Capítulo 17

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Me deslizaba entre las capas de un sueño que había tenido hace mucho tiempo, pero que recordaba tan claro que siempre repetía los mismos pasos para no caer en las trampas de mi mente

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Me deslizaba entre las capas de un sueño que había tenido hace mucho tiempo, pero que recordaba tan claro que siempre repetía los mismos pasos para no caer en las trampas de mi mente.

Me encontraba en un camino angosto de terracería bordeado por árboles tan altos por ambos lados del camino que proyectaban una sombra tan oscura que me ocultaba de la luz del sol. Montado sobre una bicicleta me dirijo a un lugar desconocido; por el lado derecho, puedo ver los sembradíos verdes con un extraño fulgor. Estos se extienden kilómetros al fondo donde los graneros construidos de madera son la única cosa que resalta a la vista.

En algún momento, dejó todo eso atrás y el camino parece descender hacia un campo desierto de pastizales secos y áridos, el sol se encuentra tan elevado en el cielo que la luz amarilla recorre todo el campo seco, la única cosa que resalta, es una torre en construcción, es tan alta que parece perderse en el cielo, o entre la luz de este. La torre se encuentra vacía y abandonada, los pilares y las vigas de acero la conforman, unidos uno a uno, alzando la majestuosa estructura.

Continuó en la bicicleta por el camino, sigo sin saber el rumbo a mi destino, pero mis piernas no dejan de pedalear.

Al fondo del camino logró visualizar una pequeña ciudad con edificios sobrevolando y ventanas encendidas entre el cielo de noche.

Ese extraño sueño lo he tenido mi vida entera, se cómo empieza y cómo termina, y aunque tal vez podría bajarme de la bicicleta y caminar por el sembradío hasta el granero del centro, y buscar cualquier cosa dentro. O detenerme frente a la torre vacía y subir sus escaleras rotas, desvalijadas y polvorientas, no lo hago.

Solo me concentro a llegar a la ciudad para ver a mi madre de pie bajo el arco de la entrada.

Sigo moviéndome sobre la bicicleta en esa dirección, el aire se hace helado y recorre el camino levantando hilos de polvo como remolinos diminutos, el cielo de noche no se hace oscuro por completo, al contrario, se queda claro, como un atardecer a punto de terminar.

Me sorprende la manera en que algo ha cambiado en el sueño por una vez en mi vida. El viento se agita cada vez más fuerte en mi contra que me hace dejar de pedalear. Lo que nunca antes había hecho. Me detengo a escasos metros donde mi madre me espera y observó la forma negra que se acerca a ella por su espalda, desciende de los edificios con su cuerpo como una mancha que flota con un movimiento despreocupado.

Reconocí la sombra de inmediato, la forma como una bola aceitosa y lo que más me saca de mis cavilaciones es el hecho de que esa parte es actual. Nunca antes la había visto aquí, en mi sueño.

Al llegar a ella, enreda sus largos brazos sobre el cuerpo quieto de mi madre, la sujeta de los codos, las rodillas y el cuello, se hunde en ella y la envuelve adentrándose en su cuerpo para formar uno mismo. El cuerpo de mi madre se retuerce como un espectro y comienza a moverse hacia mi dirección con las piernas alargadas como tentáculos. Su mirada se encuentra perdida, con los ojos totalmente negros y sin ningún rastro de ella. Me sujeta con sus nuevas manos alargadas, brillantes y aceitosas mientras abre la mandíbula desgarrando la piel de sus mejillas para devorarme...

El Poder Del Sol© #1 (DISPONIBLE EN FÍSICO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora