Sin decir nada, nuevamente sentía a Jimin acercarse a él, posicionarse a su lado y quedarse quieta ahí mientras observaba también por la ventana del segundo piso. Desde ahí se podía ver el patio central, donde la mayoría de los estudiantes se paseaban o se quedaban de pie para platicar. Otros tanto, por supuesto, estarían en cafetería aprovechando el descanso para comer y mantenerse llenos de energía hasta el final del día.
Y al igual que otros días anteriores, Yugyeom no dijo nada, ella no dijo nada tampoco, y se quedaron quietos en su lugar mientras veían como todos parecían demasiado interesados en sus propios asuntos. Lo distinto esa vez fue la tercera persona que había decidido recargarse entre los hombros de ambos, haciéndoles sacar un ligero jadeo entre dolor y sorpresa.
− ¿Qué hacen aquí? – Bambam les sonreía, tan misteriosamente que ambos pelinegros intercambiaron miradas antes de sacarlo de encima con un empujón.
− ¿Tú qué haces aquí? Este es el receso donde vas con ellos. ¿No? – Jimin estaba bastante bien enterada de la situación, aunque le parecía extraña.
El tailandés, en su tiempo que estuvo conviviendo con aquel grupo de personas, había desarrollado una bonita amistad con Jackson, irónicamente. Por lo que cuando su mejor amigo le dijo que ya no quería ir con ellos, sintió un poco de pena al dejar ir a su nuevo amigo. Sin embargo, Yugyeom había sido lo bastante amable para decirle que no debía detenerse por él, que si le agradaba, que siguiera yendo, que quizá y así podía ser que le permitiría acercarse a la exnovia.
Eso hizo.
− Jackson descubrió que me gusta Young Ji −. Comentó, obviamente mosqueado. Yugyeom le miró curioso, pues aunque no habían pasado muchos días, creía que la relación entre ellos era tan buena que eso ya no le importaría a ninguno de los dos. – Y ahora cree que me acerqué a él por conveniencia.
− ¿No fue así? – Preguntó Jimin, divertida ante las patéticas situaciones que enfrentaban sus amigos.
− ¡No! Eso fue después – Se encogió de hombros, sin darle verdadera importancia. – Lo que no me explico, es cómo lo supo −. Esta vez su mirada se dirigió directamente a Yugyeom, quien frunció el ceño indignado, al notarlo. – Sólo nosotros tres lo sabíamos.
− ¿Él no te dijo? – Preguntó Yugyeom, decidiendo no tomarlo personal, y sólo intentar descifrar ese misterio para pasar el rato.
− Dijo que Mark se lo había dicho. Y que si lo decía Mark, era cierto, porque eso significaba que Sana se lo había dicho y Sana siempre dice la verdad −. Repentinamente, Jimin pareció tensarse, y esperando que ninguno de los dos se diera cuenta, empezó a dar pequeños pasos hacia el salón para alejarse de ellos.
− ¿A dónde vas? – Yugyeom, con las manos en los bolsillos de su pantalón, cuestionó al notar sus intenciones. Aunque sinceramente no era extraño, Jimin solía salirse fácilmente de temas que no le interesaban del todo.
Bien, la chica podría decirle que no era asunto suyo, que debía estudiar, que tenía cosas que hacer a diferencia de esos dos vagos. Pero últimamente Kim parecía tan sensible que no se veía capaz de dejarlo con la duda, al menos no esa vez y... bueno, ella no quería cargar con eso en su consciencia.
− Yo le dije a Momo −. Curiosos, los chicos le miraron. – Es amiga de Sana y es mucho más parlanchina de lo que es el grupo de Jisoo unido.
− ¿Qué? ¿Y por qué le dijiste? – Bambam ahora le miraba, sin indignación, porque sería demasiado para él reaccionar de tal manera, cuando él mismo amaba hacer correr los chismes por todas partes.
− Bueno... − Jimin parecía nerviosa de repente, incómoda. Eso era tan extraño que ahora, lo único que les importaba a los dos espectadores, era conocer la razón de sus actos. – Es difícil callarme cuando estoy con ella. Sólo hablo y hablo, no pienso demasiado −. Y por lo que parecía, eso no hacía más que molestarle.
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Manipulador
Fanfiction-Me gustas-. Jamás había sentido tantas ganas de golpear a alguien. - No te preocupes, ya me corresponderás -. Quería borrar con el puño aquella arrogante sonrisa.