Cielo - Promesas Que No

Luces de mentira

Allison

Mi respiración se entrecortaba, la vista se me nublaba, el aire se volvió muy pesado en aquella sala; nunca me había puesto tan mal ante tal pregunta, una propuesta de matrimonio se supone que es más romántica, en privado con una linda cena a la luz de la luna velas rojas, y con el amor de tu vida, querer morirte de la emoción y en ese momento era todo lo opuesto.

De repente escuché un estruendoso ruido, era Meli que dejaba caer, una charol con una botella champán y copas para brindar en la sala tenía la cara roja en su mirada se notaba una tristeza inegable se quedó ahí esperando una respuesta mía, me preocupaba más que se hubiera hecho daño; todos esperaban algo de mi, socios, Alexander, mi mejor amiga, mamá que estaba más emocionada al ver el tamaño de aquel hermoso anillo.

Todo quedó en silencio...
- Pero que estupidez estás haciendo de nuevo Alexander, guarda eso, que mi princesa no aceptará- como siempre papá salvándome de nuevo, sentí un peques alivio al notar como Alex se retiraba al lado de su padre.

- Christian... ¿qué es todo esto?,- Reclamó con furia hacia su socio
-Queridos socios esto es un asunto familiar... La reunión ha terminado disfruten de sus vacaciones y tengan felices fiestas. Disculpen por este último incidente.- Se levantó el y se dirigió rápidamente a ayudar a Meli quién trataba de levantar, lo que quedaba de aquella charola; y corrí a ayudarles, - Señorita García ¿Se encuentra bien?, Amor acompañala a la enfermería.- dijo papá y se levantó nos dejó ahí y se dirigió hacía Alexander.

Salimos de ahí hacía la enfermería, Meli se había cortado con un vidrio de aquella botella, - yo... Lo lamento, podrías descontarlo de mi sueldo- decía temerosa, - es solo que me sorprendió la noticia, enserio pagaré tal desastre.-

Estaba deteniendo el sangrado de la herida de su mano derecha, mientras esperábamos a la doctora, - tranquila Mel, apuesto a que papá solo se preocupará por esa herida y en dado caso que quisiera cobrarte, la pagaré yo.- decidí tranquilizarla, sostenía su mirada, esa que tanto admiraba porque transmitía confianza y fortaleza para ser quién soy y no solo apariencia para el negocio familiar o portada de revista.

En la sala de juntas de "Hoteles Castell"...

- Bien, me van a explicar que fue todo ese teatro, que acaban de montar ustedes dos.- reclamaba Damián Castell.

- Mi hijo Alexander quiere formalizar las cosas Damián, son novios desde ya hace 4 años, serán socios y únicos dueños de los hoteles en México.- contestaba algo nervioso Christian mientras volteaba a ver a Alex, dándole un pequeño golpe en el antebrazo, - ¿No es así Ale?-

-Ja ja- reía burlonamente mirando a Alex quién no despegaba la vista de su tableta, entretenido en quién sabe que  cosa, ¡Por Dios! Chris, sabes que tu hijo no tiene posibilidades de llevar a cabo el trabajo de la administración serán socios si... Pero el solo tendrá un 20 por ciento que deseo comprarte, y olvida eso de la boda - hizo una pausa, camino pausadamente pasando por detrás de ambos, muy pensativo.

-¿Qué estás diciendo Damián, solo el 20?-, Contestaba furioso Chris, levantándose de su silla.

- ¿Y qué es lo que pides?, Yo aportaré el capital de mi dinero, no el de la empresa, Alex no es tan brillante en la universidad y eso que le pagas sus exámenes, tendríamos una sociedad 50-50 si dejas a Valentina a cargo, ellas lo harían de maravilla.- sonaba más tranquilo, - pero lo decidiremos después, se hace tarde. -

- De acuerdo, ya está todo. Vamos Alex... Y ya deja esa estúpida cosa.- salieron todos de ahí.

- Padre, ¿por qué mi hermana?, Yo seré el dueño de esos hoteles, tú lo dijiste- le gritaba Alex a su Padre.