demasiado.

Sintió que alguien lo empujó por detrás, haciendo que pierda el equilibrio y que choque contra el pecho del mesero. Baekhyun lo sostuvo de los brazos, apretando las mangas de su camisa, mientras que este sostuvo al castaño de la cintura con cierta delicadeza. Baekhyun tenía su rostro oculto en el pecho de él.

— ¿Se encuentra bien? — dejó de cubrirse, para poco a poco dirigir su vista hacia la persona que lo había salvado de tremenda caída.

Sus miradas se conectaron y sonrieron de manera involuntaria.

Hey, Mesero [ChanBaek] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora