Capítulo 32: Magia negra.

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Me separo de su agarre, y respiro profundo —debo asistir al instituto, debemos en realidad. —suelto cansada. No me apetece ir con todo esto que está pasando mi familia, pero es el último año, y ya solo me quedan dos meses. Cullen me mira divertido.

—La señorita floja ¿quiere ir al instituto? —Ríe levemente.

—Soy juiciosa así no lo creas —Me cruzo de brazos— además, soy más juiciosa que tú —Alardeo.

—¿Cuál es tu promedio en matemáticas? —pregunta.

—¿Para qué quieres saberlo? —Arqueo una ceja—, chismoso.

—No pasa de tres punto cinco ¿no es así?

—Ugh, ¿cuál es el tuyo? ¿Cuatro punto ocho? —bromeo.

—Cinco si te soy sincero —Sonríe victorioso.

—Ya debo ir a casa —Digo ignorando su egocéntrismo al tener un alto puntaje en la materia que más odio.

—Te llevo gruñona —Dice, y deja un sónoro beso en mi frente.

—Bien, andando —Digo sonriendo. Cullen se para, y toma mi mano, agarra el sobre y lo deja encima de la mesa—¿qué harás con el? —Pregunto—, es decir, ¿lo desecharás?

—No, sólo, llamaré a Gema —Baja su mirada—, hace un tiempo, no hablamos, y, a decir verdad, la extraño —Dice melancólicamente. Lo miro y sonrío, Cullen ha pasado por tanto.

—Y, ¿tus padres? —Pregunto, tengo esa duda desde que me contó su historia. Hace un gesto.

—Ya, debemos irnos castaña.

—¿Estás evitando mi pregunta? —Frunzo el ceño. Si está evitando mi pregunta, no es nada bueno lo que haya pasado con sus padres. Y tampoco quiere decírmelo—, si lo estás haciendo, no funcionará, insistiré hasta saberlo —Me cruzo de brazos. Sus ojos celestes me miran confundidos, aprieta sus labios y suelta un suspiro.

—Te contaré todo ¿sí? —Musita—, pero no ahora —torno los ojos, ¿por qué no solo me lo dice y ya?

—Bien, vámonos —Digo seria, y me suelto de su mano para irme sola.

—Sam —Me detiene— no te enojes, te lo contaré, pero aún no estás lista para saberlo —Me mira, y sonríe cansado. Suelto un leve suspiro, y asiento con mi cabeza.

—Bien Cullen, esperaré.

—¿Confías en mí?

—Confío en tí.

(...)

Después de que Cullen me dejara en casa, cené con Hall, Leo me dijo que papá, mamá y mis tíos habían salido junto con Jaz y Aaron, claro, son los mayores. Luego nos fuimos a dormir, y me arrepiento de dormir con Hall, sus brazos pueden parecer delgados y débiles, pero, ¡joder! Casi me asfixia.

Poco después, sonó la alarma, indicándonos que debemos ir al instituto, hoy sí iría, no falta mucho para graduarme. Y no quiero repetir todo el año. Seria agobiante.

—¿Qué crees que deba ponerme? —Le pregunto a Hall mirándome en el espejo.

—Tienes que verte tan sexy como Ariana Grande en los Grammy —Suelta un chillido— yo elegiré tu ropa —"estoy, perdida", pienso entre mí.

—Ariana Grande ¿en los Grammy? —Arqueo una ceja— ¿en serio?, a Grace VanderWaal le pusieron una falda en el cuello, y no estaba en los Grammy.

—¿Sueles ser así de tonta siempre? —pregunta

—Supongo —Me encojo de hombros— bien, ¿qué me pondré? —Hall se adentra en mi armario, y no demora mucho en salir, toma un short de jean suelto, y una camiseta negra acompañada de unas vans—. Bien, me gusta —Río, después de todo sabe mis gustos.

Evitando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora