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La verdad

(Sasuke)

Ver a Sakura en ese estado vacío me hacía sentir igual, o incluso peor. Nunca en la vida mis problemas personales me incomodaban en lo profesional, pero en la reunión del miércoles en la noche con la empresa Uzumaki, Sai y los demás me notaron muy distraído.

Cuando me levanté de mi silla en silencio vi a Naruto, y a los demás acercarse a mí.

—¿Te sientes mal, Sasuke? —inquirió Naruto, rascándose la nuca con incomodidad.

—Tengo que irme—me limité a contestar secamente.

—¿Cómo está Sakura? —preguntó Sai.

Ellos todavía no sabían de su embarazo, Sakura tenía días sin hablar, y yo por primera vez admitía internamente que no tenía el suficiente valor de anunciarlo al viejo Madara sin ella. De repente, y como nunca, sentía que necesitaba a Sakura, su mirada, su sonrisa, su forma de hablar, incluso su olor...para hacer todo.

¿Me había acostumbrado tanto a su presencia?

—Hinata me dijo que está un poco deprimida—mencionó Naruto.

Ya el resto de los empresarios se habían ido de la sala de juntas, sólo estabamos Naruto, Shikamaru, Sai y yo.

—¿Qué fue lo que hiciste ahora Sasuke? —preguntó Shikamaru, con su sonrisa ironica.

—Me voy—declaré.

Pero en lo que intenté salir, Sai me tomó del brazo.

—Haz algo ahora, antes de que todo empeore y entonces, sufras las consecuencias—susurró Sai.

—No te pago para que me des consejos, Sai—mascullé.

—¿Así como lo haces con Sakura? —contestó Sai, en voz baja.

Lo miré a los ojos, aun con su fría mirada, pude entender a lo que se refería; él ya sabía que había contratado a Sakura.

—Sai, si sabes lo que te conviene, mejor sigue con la boca cerrada—lo amenacé.

Me solté bruscamente de su agarre. Entonces salí del salón.

En algún momento del camino en mi auto, golpeé el volante con enojo. Parecía que todos mis planes comenzaron a derrumbarse en el momento en que Sakura lo hizo.

De repente mi telefono vibró. Estuve a punto de no contestarlo, pero cuando lo leí detenidamente por un momento noté que era de Akari, una chica del servicio de mi casa.

—¿Qué sucede?

—¡Señor Uchiha! ¡Señor Uchiha! —gritó desesperadamente Akari.

—Cielos, Akari, ya calmate, no entiendo nada.

—¡Señor Uchiha, es la señorita Sakura, fui a su habitación y no contestaba, estaba inconsciente!

—Qué... ¿Está en la casa?

—¡Señor, llamé a una ambulancia, se la han llevado al hospital Uchiha!

Colgué la llamada y me dirigí al hospital de la familia.

En lo que llegué varias enfermeras se acercaron a mí para explicarme que el doctor estaba en ese momento haciendole unos examenes a Sakura, que en cualquier momento podría hablar con él.

Estar sentado en la sala de espera, como cualquier otro paciente no me hizo sentir tan estupido y...vulnerable, como me sentía por haberle hecho todo eso a Sakura. Definitivamente ella no se merecía estar con alguien como yo.