Capítulo 30: Alicia.

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Me encuentro en mi habitación, mis ojos aún no soportan la luz por lo que se ven forzados a entrecerrarce. Ladeo mi cabeza, veo una figura frente a mí, y se está acercando. Me remuevo en mi cama un poco incómoda, no alcanzo a verla bien.

-Sam, soy yo.-La voz de Hall me hace perder el miedo y en instante relajo mi cuerpo.

-¿Que sucedió?.-Pregunto sobando mi cabeza, me duele mucho.

-Tu celular explotó.-Torna los ojos.-Checheres malos.

-¿Explotó?.-Abro mis ojos como platos. Claro ahora lo recuerdo, el mensaje desconocido, la captura, mi insomnio, todo.-¿Cómo?.-Pregunto.

-Ni yo lo sé.-Se encoje de hombros. Bajo la mirada a mi mano derecha, esta vendada. Las alarmas de mi cabeza se activan, haciendome entrar en pánico.

-Dime que no perdí la maldita mano.-Le digo asustada. Hall me mira divertida.

-Nop.-Finalmente dice.-La explosion no fué la gran cosa, sólo explotó el celular, y te arrancó como dos uñas.-Ríe.

-¿Dos uñas?, es broma ¿no?.-Niega con la cabeza.-Demonios, mis uñas.-Depronto siento un enorme dolor de cabeza apoderarse de mí, tan fuerte como para hacerme cerrar los ojos y llevar mis manos a la cabeza, un chillido se hace presente, y una voz habla: "Cuatro en punto" dice, deja un eco en mi cabeza, y entonces recuerdo el extraño sueño que tuve.-Que horas son.-Pregunto alarmada.

-Tres y media.-Responde Hall sin importancia.

-Demonios.-Susurro.-Debo irme.-Me paro rapidamente pero al pararme me mareo.-Alista mi ropa, debo salir.-Digo mientras entro al baño para ducharme. Hall asiente sin ningún problema, el agua fría refresca mi cuerpo, mi cabeza tiene muchas preguntas, tal vez la chica pueda responder algunas.

Cuando salgo del baño, veo mi ropa encima de la cama, la tomo y me visto lo más rápido que puedo. Cepillo mi cabello, y en quince minutos estoy lista.
Bajo las escaleras sin mirar a todos los que están allí, sigo derecho, y realmente no sé por qué lo hice, no suelo ser indiferente con mi propia familia. Escucho que me llaman, pero sigo caminando, tomo un taxi, y le indico a donde quiero que me lleve, en menos de diez minutos ya estoy entrando a la cafetería. Mis ojos buscan descontroladamente a la chica de mi sueño, la veo sentada en una esquina, lleva puesto un buso con capota, me hace señas para que me siente. Hago lo que me ordena, y me siento frente a ella.

Levanta su mirada, sus ojos ahora son color rojo, me asombro, eran marrones, lo recuerdo bien. Su cabello es largo, y negro, eso también se me hace raro, juro que llegaba hasta sus hombros y era castaño. La miro confundida y capta mi gesto en seguida.-No hace falta que preguntes por qué me veo distinta.-Dice seria.-Solo vengo a darte una información. Asiento para que prosiga.-Sam, están en grave peligro, la familia Madison, no está jugando, y hará todo para destruirlos.-Mi gesto se vuelve neutro y la miro asustada.-Tengo en estos papeles la solución, solo debes buscar a su, Gema.-Extiende un sobre negro.-Ella te ayudará, aquí está la dirección de su casa y todo lo que debes saber de ella.-Lo tomo en mis manos.-No puedes decirle a tus padres.-Musita.

-¿Quién es usted?.-Pregunto.

-No hace falta que lo sepas.-Sonríe.

-¿Cómo es que lograré esto sola?.-Pregunto arqueando una ceja.

-Cullen te ayudará, buscalo a él.-Dice mientras se remueve en su silla.-Dile que Alicia te mandó. Él sabrá de que hablas, y te ayudará.

-¿Su nombre es Alicia?, dígame quien es usted.-Empiezo a sentirme rara.

-Soy quien siempre debí ser.-Me mira seria.-Ya debo irme, buena suerte.-Es lo único que dice, toma sus cosas y se para para dejarme sola y en shock. No sé lo que haré, ni quien sea Gema, ni mucho menos como sacare a mi familia de esto. Es decir, tengo diecisiéte años, ¿qué puedo mejorar?, ¿mi alimentación?. Niego con la cabeza ante mi ocurrencia. Me paro y voy detrás de la chica de pelo negro. Pero, ya no está, salgo de la cafetería, no hay rastro de ella, empiezo a sentir miedo. Esto es verdaderamente extraño.

Perdón por tardar tanto. No me he sentido bien, lo lamento.

Evitando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora