Capítulo 8

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— Bien — asintió y se levantó de su asiento — muy bien. Solo espero que esa mesa no esté apartada. No pienso cometer otro oso.

— ¿De los tantos que has cometido a lo largo de tu vida? — preguntó Luhan.

— ¡Suficiente! Oficialmente me perdieron — se giró con algo de dramatismo y tomó asiento en donde no pudiese mantener contacto con sus familiares.

— ¡Pero no te pongas así! — exclamó su primo, tratando de reprimir la risa. Estaba acostumbrado a ver al castaño actuar con dramatismo. Baekhyun ignoró el comentario, y comenzó a tamborilear histéricamente su mano derecha en la mesa, esperando a que el mesero llegara con su bebida.

— Estúpido mesero... — frunció el entrecejo sin quitarle la vista de encima — estúpido... estúpido y mil veces estúpido — agarró una servilleta y la rompió, para descargar un poco de la furia que sentía — estúpido y sensual mesero — susurró e hizo un puchero.

— Si lo bonito fuera pecado, tú no tendrías perdón de dios — escuchó que susurraron cerca de su oído. Se giró con rapidez y sintió un gran alivio al ver a uno de sus mejores amigos. Cabello rojizo oscuro, sonrisa resplandeciente y una mirada seductora.

— ¡Kim Junmyeon! — le dio dos golpes en el brazo — eres un imbécil. Me espantaste.

Su amigo comenzó a reír — ¿Ah sí? ¿Pues quien creías que era?

— Ya te imaginarás de quien hablo — rodó los ojos.

— Oh si — chasqueó los dedos — lo vi por ahí con su nueva pareja.... ¿Te ha seguido molestando? — el castaño asintió — ¿Y por qué no le dices a tu querido novio que le dé su merecido?

— Me encantaría, pero estoy enojado con él.

— ¿Qué pasó? Digo, si se puede saber.

— Prefiero no hablar de eso ahora — esbozó una mueca — ¿Vienes solo?

— No. Vengo con mi familia. Ya ves que mi primo es uno de los chambelanes de Somi.

— El pequeño Samuel — sonríe — Luce tan tierno con su traje — ambos dirigieron su mirada hacia la mesa en donde estaban sentados Somi y sus chambelanes.

— Samuel piensa declarársele a ella esta noche — el castaño al escuchar esa frase, abrió los ojos como platos.

— Oh no... tienes que evitar que eso pase.

— ¿Por qué o qué?

— No es muy buena idea que lo haga en un día como este. La haría sentir muy incómoda. Y además... sus sentimientos no serían correspondidos.

— ¿Sabes quién le gusta a ella? — él asintió — ¿Acaso es Daewhi?

— Se trata de Vernon.

— ¡Oh! En ese caso mi pobre primo no tiene oportunidad. Vernon es atractivo y se parece mucho a Leonardo DiCaprio. Y Somi es una chica muy hermosa, y por lo que he escuchado, la mayoría de los chicos se mueren por ella... ¿Crees que Vernon sienta lo mismo por ella?

— Ni lo dudes — cubrió su boca con sus manos y bostezó — hey... ¿Dónde está Yixing?

— No lo sé — se encogió de hombros — terminamos hace dos semanas.

— ¡¿QUÉ?! ¡Pero si me costó tanto trabajo juntarlos! — fingió que estaba a punto de desmayarse, y Juunmyeon comenzó a reír.

— Es broma, aun somos pareja. Dijo que tenía que hacer unas cosas, pero si vendrá a la fiesta.

— Quieres que me muera. ¿Verdad?

— Claro que no — sonrió con timidez — pero, ¿Qué otra cosa puedo hacer? Dices que no soy gracioso y que mis chistes son patéticos.

— Sobre todo el chiste de la foca. Ese es el chiste más estúpido que he escuchado.

— Con ese chiste conquisté a Yixing — se hizo el ofendido — ¿Y qué haces aquí sentado tu solo?

— Me echaron vilmente de mi propia mesa.

— ¿Qué hiciste ahora?

— Quejarme porque no tienen Pepsi en esta fiesta — en ese momento Junmyeon comenzó a reír.

— ¡Qué estúpido!

— ¡Lo sé! Es muy estúpido.

— Eh... no, yo hablaba de ti. Eres un estúpido.

— ¡Ash! — rodó los ojos y sonrió.

— Bueno, me voy de vuelta a mi lugar antes de que mis padres empecen con sus cosas. ¿Nos vemos luego? — el castaño asintió — bien — le dio unas palmaditas en el hombro antes de irse.

— Disculpe la demora — Baekhyun se giró y frunció el entrecejo al percatarse que lo estaba atendiendo otro mesero — somos pocos, y no podemos con tanto — dejó la bebida encima de la mesa.

— No se preocupe...

— Con permiso — el mesero hizo una pequeña reverencia y se retiró. Baekhyun tomó el vaso y se lo llevó a los labios.

— ¡Esa no es! ¡No lo hagas! — escuchó la voz grave del mesero a lo lejos. Al sentir fría la bebida, lo primero que hizo fue girarse y escupir todo. Abrió los ojos como platos al tener de frente al pelinegro, quien tenía el rostro empapado de refresco. 

Hey, Mesero [ChanBaek] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora