Capítulo 13

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El regalo al que Patch se refería el otro día resultó ser una pulserita de plata que tenía nuestros nombres grabados. No le faltó decir que así todos sabrían que era suya y que se darían cuenta de que ellos no tendrán ninguna oportunidad conmigo. Supuse que esto último lo decía pensando en el vecino nuevo, pero sabía perfectamente que no tenía que preocuparse ya que desgraciadamente para Vee, él era gay.

Toda la semana pasada estuvimos intentando descubrir más sobre ese chico, la gran sorpresa nos la llevamos cuando nos dimos cuenta que ya tenía pareja y que precisamente no era una chica. Después tuve que darle la razón a Vee cuando me dijo que era mejor así, porque ella no se veía preparada para entrar en otra relación, todo era demasiado reciente.

***

Desperté sabiendo que hoy iba a ser un gran día, nuestro pequeño cumplía años. Me di la vuelta para darle los buenos días a Patch pero me di cuenta de que ya no estaba. Decidí volver a cerrar los ojos para desperezarme y pensar en los últimos detalles del cumpleaños, pero de repente sentí un pequeño peso sobre mi barriga. Sabiendo quien era me quedé quieta haciéndome la dormida a lo que él empezó a pasar sus pequeñas manitas por mi cara.

- ¿Quién es el monstruito que me ha despertado?- pregunté empezando a hacerle cosquillas en su barriga. El niño no tardó en girar su cabeza y mirar a su padre que estaba a un lado de la cama, queriéndole echar la culpa a él.- ¿Ha sido papá?

- Shi.- dijo con su vocecita afirmando mi última interrogación. No pudimos evitar reírnos delante de la pequeña mentira que acababa de decir.

Decidimos que Patch lo bañaría mientras yo hacía lo mismo para que pudiera marcharme a comprar las cosas necesarias para la pequeña fiesta. Una vez hube terminado salí al supermercado más cercano y repasé mentalmente los invitados. Vee, Scott, mi madre, Andrew (sí, días atrás decidieron "oficializar" su relación), Emily (la hija de Andrew que aun no la habíamos conocido pero que mi madre hablaba maravillas de ella), nuestro vecino nuevo Dylan, y su novio James que aunque los conociéramos de hace poco nos habían caído de maravilla desde el principio.

Compré todo lo necesario menos el pastel, ya que había pensado que sería mejor hacerlo en casa. Cuando ya estaba a punto de poner la masa en el horno un dedo que no era el mío entró en el bol.

- ¡Patch!- exclamé alarmada- no seas guarro.

- Shhh.- me mandó a callar después de que lo fulminara con la mirada. Él se limitó a poner una media sonrisa y cuando pensé que ya se había ido noté su pringoso dedo chocar contra mi nariz. Sólo hace falta decir que no me limité a limpiarme el rostro y seguir cocinando, hubo venganza. Suerte que aún quedaba tiempo para que llegaran los invitados, porque tuvimos que volver a empezar todo el proceso para que quedara un pastel comestible.

Poco a poco fueron llegando todos y lo primero que hacían era felicitar al protagonista del día. Harrison, que no entendía lo que pasaba se dedicaba a observarlos con atención.

- Mira que cosita. ¿No es para comérselo?- opinó James que jugaba con Harrison. Nos habían contado que desde hacía un tiempo estaban intentando adoptar un bebé pero que de momento no había habido suerte.

- Si quieres te lo llevas una semana, verás como dentro de dos días ya no piensas lo mismo.- dije yo haciendo broma. Por más que no fuera un santo y nos diera alguna que otra noche sin dormir, no lo cambiaría por nada del mundo.

Cuando llegó la hora de la tarta todos empezaron a cantarle el cumpleaños feliz, pero él sólo tenía ojos para el pastel que tenía delante. Cuando nos dimos cuenta ya había puesto sus manos encima y se estaba llevando una pequeña porción a la boca dejando sus labios manchados de chocolate.

- ¡Harrison no!- exclamó mi madre, tan protectora como siempre. Ninguno de los otros dijimos nada, nos limitamos a reír entendiendo que era sólo un niño y que hoy era un día para disfrutar y no para regaños.

- ¿Sabes qué pasa Harrison?- dije mientras lo cogía de su sillita- la abuela quiere un besito.- lo dejé en el suelo para que pudiera caminar por su propio pie y él comenzó a tambalearse hacia su dirección. Al llegar mi madre lo cogió y el pequeño estampó sus morritos contra la mejilla de ella dejándola así llena de chocolate.

Poco después llegó el turno de los regalos. Emily se sentó con el cumpleañero en el regazo para ayudarlo a abrirlos ya que él no tenía suficiente fuerza. La hija de Andrew tenía doce años, pero resultó ser muy responsable para su corta edad. No me costó mucho descubrir porque me habían hablado tan bien de ella. Me di cuenta de que ahora que mi madre y su padre iban enserio, íbamos a ser algo así como hermanastras, aunque con solo conocerla de un día estuve convencida de que nos llevaríamos mucho mejor que con Marcie.

De la pila de regalos salieron un peluche, varios coches de tamaño grande para que si se los metía en la boca no hubiera peligro, juguetes para la bañera, unos lápices de punta gruesa y un libro que si presionabas ciertos botones hacían ruidos de animales.

***

Una vez se marcharon todos, me puse a recogerlo todo mientras oía a Patch jugar con Harrison.

- ¡No! ¡En la pared no!- escuché de repente. Salí casi corriendo de la cocina y saqué la cabeza observando la escena. El pequeño estaba intentando hacer una obra de arte con sus nuevos lápices. ¿Cuál era el problema? Creía que la pared era un lienzo. Intenté retener las carcajadas que amenazaban por salir pero no lo logré.

- Si claro, tú ríete verás como no lo vuelve a hacer.- dijo Patch irónicamente mirándome de reojo.

­­- No te enfades. Por suerte estabas tú y no ha llegado a pintarla.- Harrison me miró y luego se giró hacia su padre, dibujándole una línea amarilla que le recorrió toda la mejilla. Mis carcajadas se intensificaron haciendo que me llegara a doler la barriga. El afectado primeramente puso cara de pocos amigos, pero enseguida se unió a nuestras risas.

Observándolos pensé que mi vida parecía un sueño, pero en realidad era mucho mejor. Sabía que hay que mantener los pies en el suelo, y que la felicidad no dura para siempre, pero con ellos a mi lado me sentía segura y tenía claro que juntos podríamos superar cualquier cosa.

Hoola :D La verdad es que no tenía pensado subir capítulo porque no sabía mucho como continuar, pero mañana es mi cumpleaños así que eso me sirvió de inspiración.

Bueno, he estado pensando y me he planteado 4 opciones:

1. Terminar la novela aquí.

2. Seguirla como siempre, siguiendo desde el punto donde se ha terminado hoy.

3. Hacer como una segunda temporada, en la cual habrían pasado unos años.

4. Hacer una novela independiente a esta, desde el punto de vista del hijo/hijos (cuando sean adolescentes) de Patch y Nora. Cualquier persona podría leerla sin haber leído Hush Hush, pero Patch y Nora seguirían apareciendo e intentaría que actuaran tal como lo harían ellos.

Así que no lo sé, lo voy a meditar unos días (aunque creo que la 2 no tiene muchas posibilidades).

Os deseo una muy buena semana y espero que os haya gustado el capítulo. :3

7 años después de finale (saga hush hush)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora