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− Lo siento... No quiero interrumpir −. Ella se inclinó antes de decidir marcharse, no quería interrumpir los juegos de su novio con sus amigos, pero JB decidió detenerla.

− No, no, está bien. ¡Mark, Sana está aquí! – Dio aviso antes de que la japonesa se fuera, también era el permiso para que Jackson hiciera acto de presencia y la invitara a pasar después de tomarla del brazo. Ella accedió, con Jackson muchos encontraban fácil el acceder a varías cosas. El chino vio que se sentara antes de ir a la cocina a servirle té, todo en lo que el novio seguía con la vista fija en la pantalla, aunque al menos le había dicho hola cuando entró.

Conversaron un rato de forma superficial, Sana era una persona un poco tímida, aunque irónicamente era parte de Twice. Fue hasta que terminaron la partida que Mark decidió dejar finalmente el control un rato y sentarse a un lado de su novia, a una distancia prudente. Fue en ese momento que ella pareció recordar algo al ver a Jinyoung estirarse para tomar el mando que Mark había dejado.

− Jinyoung Oppa, quería felicitarte.

− ¿A mí? ¿Por qué? – Estaba confundido, igual que todos los demás por la repentina dicha que se veía en el rostro de la única chica presente. Mark prefería prestar atención a las botanas.

− Escuché decir a Yugyeom que saldría del closet y sería un buen novio de ahora en adelante −. Comentó sin perder la sonrisa brillante de su rostro. – Así que felicidades.

El juego se pausó, y ni siquiera Mark se quejó. Todos con la vista puesta en la castaña chica que llegaba con las buenas nuevas.

− ¿Cuándo lo escuchaste decir eso? – Se aventuró a preguntar Jinyoung después de un silencio expectante.

− Hoy acompañé a Momo a encontrarse con Jimin. Él estaba hablando con ella y el amigo de Lisa, Bambam. Dijo que saldría del closet y sería un novio meloso al punto de parecer molesto.

Jinyoung decidió dejar el control, había perdido interés en ese juego. Todos guardaban silencio, observándolo, fue JB quien lo rompió con una carcajada antes de acercar una mano a su amigo para darle un apretón en el hombro.

− Este chico realmente da miedo −. Exclamó, haciendo que una sonrisa apareciera en el rostro de él.

− ¿En serio? – Mark, por su parte, buscaba confirmar lo escuchado con su novia, quien asentía sin perder la ingenua sonrisa.

Youngjae se reía también, con una expresión llena de incredulidad en su rostro. Jackson había decidido que quería jugar, por lo que había tomado el control mientras seguía prestando atención a lo que discutían sus amigos.

− Sólo a Park Jinyoung un plan tan retorcido le sale bien −. Comenzó a murmurar, aunque todos le escuchaban. – Es un zorro, un zorro astuto.

− Tú tampoco te lo esperabas. ¿Cierto? – JB observó a Jinyoung, trataba de ocultarlo pero años conociéndolo le hacía posible ver que estaba igual de desconcertado ante la noticia. – Y aun así... Wow, eres increíble.

Efectivamente, Jinyoung había pensado que el juego había terminado, pues él no estaba dispuesto a ir más lejos como para volverlo un gran problema, pero había funcionado, su plan había funcionado y ahora tenía novio. Pero no cualquier novio, tenía a Kim Yugyeom justo donde lo quería.

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Apenas despertó esa mañana, Yugyeom ya no estaba tan seguro de lo que iba a hacer apenas llegara a la escuela, porque sí, había decidido que sería al inicio del día y no al final porque al final podría tener más tiempo para arrepentirse y no quería eso. Ya lo tenía todo planeado, iba a joderle la vida a Jinyoung y cuando no le quedase más que decir la verdad, entonces Jisoo vería quién era su amigo en realidad y él podría confesarse y ser correspondido. Tendría un bonito final feliz.

Bambam decidió que lo acompañaría hasta el otro edificio, pero curiosamente, para beneficio de ambos, Jinyoung estaba de nuevo en el patio, algo extraño ya que él normalmente lo estaría entre clases, no antes de iniciarlas. Pero eso no era lo importante, sino que debía darse prisa e ir con él... ellos, sus amigos también estaban ahí, después le sería un poco vergonzoso ir al otro edificio a buscarlo, ni siquiera sabía qué salón ocupaba.

− Desde aquí te apoyaré −. Aseguró Bambam, sin intenciones de moverse del umbral de entrada a su edificio, pues no estaba muy seguro de la manera en que Yugyeom iba a desarrollar el acto, no tenía ganas de pasar vergüenza, menos cuando la linda chica que le gustaba estaba en el patio también, dirigiéndose a paso lento a clases.

Un poco extraño que Wang no fuera tras ella para escoltarla.

Conforme Kim iba acercándose, se dio cuenta que había algo diferente en Jinyoung, como si no fuera suficiente con todos los días, le había dado por arreglarse un poco más. ¿Por qué? ¿El acto de superar la depresión? ¿Y si esperaba un poco más y el chico en realidad daba por terminado el juego? ¿Por qué tenía que ser tan impaciente? Seguro que de haber aguantado dos semanas más o una, el chico se aburría ante la falta de reacción. ¿Por qué no se le ocurrió antes de empezar a caminar en su dirección? Ahora sus amigos lo veían y susurraban entre ellos, no eran los únicos.

Jinyoung dio un par de pasos hacia él, como si tuviera curiosidad del por qué se acercaba, sin embargo cuando quedaron frente a frente sólo espero a que el más alto dijera algo, que no estaba muy seguro de querer decir. Al parecer el mayor se dio cuenta, porque sonrió por una milésima de segundo con arrogancia, un gesto al que le seguiría el volverse por sus pasos hacia sus amigos. Pensar en eso fue suficiente para Yugyeom, tenía que hacerlo sí o sí.

− Junior-hyung – Primer error. – S..sé mi novio... de nuevo −. Segundo error.

Iba a pudrirse en el infierno pero creía que un abrazo fuerte y meloso como se había prometido el día anterior era lo que necesitaba para iniciar el espanto en el chico. Tal vez en una semana él podría hacer que se rindiera también. Cuando se separó, Jinyoung lo miraba de forma extraña, no le tomó importancia y decidió interpretarlo a su modo; sorpresa.

− Creí que no me corresponderías −. Como era de esperarse, bajó el volumen de su voz y ahora buscaba respuestas de un escenario que seguramente no había imaginado. Sin embargo, ahí estaba, la expresión arrogante no dejaba su rostro.

− Hyung, voy a jugar tu juego −. Aseguró, convenciéndose a si mismo antes de convencer al contrario, cuya sonrisa se hacía cada vez más grande al punto de sorprender al menor quién comenzaba a sentirse culpable. Pero vamos. ¿Cómo iba a soportarlo? Lo dejaría, estaba seguro que terminarían antes de terminar la semana. – Te venceré.

Tercer error. 

ManipuladorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora