G I N E B R A

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-He venido a cavar una tumba, señor- contestó, tartamudeando, Gabriel Grub.

-¡¿Y qué hombre se dedica a andar entre tumbas y cementerios en una noche como ésta?! -exclamó el duende.

-¡Gabriel Grub! ¡Gabriel Grub! -unos coros de gritos salvajes contestaron, el cual parecía llenar el cementerio de ecos. Temeroso, Gabriel miró a su alrededor sin que pudiera ver nada.

-¿Qué llevas en esa botella? -preguntó el duende.

-Ginebra holandesa, señor -contestó el enterrador temblando más que nunca, pues la había comprado a unos contrabandistas y el muy inteligente pensó que quizá el que le preguntaba perteneciera al impuesto de consumos de los duendes.

-¿Y quién bebe ginebra holandesa a solas, en un cementerio, en una noche como ésta? -volvió a preguntar el duende.

-¡Gabriel Grub! ¡Gabriel Grub! -cantaron de nuevo las voces salvajes.

Duendes en Navidad (CHARLES DICKENS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora