Hallstatt - YoonJin

Extra eins

TaeHyung ya cumplió treinta y cinco primaveras. Sigue al servicio de la corona, protegiendo a los reyes y la familia real. YoonGi insiste en volver a su puesto de soldado, pero ahora reina Hallstatt junto a Jin y no puede tener ambas posiciones a la vez. Debe ser protegido, como Jin y su hermana SooYoung, el esposo de la mujer SungJae y su hijo, el heredero al trono. YoonGi ahora es parte de la nobleza, luego del matrimonio entre los reyes.

El muchacho va caminando hacia el lugar donde las almas duermen, el Friedhof. Está seguro de que la persona que va a visitar, está en los campos elíseos, disfrutando de la paz y la tranquilidad.

El soldado va a acompañado de su mujer llamada Hana, una muchacha de cabellos largos, y oscuros como la noche. Su pequeño hijo de dos años, va en los brazos de TaeHyung, donde se remueve inquieto, es curioso y le gusta observar y tocar todo lo que sus ojos alcanzan a ver.

ㅡ Es la primera vez que me traes aquí. ㅡ le comentó Hana, caminando a su costado. Se veía preciosa, como siempre.

ㅡ Creo que ya es tiempo de que te conozca, a ti y a RoWoon. ㅡ respondió.

Ya habían entrado y las tumbas eran centenares, pero TaeHyung sabía exactamente donde estaba la tumba de la hermana del rey. Era la última, la que se alzaba de un color dorado brillante, pintada con oro fundido.

ㅡ También es tiempo de que la conozcamos a ella. El rey... sólo te da permiso a ti para venir. Nadie más de su familia tiene permitido entrar a su lecho de descanso eterno. ㅡ ya quedaba poco para que pudiesen entrar.

ㅡ Es mejor así. SeokJin intenta darle todo a su pueblo, pero este espacio es lo más privado que tiene para ella.

Una vez que ingresaron al panteón, donde se encontraba la tumba de SoHye, Hana se asombró de lo bien cuidada que estaba. Flores frescas, velas encendidas y un retrato pintado de la joven. En su interior pensó que había heredado toda la belleza de su madre. Y eso que ni siquiera un retrato podía capturar del todo su belleza en vida.

ㅡ ¿Cada cuánto tiempo vienes?

TaeHyung dejó al niño en el suelo, para que pudiera tocar y curiosear todo lo que quisiera. Las velas estaban en lo alto, así que no había peligro.

ㅡ Si puedo, vengo a diario. ㅡ Hana no podía decir que el comentario de su esposo no le dolió, pero comprendía a TaeHyung, desde su corazón.

ㅡ SoHye...ㅡ volvió a hablar, pero ya no se dirigía a su mujer, sino a la hermana fallecida del rey. ㅡ Sé que ya te había hablado de ellos, pero ella es Hana. ㅡ tomó la mano de su mujer. ㅡ Es mi esposa. Es bonita, ¿verdad? También tengo un pequeño hijo, tiene dos años, se llama RoWoon y parece muy entretenido observando tu retrato. Ambos forman parte de mi vida, la más importante, son mi familia y... a veces, vendré a verte con ellos, ya te puedes ir acostumbrando, ¿verdad? ㅡ la sonrisa en su rostro era inusual. Hana nunca había visto a TaeHyung sonreír de esa manera. Si esa mujer lo había hecho tan feliz, ella tenía una responsabilidad con ella.

ㅡ SoHye, mi nombre es Hana. ㅡ el soldado sorprendido, se giró a verla. ㅡ Gracias, gracias por enseñarle a TaeHyung lo que es el amor verdadero, gracias por amarlo tanto y protegerlo siempre. Sé que eres tú quien lo acompaña y vela por su bien... Gracias. Prometo nunca herirlo, ni borrar el recuerdo preciso y nítido que tiene de ti.

TaeHyung sólo abrazó el cuerpo pequeño de Hana, y le dio un beso sobre su mejilla. Le agradeció y le pidió que llevara a RoWoon afuera, pues tenía algo que decirle a SoHye. La muchacha accedió y se llevó al pequeño que iba entre lloriqueos.

ㅡ Es una buena muchacha, ¿verdad?... Yo aún te amo y no sé si seré capaz de olvidar este sentimiento, pero ella lo entiende. Y sé que tú también prefieres que haya rehecho mi vida, pero nunca te sacaré de ella.