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La oscuridad de Sakura

Cuando salí en la tarde con Rock Lee no me imaginé que estaría haciendo esto con Sasuke en la noche, y mucho menos sobre el mesón de la cocina de mis padres. Pero de repente, sentí la horrible necesidad de vomitar.

Empujé de un golpe a Sasuke.

—Sakura, ¿qué sucede? —preguntó Sasuke, observandome extrañado.

Lo ignoré y me bajé del mesón, corrí hacia el baño y me incliné sobre el inodoro. Reburgité varias veces hasta que pude ser capaz de vomitar. Cuando terminé cerré la tapa, entonces comencé a llorar, no comprendía qué me sucedía.

—Sakura, ¿qué está pasando? —preguntó, lentamente.

Estaba de pie bajo el marco de la puerta, observandome fijamente. En sus ojos brillaba algo que no podía comprender, y tuve ese mismo sentimiento que sentí cuando desperté en el hospital luego de desmayarme, cuando discutimos.

No contesté, en su lugar seguí llorando. De repente sentí que alguien me levantaba del piso y me cargaba en sus brazos. Cuando abrí los ojos vi a Sasuke. Nos llevó hasta el sillón, y me dejó en sus piernas.

—Sakura, necesito saberlo—dijo—. Si vuelves a estar enferma debo llevarte a Tokio lo antes posible.

—No lo sé...y-yo llevo días así y no sé qué me sucede—confesé, me tapé la cara con las manos.

Pero Sasuke me destapó el rostro.

—Mañana iremos al médico—decidió.

***

Se suponía que volveríamos a Tokio el lunes en la mañana, pero Sasuke me llevó en su auto hasta el hospital de la ciudad más cercana, dejamos a los niños con . En el camino quería estar en silencio, pero Sasuke volvió a sacar el tema de Rock lee.

—¿Saliste con ese hombre ayer? —preguntó, sin apartar la mirada de la carretera.

—Sí—contesté en voz baja—. No entiendo por qué insistes en preguntar por él, ya sabes que es mi amigo.

Carraspeó.

—¿Por qué no le has dicho a tus padres que te casarás conmigo?

—¿Se lo has dicho tú? —pregunté sarcasticamente—. Por supuesto que no, ¿y sabes por que? Porque esto es una mentira Sasuke.

—¿Por qué insistes en llamarle a esto, mentira? —murmuró.

Lo miré confundida.

—Tú y yo, somos una mentira. Tú no me amas, sólo te interesa el dinero de tu abuelo y yo...—suspiré—...yo sólo soy el mejor conejillo de indías para ti.

Vi su mandibula crisparse cuando estacionó el auto. Lo apagó, entonces quitó el seguro.

—Vamos—dijo, al mismo tiempo en que abrió la puerta de su lado.

Sasuke era influente en donde fuera que estuviera, fue fácil para él que las personas en el Hospital hicieran lo que él les ordenara, hasta internarme y lograr hacerme todos los examenes médicos para determinar lo que tenía.

A las 10 de la mañana me encontraba en una habitación con sasuke, acostada en una camilla y con una bata blanca.

—Sakura...—habló Sasuke, sacandome de mis pensamientos.

—¿Qué sucede?

—Tienes razón—contestó, un poco ensimismado—. No debí meterte en todo esto, y sé que lo mejor sería...

En ese instante apareció el doctor.

—¿Cómo se encuentra, Señora Uchiha? —preguntó el doctor, sonriendo amablemente mientras sostenía su carpeta.