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Un fin de semana en Ohara Parte III

(Sasuke)

Nunca antes había visitado pueblos pequeños de Japón, no tenía ni un solo recuerdo de haber cursado por un campo de arroz, pero aquel hombre me dio un recorrido mientras me hizo ayudarle a más de la mitad de las personas en el pueblo. Me explicó a qué se dedicaban las personas que vivían en Ohara, y sobre su diosa Inari.

Sorprendentemente me interó la historia del pequeño pueblo. Las personas aquí eran amables, a pesar de que en su mayoría eran ancianos eran muy enérgicos y alegres, y sobre todo sonreían mucho. El aire puro me ayudó a relajarme.

Aquel hombre me invitó a comer en un pequeño restaurante junto a otros hombre mayores, tomé por primera vez un alcohol llamado Soju, lo preparaban en Ohara. Y luego de almorzar ayudamos a bajar otras cajas en el mercado y a organizar las verduras y frutas en la tienda de una familia.

—¡Vaya, trabajador que eres! —exclamó el hombre, se acercó a mí y me dio unas palmadas en el hombre—. Ven, descansemos un poco, te daré otra cerveza de Soju como recompensa.

Me reí.

—Suena interesante.

Nos sentamos sobre unas cajas de madera, a las afueras del mercado. Cuando me entregó la botella de cerveza me observó de nuevo.

—Tu camisa blanca parece que se arruinó—señaló, un poco apenado.

—No es nada, le sorprendería la cantidad de estas que tengo en mi casa.

—En realidad, me esperaba una respuesta como esa—el hombre se echó a reír, luego le dio un sorbo largo a su botella—. Espero que no te haga tarde para ese compromiso, creo que abusé de tu ayuda muchacho.

—Para ser sincero, hoy fue un buen día—me encogí de hombros.

No había pensando en Sakura, o en mí.

—Me siento bien—admití.

—Ohara tiene sus encantos, no creas que sólo se trata de trabajo duro—bromeó el hombre.

—Cuento con eso—contesté.

—Cuando llegaste esta mañana parecías preocupado—comentó el hombre pensativo—. No quiero ser un entrometido pero, centrarnos en ayudar a los demás nos permiten liberarnos un buen rato de nuestros propios problemas.

—Bueno, eso he hecho todo el día, ¿no?

—Me parece que sí, ¿pero te sirvió de algo? —preguntó.

—Sí, debo agradecerle.

—No te preocupes por eso. Pero ya es un poco tarde, me dijiste hace rato que te no te quedas en Ohara, podrías venir a cenar a mi casa y luego consigo un lugar en donde quedarte, ¿te parece? —sugirió.

—No estoy acostumbrado a incomodar...

—¿Pero que no incomodas muchacho! —me interrumpió—. ¡Si más bien tu presencia es buena! Quiero agradecerte, mi esposa cocina espectacular. Y claro, ahora mismo tenemos muchas visitas pero una cena es mejor cuando hay buenas personas que acompañan en la mesa.

Sonreí de lado, este hombre era bueno para convencer. Más que todo, porque nunca antes en mi familia había escuchado que mi presencia mejore el ambiente de un lugar, o que fuera realmente necesaria.

—Gracias. Quizá esto le sea necesario, mi nombre es Sasuke Uchiha.

—¡Ah! ¿En donde estoy? No me he presentado tampoco, mucho gusto Sasuke, yo soy Kizashi Haruno.

***

Haruno...

¿Es que ironicamente debía encontrarme con una persona que llevara el mismo apellido que Sakura? ¿O es que no había oído bien? Estuve preguntándome muchas cosas de camino a la casa de Kizashi.