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Un fin de semana en Ohara Parte I

Le di una excusa a todos, les dije que me sentía mal y Sasuke no lo objetó. En lo que llegamos a la casa Sasuke intentó llevarme a su habitación, pero me alejé de él tan pronto como quiso tocarme.

—No—susurré entre dientes—. Suficiente.

—Sakura—habló severo.

Sentía una enorme presión en a cabeza también.

—¿Es que no logras ver el daño que ocacionas? —quise decir "me ocacionas", pero no se lo permitiría saber—. Seguirás con todo esto aunque te suplique que no lo hagas, porque continuarás con tus amenazas y chantajes para retenerme...¿y por qué, Sasuke? ¿Sólo me viste esa noche y decidiste que era yo a la que le tenías que destruir la vida?

Los ojos de Sasuke me miraron llenos de desconcierto, pero rápidamente recompuso su expresión.

—Eso no es...

—Nunca lo admitirás—sonreí con ironía y mucho dolor—. Si continuarás con esto, entonces no volverás a tocarme Sasuke.

—¿Qué?

—Lo que oíste, este es un contrato en el que ambos nos beneficiamos. Ya no puedes usarme más como tu muñeca—lo miré con toda la frialdad que pude fingir—. Te ayudaré en silencio con tus planes, seguiré engañando a todos, me casaré contigo si eso es lo que planeas, incluso puedes seguir haciendome miserable... Pero oyeme bien Sasuke, no volverás a tocarme, porque entre los dos no hay nada más que una hoja de papel.

Me di la vuelta y seguí hasta mi habitación. Cuando estuve sola me tumbé en la cama y comencé a llorar. Aquel era un dolor que no le deseaba a nadie, mi pecho me oprimía, mi corazón dolía, me sentía tan debil y vulnerable. Lo había logrado, Sasuke había logrado romper mi corazón.

***

La semana pasó muy rápido para mí. Cada día era más de lo mismo, pero Sasuke me dio mi espacio, él parecía sobrecargado de más trabajo que del habitual, por lo que no le veía mucho en casa.

El viernes me preparé para ir a Ohara con Hinaru e Inori. Le dejé una nota a Sasuke, explicandole en donde estaría y que volvería el lunes lo más temprano que me fuera posible.

Los niños y yo llegamos tan cansados del viaje que sólo durmiron esa noche. El sábado por la mañana me levanté muy temprano y salí al jardín trasero de mi casa. Había un lago ahí, en donde mi padre solía pescar conmigo de pequeña. Me senté a la orilla de agua para recibir al sol.

Pensé en todo lo que me estuvo ocurriendo hasta ese momento, y en todas las mentiras que no sería capaz de explicar, así como lo que sentía por Sasuke. Y sí, quería odiarlo, necesitaba odiarlo para que esto entre nosotros pudiera funcionar de la forma más lógica y correcta posible pero no podía hacerlo.

En algún momento mi madre apareció junto a mí.

—Sakura, hija, hace frío—dijo mi madre, colocandome una manta sobre los hombros.

Sonreí, pero casi al instante sentí una lagrima rodar por mi mejilla. Mi mamá me miró y su expresión se hizo preocupada.

—Oh, cariño, ¿por qué estás llorando? —me preguntó, se sentó a mi lado y me abrazó.

Me aferré a los brazos de mi madre, y comencé a llorar desconzolada.

—Lo siento mamá—murmuré entre lágrimas.

—Sakura, mi amor, ¿por qué dices eso?
—Ojalá jamás me hubiera ido de tu lado—susurré.

—¿Pero por qué dices eso Sakura?