Capítulo 9

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— Estoy muerto — gruñó Mingyu mientras servía unas cuantas cervezas en los vasos — ¡Estoy muerto pero de hambre!

— Mientras menos lloriquees, más pronto acabarás. Así es que mueve tu trasero — habló Leeteuk, quien en ese momento iba saliendo de la cocina — ¿Y tú de qué te ríes, mocoso? — Se acercó a Chanyeol y le jaló la oreja izquierda, haciendo que este dejara de reír en automático — ponte a trabajar. Mientras más pronto acaben, más pronto podrán disfrutar de lo que queda de la fiesta — comentó y se fue.

— Lo dice como si fuéramos los únicos que holgazaneamos — susurró Chanyeol mientras se acariciaba su oreja que había sido lastimada. Agarró una botella de Coca-cola, colocó cinco vasos encima de una charola y fue sirviendo cada uno meticulosamente — vaya manera de pasar mi sábado.

— Mira el lado bueno: Puedes disfrutar de la vista, si ya sabes a lo que me refiero — el moreno se acercó al pelinegro y lo codeó de manera juguetona — ¡Eres un maldito suertudo! Ese lindo chico no deja de mirarte.

— ¿Ah? — miró de reojo hacia atrás y se percató de que cierto castaño no le quitaba la vista de encima, haciendo que sonriera ampliamente en su interior. Lo miró durante un par de segundos para después ladear su cabeza — de todas formas, no me interesa — agarró otro vaso y sirvió el refresco, dejándolo a un lado de la charola.

— ¡¿Lo dices en serio?! Amigo, si yo pudiera, créeme que iría tras él sin pensármelo dos veces.

El pelinegro se encogió de hombros — no todo se puede en esta vida, mi querido amigo — agarró los hielos y sirvió dos en cada vaso — y ni se te ocurra ir a molestarlo en su mesa.

— ¿No que no te interesa? — el moreno alzó una ceja de manera juguetona.

— Ahora vuelvo, voy por más hielo — entró con rapidez a la cocina.

— ¡Excusas! — Exclamó Mingyu y sonrió ampliamente — ¡Oh! Kyuhyun — lo saludó con un gesto en la mano — Yuri te está buscando.

— Ya hablé con ella — hizo un ademán con su mano derecha, como si tratara de alejar algo — pero gracias de todos modos. ¿Y Chanyeol?

— Fue a la cocina por más hielos.

— Este niño — negó con la cabeza — debería tenerlos aquí a la mano, así no daría tantas vueltas — observó la charola — ¿Para qué mesa son estas bebidas?

— Para la cuatro y la cinco.

Kyuhyun tomó la charola — yo me encargo — y se retiró, sin esperar respuesta por parte del moreno. Saludó amablemente a los invitados y les sirvió su bebida.

Chanyeol salió de la cocina con más hielo, y al no ver la charola, frunció el entrecejo. Se giró y al observar a Kyuhyun retirarse de la mesa número cuatro, abrió los ojos como platos — ¡Esa no es! ¡No lo hagas! — Le dejó el hielo a Mingyu y se encaminó con rapidez hacia la mesa. Al llegar tropezó con una silla, haciendo que se inclinara hacia adelante, quedando así a la altura del castaño. Cerró los ojos en automático cuando Baekhyun le escupió el rostro.

La música se detuvo y no hubo ninguna risa de parte de los asistentes.

— ¡Ay no! — exclamó el castaño horrorizado. Tomó a Chanyeol de la mano e hizo que se sentara — perdóname — agarró un puñado de servilletas, y antes de dedicarse a limpiarle el rostro, observó a su alrededor. Todas las miradas estaban fijas en ellos — ¡Sigan con lo suyo, bola de chismosos! — gritó. Los asistentes desviaron rápidamente la mirada y la música volvió a sonar. Baekhyun comenzó a limpiar con delicadeza el rostro del pelinegro — créeme que lo siento.

— No te preocupes, supongo que me lo merezco — Chanyeol abrió los ojos — Te descuido dos minutos y te traen la bebida equivocada.

— ¿Eso quiere decir que tú me estabas vigilando? — sonrió coquetamente, el pelinegro rodó los ojos y le quitó la servilleta para seguir limpiándose.

— Tampoco te hagas muchas ilusiones. Solamente dejé tu bebida aparte de las demás.

— ¿Así es que me la ibas a traer tú y no alguien más?

— Porque me tocó atenderte. Eso es todo — dejó la servilleta aun lado y miró de reojo al castaño — ¿Y por qué estás solo en esta mesa?

— Me corrieron vilmente. Uno ya no puede tener libertad de expresión.

— Ya me imagino que tipo de comentario soltaste — dijo entre dientes.

— ¿Y... cómo me dijiste que te llamabas?

— Ni siquiera te di tal información.

— Solo dime tu nombre.

— Park Chanyeol. ¿Y tú?

— Byun Baekhyun — le guiñó el ojo — ¿Qué te parece si me haces compañía? — lo miró atentamente. Chanyeol lo miró de reojo pero de inmediato ambos desviaron la mirada.

— No puedo.

— ¿Y por qué no?

— Tengo que seguir trabajando. Pero pues... supongo que gracias — se incorporó de su lugar — voy al baño a lavarme, no es suficiente con las servilletas — se dio la vuelta — ah, y gracias — se encaminó hacia los baños.

— Esto no se va a quedar así — apretó los puños para armarse de valor, se encaminó hacia los baños y cerró la puerta de un portazo. Chanyeol, quien se encontraba lavándose el rostro, se giró para ver quien hizo tremendo escándalo.

— ¿T-tú...?

— Ya me cansé de tu jueguito — se acercó a él y lo tomó de la cintura. El pelinegro rápidamente intercambió los roles, haciendo que Baekhyun quedara acorralado. Tenía ambas manos contra la pared (quedando el castaño en medio). Se inclinó un poco para quedar a la misma altura y lo miró con una expresión seria.

— Y yo apenas comienzo a encontrar esto interesante — acortó poco a poco la distancia, quedando los labios de ambos a un centímetro de distancia. 

Hey, Mesero [ChanBaek] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora