Capítulo 20: Cullen.

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Después de unas horas, de hablar de música, había dejado de llover, y ya era demasiado tarde, eran ya las 11, y yo necesitaba comer, mi estómago gruñía del hambre.

-Necesito salir.-Dije intentando abrir la puerta, pero tenía el seguro.

-¿A dónde?.-Preguntó él.

-Tengo que comer. Tengo hambre, y ni desayuné.-Dije sobando mi panza.

-¿No desayu...-Su teléfono lo interrumpe.-Lo lamento.-Dice disculpandose y tomando su teléfono para contestar.-¿Sí?.-Me mira y me dá una sonrisa de labio cerrado.-Oh, Hola Esme. Sí, sí, llegaré en cuanto antes.-Dijo y colgó.

-Esme.-Repetí. Sus ojos azúles me miran.

-Sí, Esmeralda, mi hermana.

-¿Tienes una hermana?.-Me asombré.

-Dos de hecho.-Me miró y sonrió.

-¿Y son mayores?.

-Esme y Alice tienen diecisiete, son mellizas y yo tengo dieciocho.

-Oh, eso es genial, también tengo diecisiete.-Lo miré fijamente, pero él evadió por completo mi mirada. Haciendome sentir avergonzada.-¿Qué sucede?.-Toco su mano y puedo ver como se tensa ante mi contacto con él.

-Nada.-Responde frío.-Me pones nervioso.-Sus ojos zúles penetran los míos. Sonrío ante su confesión.

-Lo lamento.-Me acerco peligrosamente a él estando tan cerca que puedo sentir su respiración sobre la mía. Sonrío. Él me mira desconcertado, y me aleja suavemente de él.

-No te acerques así a mí, o.-Dijo nervioso. Y entonces fué cuando me acerqué mucho más a él. Nuestras narices, podían rosarce.

-¿O qué?.-Dije y sonreí. En un segundo, sentí como él estampó sus suaves labios contra los míos, me tomó por la cintura y empezó a llevar su mano a mi espalda apretandome contra él, su lengua bailaba al compas de mis labios, y la dejé entrar haciendo que enredé mis manos en su cabello, él profundizó el beso sentandome en sus piernas, empezó a tirar de mi cabello, haciendo que me provoque más, metí mis manos por debajo de su camiseta, él bajó las suyas a mis muslos haciendome mover encima de su miembro, sentí como tuvo una erección instantanea y eso me estaba enloqueciendo, empezó a dejar humedos besos en mi cuello y de mi boca salían leves gémidos, volvió a besarme con más intensidad, pero luego escuché un golpe en la ventana. Me alejé ferozmente de él y me senté en mi asiento. Él se peinó el cabello y tranquilamente abrió la ventana.

-¿Sucede algo oficial?.-Preguntó.

-Está mal parqueado caballero, si no se va en este instante tendrá una multa.-El oficial sacó una pequeña libreta y empezó a contar.-Uno. Dos.-Carlay encendió el auto y afortunadamente prendió. Piso el acelerador y salió rápido de allí. Encontró un parqueadero junto a una estación de comida. Todo el camino estuve callada, y muy sonrojada, tener momentos calientes con mi vecino no es normal. Bajamos del auto, o más bien, él bajó del auto. Y me abrió la puerta, me extendió la mano para ayudarme a bajar la tomé avergonzada. Nunca me había pasado esto. Pero debo admitir que besa demasiado rico.

-P-perdón por lo que pasó en el auto.-Digo rompiendo el silencio y jugando con un mechón de mi cabello.

-Joder, besas demasiado bien castaña.-Toma mi mentón con su mano y hace que lo mire. Con la otra me acerca a él y me pega con fuerza.-Demasiado bien.-Repite mirando mis labios. Mis ojos lo miran deseando que vuelva a besarme como lo hizo hace unis minutos.-Pero no te ilusiones. Sólo fué el momento.-Mi semblante cambió, ¿cómo podía decir eso?, yo no soy momento de nadie. Me solté de su agarre, saque mi mochila de su auto y me fuí caminado.-¿A dónde vas castaña?.-Me tomó por el brazó y me forzó a mirarlo.

-¿Qué quieres?.-Dije.

-Tienes que comer.

-No creo que quieras darle comida a la chica del momento Cullen.-Dije furiosa. Él me soltó y se puso serio.

-Bien como quieras.-Dijo.

-Adiós.-Me fuí caminado a paso rápido. Ugh, no quiero ni verlo.

Evitando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora