II.06

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Lo primero que notó al entrar en la escuela y subir al tercer piso, fue a su amigo de Hong Kong, hablar en chino por teléfono. Parecía preocupado, y como él poco entendía del idioma extranjero, se dio por enterado que mantenía una plática con su madre sobre algún consejo para algo. Decidió pasarlo de largo.

Al entrar en su salón de clases, notó como la nutria estaba ahí también, revisó la hora en su reloj, aquel par debía irse ya a su salón si no querían llegar tarde. Pero suponía también que el chisme debía estar bueno para que todos estuvieran en silencio, viendo a la nada y a Jaebum al mismo tiempo. ¿Por qué todos lo miraban?

Cuando decidió girar la cabeza, no tardó en notar el color violáceo que se extendía por parte de su nariz y ojo izquierdo. Se preguntó si debía reírse, la mirada que le dirigió su amigo le hizo comprender que tenía todo el derecho de hacerlo, y así lo hizo. Intentó tocar, pero el gesto de dolor de parte del chico le detuvo, comprendiendo ahora lo que hacía Jackson en el pasillo preguntando a su madre sobre algún remedio casero.

Decidió centrar su atención en Jinyoung, que lejos de verse preocupado, estaba pensativo en su lugar, con el rastro de una sonrisa en su boca, la cual podría pasar desapercibida para cualquiera, menos para él. Así que decidió lanzar una miradita a Youngjae, quien sólo se limitó a responderle encogiéndose de hombros.

Hacía dos días, Jaebum no estaba así, lo sabía porque dos días atrás, les había enviado una foto al chat grupal que tenían, en donde asistía a la presentación del club de danza. Comentando lo seguro que estaba de que iban a ganar, aunque todos sabían ya que lo único que a él le importaba era ver a Jisoo bailar con un muy bonito traje y los reflectores apuntándole como si de una estrella se tratase.

Entonces debió ser algo entre después de esa foto y el día de ayer, sumando que el color era como si estuviera en su apogeo. ¿Cómo siquiera había decidido presentarse así? Recordaba alguna vez como se partió el labio jugando al balón, por culpa de Jackson que había alzado su mano demasiado fuerte en busca de tomar ventaja. Aquella vez le habían puesto incluso algo de maquillaje para que sus padres no se sospecharan, y evitar así que investigaran hasta darse cuenta que se habían saltado las clases ese día.

Por otro lado, Jinyoung no estaba preocupado, no decía nada respecto a maquillarle la cara porque se veía horrible, utilizando lo que podría tener alguna de sus amigas porristas. No, él estaba planeando alguna cosa en su cabeza y como dos más dos era cuatro, no tardó en darse cuenta de lo que ahí ocurría.

− ¿Esto significa – Señaló la cara de Jaebum, quien increíblemente sincronizado con Jinyoung, había volteado a verlo – que es momento del siguiente paso?

Ninguno de los dos respondió al instante, de hecho habían vuelto a ponerse de acuerdo sin hablar para dejar de verlo al mismo tiempo, poniendo la vista al frente. – En realidad... − A ojos de Mark, resultaba pretencioso de parte de Park que empezara a hablar mientras acomodaba sus brazos cruzados frente a su pecho. – En honor a la nariz de JB, serán dos pasos.


I


Desde que pisó el salón esa mañana se dio cuenta que su compañero, ese infante gigantón, actuaba de manera bastante sospechosa. Para empezar, apenas sonaba el timbre para avisar que había un cambio de clases, el chico dejaba caer su, aparentemente, pesada cabeza contra el escritorio y la golpeaba una y otra y otra vez hasta que escuchaba el saludo del siguiente profesor entrando en el salón de clases.

Comenzaba a preocuparse, seriamente, desde que llegó el receso y él, en lugar de salir a vagar por los pasillos como se hacía costumbre, decidía que quería apachurrarse en su asiento. ¡Incluso había llevado almuerzo! Ese gigantón, que adoraba la comida que daban en cafetería. Quería enterarse de todos los detalles, y sabía bien con quién ir para saberlo absolutamente todo.

ManipuladorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora