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Toda tú eres mía

Todos estaban alegres y aplaudían, parecía que el señor Madara viviría por mucho tiempo más. Pero, todo esto era una farsa, yo no me iba a casar con Sasuke, y yo ya no quería continuar engañándolos a todos. En especial a Hinata.
Miré a Sasuke, le demostré lo aterrada que restaba en una mirada, él asintió tranquilo y sonrió hacia el público, como si él también estuviera feliz de que su abuelo ahora viviera.
—Sasuke, nieto mío, ¿hay algo que quieras decir? —preguntó Madara.
Sasuke se aclaró la garganta, entonces le dieron otro micrófono.
—Todas son en verdad unas grandes noticias —comentó Sasuke—, pero la mejor noticia para mí es que podré casarme pronto con Sakura, la mujer que me hace feliz en todos los sentidos.
Yo sabía que él mentía, pero su rostro...no podía evitar sonrojarme y tomar en el fondo sus palabras como verdaderas. Sasuke se veía sincero. Entonces eso me alarmaba aún más, pues era un buen mentiroso.
Los aplausos me sacaron de mi mente.
—Sakura, querida, desde hoy eres parte de esta gran familia—dijo Kaede sonriente junto a Madara —. Eres la mujer perfecta para nuestro Sasuke.
—¡Beso! —gritó alguien.
—¡Vamos Sasuke! ¡Dale un beso a esa belleza! —gritó otro hombre.
Sonrojada por completo casi me desmayo. Pero entonces vi cómo Sasuke se me acercaba y me envolvía tiernamente entre sus manos, entonces levantó mi barbilla con sutiliza y me besó.

Fue tanta la sorpresa como la calidez en su beso que me envolvió. Su lengua rozaba la mía con serenidad, como si quiera que el beso durara por mucho...me apretó más hacia él desde mi espalda baja y el beso se intensificó.
Los aplausos me hicieron empujar un poco a Sasuke, todos estaban felices, era como decir que; si Sasuke conseguía lo que quería todos estarían felices.

Yo era una mentirosa.
***

En la casa de Sasuke me bajé yo misma de la limusina, no quería esperarlo, ni verlo, él sólo me quería arrastrar a su farsa.
—¡Sakura! —me llamó Sasuke, levantando la voz.
Lo ignoré y entré a la casa, comencé a subir las escaleras.
—¿¡Sakura pero qué rayos te sucede!? —me gritó cuando iba a mitad de las escaleras.
Me detuve, asqueada de su mentira y su forma de actuar frente a algo tan vil. Me volví hacia él.
—Eres un vil mentiroso —mascullé con perplejidad.
—¿Que? —Sasuke sonrió con incredulidad.

Dio un paso hacia las escaleras
—¡Que eres un canalla! ¡Un mentiroso! ¿¡Cómo le puedes mentir así a tu familia!? ¿Cómo duermes en las noches?
Sasuke estrechó sus ojos hacia mí, claramente fastidiado.
—¿Ese era todo el problema? Todos en mi familia mienten Sakura, para conseguir lo que quieren —argumentó.

Abrí mi boca estupefacta.
—Pero yo no soy como tú, o como según tú ves a tu familia. ¡No seguiré con esta farsa y no mentiré para lastimar a nadie!
—¡No puedes hacer eso! ¡No puedes acabar el trato, firmaste un contrato donde dice que serás mía hasta que yo lo diga! —me recordó fríamente.
—¡No, esto era hasta que consiguieras lo que querías y ya lo tienes! Yo ya no pinto aquí —dije molesta.
Mi cara ardía de rabia.
—No, si mi abuelo sabe que esto era mentira entonces no me dará nada, lo eliminará todo. Te quedarás conmigo y seguiremos en esto hasta que yo lo decida. O si no tu familia sufrirá las consecuencias.
Abrí mi boca horrorizada.
—¡Eres un monstruo Sasuke Uchiha, te odio! —chille, rompiendo a llorar.
Me giré y seguí subiendo las escaleras.
—¡Sakura a dónde vas! —gritaba Sasuke mientras me seguía por los pasillos—. Detente ahora Sakura.
Antes de que yo pudiera abrir la puerta de mi habitación él me agarró del brazo.
—¿Que haces? ¡Suéltame!
—No, tú aún eres mía. Y aunque no lo quieras admitir, sé que sabes a lo que me refiero, y te lo voy a demostrar.
Me cargó en su hombro desprevenidamente. Pataleé y golpeé en su espalda pero no me funcionó. Sasuke era como una pared de malditos músculos. Abrió la puerta de su cuarto, entró y me tiró en su cama.
—¡Esto no es parte...
Intenté decir algo, pero se subió encima de mí y me besó ferozmente.
—Puede ser, pero sabes que lo disfrutas tanto como yo—murmuró engreídamente, pegado a mis labios—. No hay nada de incorrecto cuando sabes que lo disfrutarás.