Capítulo 22

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Narra Harrison

Me encontraba sentado en el sofá, presionando continuamente el mando a distancia para encontrar algo decente que mirar entre los muchos canales que había. Cuando al fin encontré una película que parecía buena, el sonido del timbre me obligó a levantarme.

Caminé pesadamente hacia la puerta y, después de pelearme con la llave que por alguna razón alguien había dejado en la cerradura, conseguí abrirla llevándome una grata sorpresa.

–Leah...–susurré casi más para mi mismo– pensé que aún estabas en...

Me callé al ver que no tenía sentido comentar aquello teniendo la clara evidencia de que había vuelto delante de mis ojos. Por mala suerte, la tía de su madre que estaba enferma se había puesto peor y decidieron hacerle compañía durante las navidades, por lo cual no esperaba su visita.

–Hola –saludó alegremente mientras una sonrisa se extendía por su rostro– pensé en llamarte, pero ya sabes que me gustan las sorpresas. –besó mi mejilla y se adentró en casa sin esperar invitación siquiera.

Normal, no habían pasado más de dos semanas desde la última vez que nos vimos, pero aún así no me esperaba su visita y quedé atontado durante unos segundos.

Cuando por fin salí de mi estado de aturdimiento, entré tras ella.

Enseguida me di cuenta que su estado de humor era mucho más bueno del que había tenido las últimas semanas.

Sus padres habían estado teniendo continuas discusiones, cosa que ella se tomó muy mal y pensó en el peor desenlace para esa historia. Aunque fuera joven, Leah se había visto envuelta en muchas situaciones poco agradables que le habían hecho ponerse una barrera para no salir nunca herida. Pero cuando esa barrera fallaba, y notaba que le empezaban a surgir sentimientos, su estrategia consistía en mantener las distancias. No la culpaba por ello, cada persona tiene sus motivos para ser tal como es.

Y yo, tenía muy claro mi objetivo, conseguir derribar esa gran barrera que no me permitía llegar a la verdadera Leah.

–¿Me escuchas? –preguntó pasando su mano izquierda por delante de mi cara. Entonces bajé la mirada y me di cuenta de que su mano derecha estaba ocupada por una cajita en la que no me había fijado antes.

–Eh... ¿Nos sentamos?

Vi a Leah asentir con la cabeza mientras seguía mi ademán para sentarnos en el sofá.

–Pues lo que te decía –prosiguió alargando su fina mano hasta depositar la cajita roja en mi regazo– te he traído una cosita. Considéralo mi regalo de Navidad atrasado.

Cogí el regalo entre mis manos mientras observaba la caja intentando adivinar su contenido. La curiosidad me ganó y rápidamente deshice el lazo que envolvía la caja.

Dentro se encontraba una cosa que no hubiera adivinado nunca. Saqué con delicadeza lo que parecía ser un álbum de recuerdos y abrí la primera página para confirmar que sí lo era. Página tras página se encontraban pegadas de una forma muy original y ordenadas por orden cronológico muchas de las fotos que nos habíamos tomado desde el inicio de nuestra amistad.

No era un álbum comprado, lo había hecho ella con recortes de papel y cartón de diferentes formas haciendo que quedara mucho más bonito y personal. No me quiero ni imaginar el montón de tiempo que le habría llevado hacerlo.

–Estos días que no he estado por aquí he tenido mucho tiempo libre. –se calló pero al ver que yo no decía nada se apresuró a continuar– sé que no es lo mejor que te han regalado ni nada por el estilo pero...

7 años después de finale (saga hush hush)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora