Dejé a Harrison en su sillita y me dispuse a preparar el desayuno cuando oí la cerradura de la puerta abrirse. Miré con confusión en la mirada a Patch y me di cuenta que tenía una sonrisa en el rostro.
- ¡Buenos días!- el grito de mi madre proveniente de la entrada de la casa resonó por toda la cocina.
¿Mi madre? ¿Qué hacía aquí? Normalmente avisaba cuando tenía pensado hacernos una visita, pero eso no era lo extraño. Lo extraño era que se presentara en nuestra casa a las nueve y media de la mañana.
- Tenemos timbre, por si no te habías dado cuenta- respondí más seca de lo que pretendía pero la verdad es que estaba un poco molesta.
- Yo también me alegro de verte cariño. Tú misma me diste las llaves así que no sé de qué te quejas.- quería responderle que se las di por si había alguna emergencia pero me aguanté las ganas.
- Hola tesoro.- sí, definitivamente ahora le estaba hablando a Harrison.- ¿verdad que tienes ganas de pasar el día con la abuela?- ahora sí que no entendía nada. Que yo supiera no habíamos acordado que hoy pasaría el día con ella y por el momento no me fallaba la memoria.
- Mamá… Íbamos a ir a dar un paseo.
- Eso no es problema. Podéis ir mañana.- miré a Patch en busca de apoyo, pero para mi sorpresa no me apoyó a mí y salió en defensa de mi madre.
- ¿Qué hay de malo en que se lo lleve tu madre? Ni que fuera una extraña, sabes que estará en buenas manos.- Vi que eran dos contra mi así que no me quedó más remedio que aceptar.
Me despedí de mi pequeño que cambió un poco su cara al ver que se iba pero que sus padres no. ¿Qué había sido eso? Mi madre nunca se comportaba de esa forma. A lo mejor estaba un poco paranoica, no había ningún problema en que pasara el día con su abuela pero me había cogido por sorpresa.
Volví a ponerme delante de la encimera para continuar preparando el desayuno cuando noté unas manos en mi cintura.
- ¿Estás de broma no? ¿Vas a seguir cocinando?- preguntó Patch.
- ¿Qué te pasa a ti ahora? Pensaba que te gustaban las tostadas con mantequilla. Y por cierto mi madre te ha convencido muy fácilmente.
- Bueno, en realidad fui yo el que tuve que convencerla para que me hiciera un pequeño favor. Quería que este día fuera para nosotros.- acercó su boca a mi oreja- Sólo tú y yo.- Sabía perfectamente que con eso no quería decir que Harrison o nuestros amigos estorbaran, sólo quería tener un día a solas como los que hacía mucho que no teníamos.
- ¿Y cuál es el plan?- pregunté intrigada.
- Un picnic. En esa laguna que descubrimos un día por casualidad. Creo que necesitamos relajarnos y allí nunca va nadie.
- Oh, impresionante. Me había olvidado que a veces tenías buenas ideas, aunque ésta supera todas las expectativas, es genial.
- ¿Qué insinúas?- preguntó haciéndose el ofendido.
- Nada, nada.- respondí aguantándome la risa- pues iré a prepararme pero primero tengo que darme una ducha.
- Yo también tengo que ir. Así que… ¿porqué no somos buenas personas y nos bañamos juntos para ahorrar agua?
- Claro que sí, señor ahorrador.
***
Después de ducharnos y vestirnos nos subimos al coche para empezar nuestro camino hacia ese bonito lugar. Hicimos parte del camino en silencio cuando se me vino a la cabeza que nos olvidábamos de algo.
- ¡Patch!- exclamé- ¿Cómo vamos hacer un picnic sin comida?
- ¿Qué te crees? Llevo preparando esto más tiempo del que te imaginas. Por suerte tengo una novia muy dormilona que cuando me he levantado a las siete de la mañana para prepararlo todo no se ha enterado de nada.- realmente estaba sorprendida por aquel gesto tan bonito que había tenido al esforzarse para preparar todo esto.
Mirando por la ventana me di cuenta de que cada vez había menos edificios y ante nosotros iba apareciendo un paisaje más verde y natural. Después de diez minutos más hablando de temas no muy interesantes llegamos hasta el lugar donde podíamos llegar con el coche, el resto del camino tendríamos que hacerlo caminando.
Nos bajamos del coche y Patch cargó con una cesta en la que deduje que estaría la comida mientras que a mí me toco llevar una manta de tonos anaranjados. Era un poco complicado llegar hasta donde queríamos pero una vez lo hicimos supimos que había valido la pena. Delante de nuestros ojos se extendía una enorme laguna rodeada por una grande extensión de hierba donde dejamos la manta y nos sentamos encima.
- Es más bonito de lo que recordaba- dije observando a mi alrededor.
- Sí, esto es genial y lo mejor de todo es que lo tenemos para nosotros solos.- en ese momento se oyó un extraño sonido que provenía de mi barriga.- Parece que alguien tiene hambre.- dijo entre risas.
- ¡Pero no te rías! Por tu culpa no he podido desayunar, normal que tenga hambre.- intentó parar de reír pero fue un intento fallido. Sacó los bocadillos de la cesta y me dio uno.- ¿De qué son?- le pregunté.
- No lo sé muy bien… He abierto el frigorífico y he puesto lo que me parecía que quedaría bueno.- me reí ante su ingenio.
- Espero terminar el día en casa y no en el hospital- bromeé mientras le daba un mordisco.
- Qué graciosilla, encima que lo hago con buena intención.- se hizo el enfadado pero sabía que en realidad no lo estaba.
- Era broma tonto.- me acerqué a él y le di un suave beso.
- Creo que me tendré que enfadar más a menudo si para que me desenfade me haces esto.- cogí un poco de mayonesa que se salía del bocadillo con el dedo y se lo pase por la cara. Él me miró sorprendido pero enseguida empezó a seguirme el juego. Parecíamos dos críos pero eso no me importaba, estaba disfrutando el momento.
- Mira como hemos acabado, ¿cómo vamos a volver a casa así?- pregunté mirando la cara sucia de Patch.
- Allí tienes una enorme laguna, si quieres limpiarte, métete.- primero pensé que lo decía en broma pero me miraba serio.
- ¿Estás loco? Si me meto allí voy a enfermar, que ya no estamos en verano.
- Pues te cuido.- dijo con una sonrisa asomándose en su cara.
- Una idea muy apetecible, pero…
- ¡Venga! Si tengo que tirarte yo será peor.
Y sí, evidentemente termine dentro de la laguna pero no sólo yo, Patch terminó por meterse también. Después de un buen rato jugando dentro del agua salimos porque empezábamos a tener frío. Patch me envolvió con la manta y recogimos todo para volver al coche. Cuando ya llevábamos unos minutos de camino rompí el silencio.
- Ahora que lo pienso, si tú también te has mojado, ¿quién me va a cuidar?
- Nos cuidamos mutuamente.- respondió él sin dejar de sonreír.
- Gracias por este magnífico día, no sé qué haría sin ti.
- Ni yo sin ti y espero no tener que comprobarlo nunca, Ángel.

ESTÁS LEYENDO
7 años después de finale (saga hush hush)
FanficDespués de todas las dificultades que han pasado, Patch y Nora pueden disfrutar al fin de su nueva vida juntos. Portada de @Maky_32